Después de 14 días de paro y piquetes de los productores agrarios, particularmente pequeños y medianos, Cristina Kirchner hizo su discurso con soberbia, mintiendo descaradamente, tratando de meter el eje "ricos contra pobres" y "centroizquierda contra centroderecha". La presidenta golpea como si fueran la oligarquía vacuna, a miles y miles de chacareros pequeños y medianos que son los que están en las rutas y trata de ganarse a los desocupados, a la clase obrera y a los pobres de las ciudades.
La mentira está a la vista. El gobierno de su marido durante cuatro años les negó el aumento de los planes sociales a los desocupados y hasta los 50 pesos de aguinaldo, cuando las retenciones las puso Duhalde con el argumento de pagar los planes sociales.
La clase obrera está en plena lucha en las paritarias por $ 3.200 para alcanzar la canasta familiar, y el gobierno sigue aferrado a la mentira de las cifras truchas del Indec y quiere imponer un tope salarial del 19 % en combinación con el parapolicial secretario de la CGT Hugo Moyano. Los pobres, desocupados, subocupados y ocupados están asediados en los barrios, por la inflación descontrolada, por la droga y el paco en cada esquina, que ha crecido en forma impresionante en los últimos 4 años. La inseguridad en ellos es causada por un sector de comisarios, jueces y políticos corruptos que viven de la droga y el choreo.
Cristina Kirchner subestima al pueblo argentino. Se olvidó de los 8.500.000 votos nulos, blanco y abstenciones en octubre. Cree que su política va a ser aceptada dócilmente por el pueblo. Política de pago de deuda externa usuraria, dólar alto, salarios bajos y superávit fiscal que esquilma a los pobres a través del IVA, a los sectores medios con impuestos y retenciones desproporcionadas; mientras perdona a los grandes exportadores sojeros, petroleros y a los grandes terratenientes y grandes pools de siembra.
El Estado nacional se queda con millones y millones de pesos de impuestos, sin ninguna coparticipación a provincias y municipios, y desde esta posición borocotiza y extorsiona políticos para que se sumen a su proyecto político hegemónico. Cree que nadie va a protestar. Esto estalló junto con la bronca de los productores agrarios.
El gobierno cree que hablando de lo poco que ganan los trabajadores rurales (que están en negro) golpea a los productores agrarios. Lo que logra es golpearse a sí misma ¿Qué ha hecho el Estado en los últimos 4 años? Poner topes salariales, mentir con la inflación y permitir sin controlar el trabajo en negro de más del 40% de la masa obrera. Por todas estas razones repudiamos el discurso de Cristina Kirchner y su política. Convocamos a la clase obrera y al pueblo a generalizar el paro en paro general y generalizar el cacerolazo nacional en apoyo al campo, particularmente a los obreros rurales, campesinos pobres y medios que están movilizados. El gobierno debe retrotraer la situación al 10/3 y abrir el diálogo con el movimiento agrario para enfrentar la grave situación creada por la actual política agropecuaria. Una política que sólo beneficia a un puñado de terratenientes y grandes monopolistas como Grobocopatel, Irsa, Cresud, Blaquier, para pagar al FMI y borocotizar políticos. El 4% de los productores producen el 60%.Avanza la extranjerización de la tierra (17 millones hectáreas).
Frente a esta situación nuestra propuesta es: retenciones diferenciales y coparticipables. Peleamos porque se expidan asambleas y cuerpos de delegados de la clase obrera en apoyo a la huelga agraria y exigir a los gremios y la CGT que apoyen, y no actúen como rompehuelgas.
Corriente Clasista y Combativa
26 de marzo de 2008
