En las últimas décadas se ha desplegado una intensa e implacable lucha de líneas en el movimiento obrero y comunista internacional entre la línea revolucionaria, marxista-leninista-maoísta, y la línea revisionista. Esta lucha ha ido en crecimiento desde el XX Congreso del PCUS en febrero de 1956, congreso que sancionó las principales tesis revisionistas. La confrontación entre revisionistas y revolucionarios tuvo su apogeo con la Revolución Cultural Proletaria China, desde 1966 en adelante, y ha sido dura y muy difícil para los revolucionarios desde la restauración del capitalismo en China en 1978. La dialéctica propia del reformismo, el oportunismo político y el revisionismo, llevó a la enorme mayoría de los partidos comunistas a la degeneración completa: todos ellos renegaron públicamente de la dictadura del proletariado y revisaron la teoría marxista sobre el Estado, el imperialismo, la revolución y el rol de la clase obrera. La mayoría se convirtieron en partidos socialdemócratas, miembros de la Internacional Socialista, y algunos, como el PC de Italia, se transformaron en partidos socialdemócratas de derecha, neoliberales, instrumentos de las burguesías monopolistas nacionales. Otros han degenerado en diversas variantes revisionistas, como la mayoría de los partidos comunistas de América Latina, el PC de España o el Francia, que comparte el gobierno socialdemócrata de Jospin. Otros, como el PC de Portugal, sostienen posiciones más duras, más cercanas a las posiciones llamadas neo revisionistas.20 También partidos que decían haber adherido al maoísmo se autodisolvieron o se convirtieron en revisionistas.
Los partidos comunistas que se mantuvieron fieles al marxismo-leninismo-maoísmo, abrieron un debate, desde estas posiciones, sobre las causas de la derrota del socialismo y del movimiento obrero y los caminos para revertirla. Derrota que permitió restaurar el capitalismo en los países donde había triunfado la dictadura del proletariado y facilitó la actual ofensiva contrarrevolucionaria. Esos partidos marxistas-leninistas-maoístas consolidaron sus vínculos internacionales, dieron batalla al revisionismo en todos los terrenos y están creciendo. Han crecido también las organizaciones que, sin adherir al maoísmo, no revisaron los principios básicos del marxismo-leninismo, combaten al revisionismo y participan del debate y la reflexión sobre las causas de la derrota del socialismo.
La defensa intransigente de la doctrina marxista-leninista-maoísta y la lucha contra el oportunismo político y el revisionismo es condición indispensable para que los partidos comunistas puedan cumplir su misión histórica y ser la vanguardia de la clase obrera que la lleve al triunfo en su lucha por la dictadura del proletariado y el comunismo.