La enorme importancia de este juicio, radica en que desoculta y muestra con crudeza uno de los eslabones que usó la oligarquía terrateniente para extender sus dominios y quedarse con las tierras de los territorios originarios, usando el aparato del Estado para estos crímenes.
Esa cadena que se inicia en la década de 1870 con las campañas de Roca en la Patagonia y Victorica en el Gran Chaco, muestran que el primer título de propiedad en esos territorios, está manchado de sangre.
El juicio durará un mes, y tendrá lugar en varias audiencias en Resistencia, Machagai, Buenos Aires y culminará el 19 de mayo en la Casa de las Culturas, en la capital del Chaco, con el aporte de testigos sobrevivientes de la masacre, familiares de víctimas, investigadores, antropólogos, historiadores y otros académicos que trabajaron durante años en la investigación. Fue fundamental en esta lucha el trabajo de Juan Chico, docente e historiador que falleció el año pasado a causa del Covid-19; dirigente de Patria Grande, gran aliado del PCR, fue el principal impulsor de este juicio a través de su fundación «Napalpí», y ha sido uno de los principales testimonios a través de una entrevista realizada en video antes de su fallecimiento.
Fue importante la participación del Movimiento Naciones y Pueblos Originarios en Lucha, la CCC, y el PTP-PCR en la primera audiencia del 19 de abril, en la que llegamos con una marcha hacia el juicio, y en la segunda en la que testificó nuestra compañera Ramona Pinay, dirigente de MOEL y vocal del Idach, como familiar de sobreviviente, y será crucial nuestra presencia en Buenos Aires, en Machagai y en el cierre.
Una gran matanza de entre 400 y 500 originarios
En 1924, durante la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear, el gobernador del Territorio Nacional del Chaco, Fernando Centeno, prohibió a la comunidad de Napalpí, formada en su mayoría por miembros de los pueblos originarios qom y moqoit, emigrar más allá de sus límites territoriales.
Los indígenas estaban en huelga producto de la situación de semi esclavitud que padecían en los algodonales, mal pagos y en situación de casi hambruna, por lo que realizaban una protesta en el monte a la espera de una solución a sus reclamos.
“Previamente a la masacre en Napalpí los aborígenes se amontonaban para el reclamo. Les pagaban muy poco en el obraje, por los postes, por la leña y por la cosecha de algodón. No le daban plata. Sólo mercadería para la olla grande donde todos comían. Por eso se reunieron y reclamaron a los administradores y a los patrones. Y se enojaron los administradores y el Gobernador», fue el testimonio en video de Melitona Enrique, una de las últimas sobrevivientes de la masacre de Napalpí, fallecida hace poco tiempo.
Es así que acorralados por las condiciones de vida y la imposibilidad de desplazarse hacia provincias del norte como Salta y Jujuy, en busca de esas mejores condiciones, inician la huelga.
Todos los testimonios públicos que se transmiten en las plataformas digitales coinciden en que el 19 de julio de ese año la policía del territorio nacional Chaco sobrevoló la reducción de Napalpí, primero tirando caramelos como carnada, para luego atacar con ametralladoras y fusiles a los originarios qom y mocoví que estaban reunidos allí.
La respuesta, que esperaban positiva, terminó en una gran matanza de entre 400 y 500 originarios, y continuó con persecuciones y asesinatos por semanas.
Las consecuencias fueron nefastas. El miedo, no poder hablar del tema por años, la apropiación y el despojo de sus tierras y territorios, la pérdida del idioma y el robo de la identidad, perduran hasta nuestros días, casi 100 años después.
Hoy las luchas por la tierra y el territorio, la salud, el trabajo, la recuperación del idioma, la educación, la producción, son la reparación histórica que reclaman los pueblos qom, mocoví y wichí en el Chaco, y nuestro Partido se ha puesto orgullosamente a la cabeza de esas luchas, desde nuestro querido Mártires López hasta ahora.
El juicio por la masacre de Napalpí sin dudas marcará un precedente histórico en la lucha por los derechos ancestrales y actuales de todos los pueblos originarios del Chaco, la Argentina y Latinoamérica, y será un fundamento esencial para las luchas de las futuras generaciones.
Hoy N° 1911 04/05/2022