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07 de diciembre de 2011

Se cumple un año de la ocupación del Parque Indoamericano en la Capital Federal, cuando miles de familias se largaron a ocupar un pedacito de tierra para construir su casa. Conversamos con Diosnel Pérez (de la vecinal Villa 20 y del Frente Darío Santillán) y Luciano Nardulli (de la CCC de Soldati), protagonistas de esa lucha.

La necesidad de vivienda sigue

Hoy 1398 / A un año de la ocupación del Parque Indoamericano

Este mes se cumple un año de la ocupación en el Parque Indoamericano, aquella ocupación que puso en evidencia la imperiosa necesidad de tierra para vivir, para trabajar y para producir que hay en nuestro país. Lejos y sin cumplirse quedó el compromiso del gobierno nacional y de la ciudad de construir viviendas. Cientos de familias –provenientes del interior de nuestro país, de Bolivia, Paraguay, y Perú– se lanzaron, con lo poco que tenían, a ocupar una parcelita de tierra para montar su carpa. Familias que ya habían sido desalojadas –en nuestro país o en países vecinos– por la extranjerización, o arrasadas con el avance del monocultivo, y que llegaron a la ciudad con la miseria a cuesta.
Discursos hipócritas y discursos fascistas se encendieron del lado del gobierno nacional y del de la Ciudad por esos días. Aníbal Fernández pasó de decir que no era un crimen reclamar por tierra, a tirarle la pelota a la Ciudad; “no se debe premiar al que ocupa”, respondía Macri. Ambos gobiernos fueron cómplices del saldo de tres muertos: dos que comprometen a la Policía Federal y la Metropolitana porque ambas fuerzas trabajaron juntas en el operativo para desalojarlos; y otro, de una bala tercerizada.
La “salida” al conflicto la resolvieron con un censo que arrojó 13.323 personas sin hogar, y el compromiso de “un peso y un peso” de ambos gobiernos para la construcción de viviendas. Ni Nación ni Ciudad cumplieron. La necesidad de vivienda sigue. Eso sí, hay judi- cializados por luchar.

 

“Donde hay una necesidad, Macri ve un negocio”
Luciano Nardulli, dirigente de la CCC de Villa Soldati, explica: “Los dos gobiernos, Cristina y Macri, no solamente no resuelven, sino que el compromiso que habían asumido de poner “un peso” cada uno hasta tanto resolver el tema de la vivienda, no han puesto un solo centavo. Lo que deja en evidencia es que no hay una decisión política del gobierno nacional que se dice popular, de resolver. Por otro lado, el gobierno de Macri tiene una concepción fun- damentalmente empresarial de lo que es la ciudad y ven la tierra como negocio: operaciones inmobiliarias y demás, quieren hacer en la zona sur de la ciudad la continuación de Puerto Madero. La poca tierra que hay en la ciudad, quieren hacer negocios. Donde hay una necesidad, Macri no dice que hay un derecho, sino hay un negocio.
“La parte que fue ocupada en el parque era terreno baldío estaba todo muy abandonado, con yuyales, cañaverales, alimañas de todo tipo. Ellos hablaban de los espacios verdes mientras en toda la ciudad están haciendo rascacielos a costa de quitarle el espacio y el aire, y los cimientos como sucedió con el edificio que se desmoronó en la calle Bartolomé Mitre.
“El tema de la tierra tiene que ver con el poder. Entiendo que los verdaderos dueños de la tierra hoy son expulsados por los grandes terratenientes por el monocultivo, por la extranjerización y viven acá hacinados en las villas, y como en las villas no hay más tierra, empiezan a construir para arriba, y la gente subalquila piezas de 6 por 4 metros (con precios de 450 pesos hasta 1.000).
“Lo del Indoamericano puso de manifiesto algo que venían tapando, había usurpaciones de tierra para vivienda, eso lo iban abordando con fiscales. Cuando aparece lo del Indoamericano, surge en forma masiva el reclamo de tierra para vivienda, reclamo de los más pobres y los que no pueden acceder a un crédito.
“Pienso que hay que plantear en forma multisectorial el tema de la tierra, no solamente para vivir sino para trabajar. Entendemos que se tiene que hacer un relevamiento urbano de las viviendas que están desocupadas, que muchas dependen de la ciudad de Buenos Aires. Y el Estado tiene jugar un papel en eso.
“El Estado tiene que hacer una reforma urbana aparte de una reforma agraria, que contemple las tierras que existen, que no se destinen a negocios inmobiliarios sino para las necesidades de la gente.”

