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02 de julio de 2014

La “otra idea” de los K sobre la deuda

¿Qué decía la investigación de Alejandro Olmos?

 Hace ya muchos años, en el comienzo del gobierno de Néstor Kirchner, el compañero Juan Carlos Alderete, coordinador del Movimiento de Desocupados de la CCC, quiso entregarle al presidente el fallo del juez Ballestero, sobre la deuda externa contraída durante la dictadura de Videla. Kirchner lo rechazó diciendo: “Lo conozco, pero tengo otra idea”. En estos años, el pueblo argentino está sufriendo las consecuencias de la “otra idea” de Kirchner.

 Hace ya muchos años, en el comienzo del gobierno de Néstor Kirchner, el compañero Juan Carlos Alderete, coordinador del Movimiento de Desocupados de la CCC, quiso entregarle al presidente el fallo del juez Ballestero, sobre la deuda externa contraída durante la dictadura de Videla. Kirchner lo rechazó diciendo: “Lo conozco, pero tengo otra idea”. En estos años, el pueblo argentino está sufriendo las consecuencias de la “otra idea” de Kirchner.
Porque ¿qué decía el juez en ese fallo, dictado el 13 de julio de 2000 sobre la base de la investigación de un equipo dirigido por Alejandro Olmos, y remitido al Congreso de la Nación, donde duerme desde entonces en los cajones? “…Que el Congreso de la Nación adopte las medidas que estime conducentes de la deuda externa, que reitero, ha resultado groseramente incrementada a partir del año 1976 mediante la instrumentación de una política económica vulgar y agraviante que puso de rodillas al país a través de métodos utilizados que ya fueron explicados y que tendían, entre otras cosas, a beneficiar y sostener empresas y negocios, privados nacionales y extranjeros, en desmedro de sociedades y empresas del Estado que a través de una política dirigida, se fueron empobreciendo…”. 
El juez detectó 477 ilícitos pasibles de causas penales, causas que nunca fueron llevadas a juicio, porque, como dijera el diputado del Frente para la Victoria, y banquero, Carlos Heller, justificando que no se suspendieran los pagos a los acreedores, en el 2010: “El momento fue luego de la dictadura, después hubo innumerables cambios de mano, hubo tomadores de buena fe. No se puede ir siempre para atrás, si no estaría todo sujeto a revisión”. Página 12, 24/1/2010.
La “otra idea” que llevó adelante primero Néstor Kirchner, y hoy el gobierno de Cristina Fernández, es la que estamos viendo: el “desendeudamiento” con el FMI, el canje de bonos del 2010, los pagos por juicios en el Ciadi, a Repsol y al Club de París, han hecho de los gobiernos kirchneristas “pagadores seriales”, entregando a manos de los usureros extranjeros miles de millones de dólares de una deuda que es ilegítima, ya que fue contraída por un “usurpante del poder” como era la dictadura militar, según la definición del Art. 36 de la Constitución; odiosa porque fue contraída en parte para financiar la guerra con Chile, y usuraria, tanto por parte de los acreedores originales como de los “tomadores de buena fe” de los que hablaba Heller. 
Estos son los que impusieron, durante el menemismo, con De la Rúa y ahora, que la Argentina pague intereses sobre intereses de una deuda que arrancó -según la causa Olmos- en 1975 con 8.085 millones de dólares entre deuda pública y privada, que en 1983 ya ascendía a 45.087 millones de dólares y dos años después, ya con Alfonsín, rondaba los 49.000 millones de dólares. 
Esta política, que rechazó la investigación de Alejandro Olmos y cajoneó en el Congreso el fallo del juez Ballestero, es la que nos está llevando en estos días a este incesante e indigno espectáculo de sometimiento nacional que están exhibiendo la presidenta, su ministro de Economía, y el resto de sus funcionarios, aplaudidos por todos los caranchos internos de otros sectores de las clases dominantes.
Tenía razón Alderete, y la CCC y el PCR, cuando marchaban allá por el 2003 a la Quinta de Olivos reclamando que no se pague la deuda ilegítima y usuraria. Las consecuencias de la “otra idea”, la pagamos los trabajadores y el pueblo argentino.