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02 de octubre de 2010

Solidaridad con los trabajadores de Terrabusi para cerrarle el paso al matonaje yanqui. No a los tarifazos. Las mujeres van a su Encuentro.

La “normalidad” de la Kraft es un Guantánamo

Hoy 1287

1. Las andanzas de la Kraft
La prepotencia y el revanchismo de la Kraft Food contra los trabajadores convirtieron a la fábrica en territorio yanqui con estado de sitio.
La Kraft es un monopolio muy peligroso, estrechamente vinculado al aparato militar-industrial imperialista norteamericano. Creció con los contratos con el Pentágono (la jefatura militar yanqui). Entre los trapos sucios que se ventilan sobre el atentado a las torres gemelas del 11/9, se ha publicado que el principal accionista de Kraft, Warren Buffet, “casualmente” convocó para esa fecha a una reunión en Omaha (centro de su imperio) a poderosos empresarios yanquis, alejando a muchos de ellos de sus oficinas en la zona del atentado en Nueva York; y esa noche los llevó a dormir a la base militar de esa ciudad. Ahora, aprovechando la crisis, Buffet, “amigo” de Obama, compró el poderoso banco Wells Fargo, y va por Cadbury.
Estas historias explican por qué la Kraft alquiló un elemento canallesco, como López Matheu, terminator serial de comisiones internas.

2. Guantánamo
La Kraft ha expulsado a la mayoría de la organización sindical, y ha impuesto un régimen represivo y revanchista en el que impera la ley yanqui. Eso se llama extraterritorialidad, y pisotea la Constitución Nacional. A esto es lo que la Kraft llama “normalidad” de la empresa. Es gravísimo. Se está abriendo una compuerta para que cada monopolio imperialista haga de sus filiales una “zona liberada”. Así fue en la dictadura.
Caballos, perros, un infierno de policías, algunos de los cuales mientras apaleaban a las mujeres les gritaban: “obreras de mierda”. Millones de argentinos vieron al gobierno kirchnerista castigar a un contingente de trabajadores que defendían su puesto de trabajo, frente a una patronal yanqui que se burla de la legislación argentina.
Ahora el gobierno hace gestos buscando “despegarse” de la Kraft, a la que multó dos veces por incumplir sus resoluciones. Pero la policía sigue adentro de la fábrica, y otra fuerza represiva fue enviada el viernes a impedir una marcha pacífica.
Sobre la base de la continuidad de la lucha y de la gran solidaridad, se reabrieron las negociaciones en el Ministerio de Trabajo; y la justicia tiene en sus manos la ratificación de los fueros sindicales de la comisión interna. Son muchas las cuestiones y las presiones que están en juego (las operaciones políticas y en los medios de la Kraft, las negociaciones y forcejeos de Kirchner con el FMI, entre otras). El gobierno tiene la responsabilidad de acabar con el Guantánamo de la Kraft. ¿Se decidirá a hacerlo o no? Esta semana será clave.

3. Hambre, pobreza y tarifazos
El hambre y la pobreza crecen castigando al pueblo, y encima los tarifazos. Cuando salió a la luz la estafa del aumento de las tarifas de gas y electricidad y se desplegó la lucha contra ellos, el gobierno dio un paso atrás por dos meses. Ahora vuelve a la carga: hay aumentos hasta del 400%. El “capitalismo de amigos K” es así: el Estado cobra impuestos con los que subsidia a las empresas “amigas”; y cuando la “caja” se achica, decreta tarifazos para aumentar los servicios en beneficio de esas empresas. Esas empresas no invierten un peso, son cobradores de tarifas con mercados cautivos.
La AFIP, organismo manejado por el gobierno K, reconoce que en los últimos doce meses se perdieron 400.000 puestos de trabajo. Si a eso se le suman los despidos de trabajadores en negro, y los rurales, superan largamente el millón. Y con cada puesto de trabajo perdido hay una familia que pierde su único ingreso.
Ciego y sordo ante esta oleada de hambre y pobreza, el gobierno mantiene clausurado el ingreso a los planes sociales, y el monto sigue congelado en $ 150, como 10 años atrás. Anunció pomposamente “un plan” de creación de 100.000 puestos de trabajo cooperativos, de los cuales solamente se pondrán en ejecución 10.000 en el Conurbano Bonaerense, controlados por los intendentes, punteros y piqueteros K.
Además, en lugar de aumentar las jubilaciones con los fondos del Anses (que son aportes jubilatorios de los trabajadores destinados a ese fin), el gobierno continúa robándoles. Le sacó más de $ 1.700 millones la semana pasada; y ahora se denunció que le vendió bonos de deuda que se cotizaban a $ 62, haciéndoselos pagar a $ 102: estafando a los jubilados en $ 475 millones.

