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19 de marzo de 2014

Para saber lo que está pasando en YPF hay que hablar con los veteranos ypefianos que conocen todas las historias.

La mentira de una YPF nacional

Dromi, Monti, Galuccio y sus amigos de Schlumberger

El gobierno K anunció con bombos y platillos una YPF “nacional”. ¿Fue así? La primera decisión que tomó fue poner a Miguel Galuccio de presidente de la petrolera. Para ocupar ese cargo, Galuccio dejó su puesto de presidente de la sucursal en Londres de Schlumberger, el monopolio yanqui que es la mayor empresa de tecnología petrolera del mundo.

El gobierno K anunció con bombos y platillos una YPF “nacional”. ¿Fue así? La primera decisión que tomó fue poner a Miguel Galuccio de presidente de la petrolera. Para ocupar ese cargo, Galuccio dejó su puesto de presidente de la sucursal en Londres de Schlumberger, el monopolio yanqui que es la mayor empresa de tecnología petrolera del mundo.
Galuccio comenzó su carrera “profesional” en Bridas, cuando esa empresa era 100% de la entonces llamada “multinacional rusa”. Ahora, con Galuccio “cuadro” de Schlumberger, llegó el aluvión de “sus amigos” en esa empresa yanqui, que han ido ocupando los puestos claves para la operación de YPF: Jesús Grande, ejecutivo de exploración y producción; Emanuel D’Huteau, director de estimulación y productividad, Martín Gandolfo, presidente de Apache a partir de su compra por YPF. Como es de imaginar, todos los contratos de YPF van a parar ahora a… Schlumberger.
Galuccio habló mucho de su paso por YPF. No aclaró que él tomó puestos de dirección de esa empresa, cuando la presidía Roberto Monti, quien venía de desempeñar altos cargos en Schlumberger. Era la época en que Menem establecía el alineamiento estratégico con Estados Unidos, y a la muerte en un accidente del presidente de YPF Estensoro, designó a Monti en su lugar.
Otra coincidencia no casual, es que Roberto Dromi, el ministro de Obras y Servicios Públicos de Menem, cerebro jurídico de las privatizaciones, incluida la de YPF que regalaron el patrimonio nacional por coimas, sea asesor del gobierno kirchnerista.  Cristina K calificó de “positiva” esa privatización de Menem-Dromi. Más tarde, Dromi fue el cerebro de la venta de YPF a Repsol, empresa a la que Dromi asesoraba. 
Galuccio ha señalado que el país tiene que tener una estrategia petrolera a 10 años. Y la aplica. ¿Cómo es el negocio? El gobierno subió el precio de las naftas más del 100% en un año. La recaudación de YPF crece (a costa de los bolsillos del pueblo). Toma créditos endeudando a YPF. Esa plata va a la exploración del gran yacimiento de Vaca Muerta, que exige grandes inversiones tecnológicas… es decir, más contratos con Schlumberger. Mientras tanto, el gobierno ofrece los pedazos de Vaca Muerta, a los monopolios imperialistas que ponen un pie encima. 
En resumen, todos ponemos la plata para que YPF haga el gasto de lo que es caro, que es la exploración y el desarrollo de una tecnología apropiada al yacimiento, llenando los bolsillos de Schlumberger; el gobierno consigue dólares (como los de Chevron) para seguir vaciando el Banco Central, entregando el petróleo a futuro a los monopolios imperialistas, a los que el gobierno K les garantiza el precio internacional y cupos de exportación.
Como se ve, a Galuccio-Cristina K no les interesa recuperar el autoabastecimiento petrolero de la Argentina. Uno está atrás de los contratos con su verdadero patrón, Schlumberger; y la presidenta está atrás de los dólares, y de ser cola de león en el reparto de Vaca Muerta. ¿Será montar un consorcio que se quede con una tajada, lo que está negociando el testaferro K, Lázaro Báez, con el monopolio chino Sinohydro?