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02 de octubre de 2010

La lucha interna

“…los militantes revolucionarios deben aprender ‘que toda diferencia entraña ya una contradicción y que la diferencia en sí es contradicción’. Lo que no implica necesariamente que esas diferencias y contradicciones sean antagónicas; y para evitar que determinadas diferencias se transformen en antagónicas, es fundamental un método justo de abordaje de esas diferencias y contradicciones. Que como tal exige un respeto riguroso del centralismo democrático, el que, a partir de una línea justa, impide la esclerosis de las arterias que comunican al Partido con las masas y asegura la correcta relación entre autoridad y libertad en su seno”.

Rosendo Irusta, Qué fue la Revolución Cultural Proletaria China, Edic. Tercer Mundo, pág.20