El camarada Mao Tsetung planteó: “Estamos por la lucha ideológica activa, pues ella es el arma que garantiza la unidad interna del Partido y demás organizaciones revolucionarias en beneficio de nuestro combate. Todos los comunistas y revolucionarios deben empuñar esta arma”.
Para poder librar una lucha ideológica activa que permita al Partido derrotar las ideas reformistas y oportunistas de todo tipo (de derecha o de “izquierda”) es necesario que en las organizaciones partidarias reine la más amplia democracia. No hay centralismo democrático sin una amplia libertad interna que permita la lucha franca de opiniones, uno de los principales instrumentos para el avance del Partido. Pero si cuando se da una opinión, a veces no demasiado reflexionada o exacta, se le cuelga al compañero un sambenito o se lo etiqueta, de tal o cual cosa, la vida interna en el Partido muere y, como sucedía en el viejo PC, los debates se hacen en el pasillo, al margen de las reuniones, facilitando la tendencialización y, consecuentemente, el fraccionalismo.
02 de octubre de 2010