4. La “caja” y las “carpetas”
“Es el peor momento fiscal de la Argentina desde 2003. El Tesoro perdió el superávit fiscal primario: la recaudación se planchó, pero el gasto explota. (…) La deuda en dólares se paga con reservas y la deuda en pesos con préstamos del Banco Nación y la Anses. (…) El modelo ha cambiado: los tenedores de deuda están contentos porque la deuda se paga, pero los pobres que sufren la inflación y la devaluación estarán peor”. Lo dice un economista del sistema, Carlos Melconián, (La Nación, 5/10). De $ 15.000 millones que el gobierno espera recaudar por encima del presupuesto, $ 13.000 millones ya están destinados al pago de deuda.
El fracaso del llamado “modelo K” agrava la crisis y la descarga brutalmente sobre el pueblo. Aprovechando la debilidad y las disputas entre las derechas opositoras, el kirchnerismo avanzará todo lo que pueda hasta marzo (cuando funcione el nuevo Congreso, lo de diciembre será solo su asunción formal). La “caja” (achicada), y las “carpetas” de la SIDE, son las armas del contragolpe K. Bastó un “carpetazo” al senador Jenefes, en una reunión con los K, para cambiar su voto sobre la ley de medios. Después de tantos borocotizados, ¿qué impide que unos cuántos electos como opositores para el “nuevo” Congreso, cambien de vereda, por la caja o las carpetas? No hay que olvidar que al Senado llegan muchos que compran su lugar en las listas buscando fueros que impidan ser procesados por la justicia.
Lo ocurrido con Jenefes muestra la ferocidad de la pelea por arriba. Y se va a agravar. Hay que tener en cuenta que el país se ha vuelto en gran medida sojero, en donde pisan fuerte los monopolios que controlan ese mercado, como Cargill y otros, y el gran comprador, China. Es bueno conocer las directivas a los embajadores del máximo dirigente chino, Hu Jintao: “Deben trabajar duro para que nuestro país sea más influyente en el campo político y más competitivo en el plano económico”, (La Nación, 5/10).

5. El Encuentro de Mujeres
Un nuevo Encuentro Nacional de Mujeres se realiza en Tucumán, con muchas protagonistas de lo que sucede en el país: trabajadoras de Terrabusi, otras que luchan contra el hambre, las originarias y las de la rebelión agraria, las jóvenes y las mayores, y de otros sectores populares. Seguramente el Encuentro alumbrará el camino de su lucha contra la doble opresión, agravada por la política kirchnerista.
El movimiento de apoyo a la heroica lucha de los trabajadores de Terrabusi es extraordinario y crece día a día. Ese contingente obrero es hoy un emblema. Marcó un camino frente a la crisis. Se atrevió a enfrentar a un gigante imperialista yanqui. Ganó el respeto y la solidaridad de gran parte del movimiento obrero como se vio en los paros solidarios realizados en el Rioplatense y otros frigoríficos, el Astillero Río Santiago, ferroviarios, en la marcha y acto de la CTA, etc. Multitud de comisiones internas y delegados se arriman a Pacheco a expresar su apoyo.
Surgen comisiones de apoyo a Terrabusi, que impulsan desde abajo el reclamo de asambleas para tomar medidas solidarias, y reclamar a los sindicatos y las centrales obreras un paro nacional activo, de apoyo a las luchas obreras, para imponer una ley de emergencia laboral que impida los despidos y los demás reclamos; junto a la emergencia social y sanitaria, contra los tarifazos y por otras urgencias populares.
La lucha de Terrabusi también ha ganado el apoyo de la FNC, la FAA y sectores autoconvocados agrarios en un histórico avance de la unidad obrero-campesina. También ha contribuido al avance de la unidad obrero-estudiantil; así como de la unidad con artistas e intelectuales, sectores patrióticos y democráticos, y una amplia simpatía popular. Se van creando condiciones para que ese paro activo nacional exprese la confluencia del movimiento obrero con las fuerzas campesinas, estudiantiles y populares.

Piquete y cacerola
Septiembre fue el mes con mayor cantidad de cortes de ruta desde 1997. El gobierno gana peleas por arriba (superpoderes, fútbol, ley de medios), pierde elecciones como en Corrientes y gana rechazos (su imagen negativa supera el 80%). Su mayor drama es que no controla la calle.
Fue el temor a la confluencia de la lucha obrera con la oposición a los tarifazos y la movilización de los campesinos y chacareros, la que llevó al kirchnerismo a sacar de la galera la creación del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, logrando “una tregüita”, dijo De Angeli.
Con la oleada de luchas de los trabajadores de la salud, con paros y movilizaciones masivas en Tucumán, Jujuy, Buenos Aires y muchas otras provincias, arrancó el estallido de los estatales.
Los de arriba se pelean, y tratan de frenar la lucha de los de abajo. Sus cantos de sirena decían que había que esperar hasta junio, y ahora la espera es hasta marzo y el 2011. La leyenda dice que esos cantos llevaban a los barcos a estrellarse contra las rocas.
Lo que crece por abajo es la bronca, las luchas y la voluntad combativa de torcerle el brazo a la política de este gobierno. Crecen las fuerzas que empujan por el camino del Argentinazo y la rebelión agraria, el único que puede dar vuelta la tortilla, conquistando un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, que le haga pagar la crisis a los que se llenaron los bolsillos a costa del hambre del pueblo.