Este 24 de marzo se cumplen 32 años de aquel golpe de estado que apoyado por las diferentes potencias imperialistas de la época intentaron terminar con las luchas que venia sosteniendo el pueblo. Aquellas luchas que buscaban torcer el rumbo del destino de la Argentina, luchas que peleaban por un país igualitario y soberano, y no uno donde reinara la desigualdad social y la entrega de nuestras riquezas como finalmente ocurrió desde aquel gobierno dictatorial hasta el gobierno de Cristina K en la actualidad.
Aunque dijimos "Nunca Más", hace más de un año que no tenemos noticias de Jorge Julio López cuyo testinomio permitió la condena de Echecolaz, ex Jefe de la Bonaerense.
Aunque dijimos "Nunca Más" son noticia dudosos "suicidios" de testigos implicados en el proceso militar, cuestión que da cuenta que el aparato represivo de la dictadura sigue intacto apoyado por seudos periodistas nacionales y locales.
Hoy la plaza que es de todos, ponemos en común nuestro recuerdo y también lo inscribimos en una piedra, porque la letra impide el olvido y suscita preguntas.
Podríamos preguntarnos si hubiese sido posible la dictadura, sin la conformidad de parte de la sociedad civil, que entonces decía "No te metás", "El silencio es salud", "Yo, argentino", etc.
También hubo silencio de la Jerarquía de la Iglesia Católica y aunque cueste creerlo complicidad; aun hoy hay Zitellis, Monteros, Baseottos, cómplices y defensores del proceso.
Y es una pena que la Iglesia que tuvo mujeres y hombres que veían el rostro de Cristo en los pobres: las monjas francesas, los hermanos Palotinos, el padre Mujica, los jóvenes catequistas, Monseñor Angelel, entre muchos otros que dieron su vida; no sancione a los indignos, ni reivindique a sus héroes.
Así a los militares mesiánicos, los intereses económicos, el silencio eclesiástico, el aporte de cuadros políticos en cargos "técnicos", la banalidad social y la amoralidad crearon las condiciones para la desaparición de miles de personas.
Reconocemos en nuestra ciudad al Padre Larrambebere (que ya falleció) y al Padre Ferian. Para ellos Casilda no era el centro, Casilda era sus orillas de lata, sin agua, sin pan de niños descalzos.
Hoy también pasamos por el corazón a Eduardo Bracachini, alma bella, sonrisa amplia, estudiante excelente, laburante, pero por sobre todo militante barrial de Nueva Roma, vilmente masacrado y en él a todas las chicas y muchachos de nuestra zona.
También a los tres compañeros que están en el cementerio de Casilda: De Vicenio, López y Moro. Laura Moro, dos veces desaparecida, la segunda de su fosa común. ¿Con anuencia de quién? ¿Con conocimiento de quién se hicieron entierros ilegales?, seguro viven acá… ¿Quién robó la placa sobre las tumbas?, ese, esos de manos sucias caminan por nuestras calles.
Hoy la memoria de los que no desaparecieron, sino que se los llevaron, de quienes aquí siguieron luchando: Dr. Mario Cenzi, la profe Stella Tarquini; con la fuerza de Gladis madre – valiente, tengamos presente que lucharon por otro país, de pancitas y cabecitas llenas, más justo y solidario.
Hoy la lucha continúa porque no queremos más:
-Desnutrición infantil
-Penalización de la pobreza, con discursos tramposos de inseguridad, que nos hacen sospechosos a todos.
-Ni deserción escolar.
-Ni la vuelta de las enfermedades como la fiebre amarilla.
-Ni el secuestro y reducción a la esclavitud y prostitución de chicos y jovencitas.
-Ni jóvenes sin trabajo.
-Ni trabajo en negro, precarizado, chatarra.
-Ni condiciones peligrosas de trabajo en las fábricas.
-Ni muchachos que siguen cayendo de los andamios en las obras faraónicas de los grupos inversores.
-Ni retenciones injustas a los pequeños y medianos productores.
Y le exigimos al gobierno nacional:
-A 18 meses de la desaparición de Jorge Julio López, ¡aparición con vida ya!
-Basta de genocidas en las calles. Cárcel común, efectiva y perpetua para todos.
-Restitución de la identidad a los jóvenes apropiados: ¡Que se habrán los archivos de la dictadura!
-No a las leyes antiterroristas y a la militarización de los conflictos sociales.
-Libertad a los presos políticos y desprocesamiento a los luchadores populares.
-Por la distribución de la riqueza, trabajo genuino y salarios dignos.