 

“La necesidad está en todos lados”
Diosnel Pérez es dirigente del Frente Darío Santillán, y en ese entonces era presidente de la Vecinal de la Villa 20. Cuenta que durante la ocupación vino gente de todos lados: “De Soldati, de la Villa 20. La necesidad está en todos lados. En el momento que los vecinos veían que se estaba ocupando el lugar, aparecieron de todos lados.
“La Justicia dice que nosotros somos los responsables, los organizadores de la ocupación, y nosotros decimos que la misma necesidad de la gente hace que se organicen. Yo hace 28 años me organicé para ocupar donde estoy ahora. Nadie me dijo que fuera, sino que yo tenía la necesidad de tener un pedazo de tierra donde poder tener mi familia. Yo pienso que si nosotros hubiésemos podido organizar 13 mil personas estaríamos disputando el gobierno de la ciudad, cualquiera no organiza 13 mil personas.
“Cuando estábamos diez mil personas frente a la Jefatura de Gobierno y Plaza de Mayo pidiendo que se solucione el problema habitacional a los compañeros, mientras hubo presiones de punteros, gente que trabajaba para Schoklender, para que los compañeros se retiraran del Indoamericano. Entonces, se abandonó el lugar antes de tener una negociación seria que obligara al gobierno que haga una política seria para solucionar el problema habitacional de la ciudad de Buenos Aires.
“Como dice el Tano, la discusión que tuvo el Indoamericano trascendió Buenos Aires, en todos lados se quería ocupar para vivir. Hubo una seguidilla de ocupaciones en el Conurbano. Pienso que el principal empuje de los compañeros fue lo del Indoamericano.”

 

El miedo dura muy poco y la necesidad dura todo el tiempo
Diosnel cuenta que los compañeros que fueron a ocupar, hoy están peor, y agrega: “Entonces vos me preguntás ¿por qué no se hace otra ocupación? El gobierno tiene una estrategia que es meter el miedo, no es que la necesidad se terminó. La necesidad crece, pero va a llegar un momento que la gente va a explotar de vuelta, se le va a ir el miedo y va a decir “no me queda otra”. El miedo dura muy poco y la necesidad dura todo el tiempo.”
Luciano Nardulli, agrega: “El 7 de diciembre, cuando fue el desalojo, cuando mataron a Salveiro y Chura Puña, había miedo pero había mucha bronca, y al día siguiente se volvió a ocupar”. Y analiza que aquí –a diferencia de la ocupación de tierras en Liberador (Jujuy) donde estaba la CCC al frente–, al no haber una organización dirigiéndolo no hubo una negociación. “Acá nosotros incidimos pero no dirigimos”, explica Nardulli. “Las organizaciones tuvimos que resolver la comida, el agua. Yo entiendo que el kirchnerismo jugó cuando apareció el Pitu Salvatierra, cuando dice “aquí nada de política, la CCC no tiene nada que hacer”; y la política de las organizaciones sociales no tiene nada que ver con la política que él empujó de salvarle los platos rotos a Cristina Kirchner, cuando a las horas previas al desalojo planteaba que teníamos que levantar la toma porque si no Cristina no llegaba a fin de año.”

 

¿Por qué no se construyeron las viviendas?
Diosnel explica: “Los dos gobiernos se comprometieron a un un peso Ciudad y un peso Nación. El problema es que supuestamente Larreta le llevó un proyecto, no le mandó un proyecto que le convenza a Nación, y dijeron que lo mejoren y que después iba a haber plata. Y Nación dice que no puede dar la plata si no presentan un proyecto presentable”.
Luciano agrega: “Cuando estuvimos en Casa Rosada, Juan Carlos Alderete les dijo: ustedes ponen la tierra, nosotros hacemos proyecto y se resuelve con las cooperativas. El tema es que no tienen voluntad política de resolverla, cualquier pretexto sirve para pasar la pelota uno a otro”.  n