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07 de octubre de 2020

Entrevista a Diana Kordon

“La pandemia cambió nuestra forma de vivir”

En esta entrevista, la compañera Diana Kordon, reconocida psiquiatra de vasta trayectoria en derechos humanos y dirigente del PCR, nos habla de los efectos de la pandemia en la salud mental.

-Han pasado más seis meses del comienzo de los contagios de Covid en nuestro país ¿Cuáles son las principales cuestiones que se pueden observar desde el punto de vista de la salud mental, en la población, en los pacientes y en los trabajadores de la salud?

-Indudablemente, la pandemia nos enfrentó a un problema que nunca hubiéramos imaginado y que nos confronta con los fantasmas y la realidad misma de la muerte. A tantos meses y en plena expansión del Covid a todo el país, la incertidumbre, la angustia, la zozobra, los temores, en sus más diferentes expresiones, están presentes en todas y todos.

La pandemia cambió nuestra forma de vivir, los modos habituales de organización de nuestra vida cotidiana y a medida que el tiempo avanza, la incertidumbre y las dificultades en las condiciones de vida son fuente de sufrimiento subjetivo, sufrimiento que no implica enfermedad. El tiempo produce un agotamiento y un desgaste inevitable.

Nosotros somos un pueblo que, además, necesita fuertemente del contacto corporal con otros, del abrazo, del mate compartido. Son gestos que definen fraternidad. Y hoy vivimos una verdadera transculturación que nos afecta. También en los vínculos familiares, especialmente en los que comparten hábitat, el encierro puede activar sentimientos de hostilidad y agresividad que lleguen a conductas de violencia. En estos meses han aumentado los femicidios y también autolesiones en adolescentes.

Con Lucila Edelman, Darío Lagos y los compañeros del Equipo Argentino de Trabajo e Investigación (Eatip) y otros colegas de Apsa (Asociación de Psiquiatras Argentinos) y de Liberpueblo, montamos un dispositivo solidario de acompañamiento psicológico y vemos claramente estos efectos, que además padecemos nosotros mismos. Tengamos en cuenta que el problema es la pandemia, no las medidas de cuidado que plantea el gobierno, que son adecuadas.

Pero para comprender en su verdadera dimensión los efectos de la pandemia en la salud mental es necesario tener una visión que atienda a la complejidad del problema. No se trata de una cuestión epidemiológica o sanitaria solamente. Las condiciones materiales y sociales en las que vivimos son parte misma del problema.

Si bien el Covid nos afecta a todas y todos, la afectación no es la misma para todos. Para los sectores más vulnerados en sus derechos, la emergencia es extremadamente dura y se agudiza día a día. La situación es verdaderamente crítica. Hoy, como nunca, está vigente la famosa frase de Ramón Carrillo: “no puede haber política sanitaria sin política social”.

En esta coyuntura se han puesto en evidencia problemas estructurales, históricos, de la Argentina. Además de la devastación social, económica y sanitaria que produjo el gobierno macrista.

Obviamente, en los trabajadores de la salud, la situación es especialmente grave. Están en la primera línea de enfrentamiento al virus, con enormes riesgos personales y para sus familias. La posibilidad de contagiar a sus familias es muy angustiante. Al problema de las condiciones de trabajo y la precariedad salarial se suman el agotamiento y la falta de recursos humanos.

Con emoción y gratitud quiero compartir mi más profundo homenaje a las y los trabajadores de la salud que fallecieron por Covid 19 y mi reconocimiento a todos y todas aquellas que sostienen la tarea cotidiana de cuidar de la salud de nuestro pueblo.

 

-¿Cuál es la peligrosidad del discurso «anticuarentena», y su relación con los objetivos políticos de los sectores más reaccionarios de las clases dominantes?

-A medida que la gravedad de la epidemia avanza en el tiempo y las consecuencias económicas se hacen sentir, produciendo padecimientos enormes en nuestro pueblo, las contradicciones se agudizan. Como en todos los planos, también hay una disputa por la subjetividad. Es indignante la campaña anticuarentena impulsada por el macrismo y las clases dominantes, que no quieren ver afectados sus intereses. En una actitud absolutamente irresponsable ante la salud pública, critican precisamente los aciertos del gobierno. Incluso intentan apropiarse de nuestros emblemas patrios, que para nuestro pueblo tienen un sentido emancipador. Está claro que no están dispuestos a ceder un milímetro de sus privilegios.

Sus discursos son francamente peligrosos, porque se apoyan en los sentimientos lógicos de malestar para incidir en la subjetividad a través de una gigantesca campaña de desgaste del gobierno. Utilizan los medios y las redes para operar sobre los aspectos más conservadores del sentido común, en el que las ideas individualistas y del “sálvese quien pueda” ya estaban presentes, a través de la cultura de la posmodernidad. En vez de reconocer el desastre que significa el virus, ponen el centro del ataque en las políticas de cuidado. Ocultan que siendo la pandemia un fenómeno social, los medios para enfrentarla son sociales. La “infectadura” y el cuidado privatizado que proponen, reivindicando supuestas libertades individuales, desconoce que estamos ante un problema del conjunto y que las medidas de cuidado compartidas colectivamente son un verdadero ejercicio de libertad. La forma verdaderamente eficaz de lograr la preservación personal es que todo el grupo social, colectiva y conscientemente, tome medidas de prevención. La preservación individual es simplemente ilusoria.

 

-¿En donde residen las principales fortalezas de nuestro pueblo, para enfrentar esta pandemia y sus consecuencias?

-El protagonismo social es una herramienta fundamental para afrontar las situaciones críticas y el sentimiento de pertenencia a un conjunto actúa como un elemento de protección subjetiva.

En todos estos meses, de acuerdo a las posibilidades que permiten las circunstancias críticas actuales, desde los más diversos ámbitos se despliegan tareas solidarias, en algunos casos espontáneas, en otros por parte de colectivos organizados. Los muchachos de  “Ni un pibe menos por la droga” y los de nuestra Juventud, así como miles de compañeras y compañeros de la CCC y de diversas organizaciones populares tienen un papel esencial en esta lucha contra la pandemia.

A su vez, las políticas que está implementando el gobierno nacional son un elemento esencial para enfrentar la epidemia. Es necesario que se amplíen y profundicen, y que se articulen, en colaboración mutua, con las diferentes organizaciones sociales que garantizan la participación colectiva, para resolver los problemas fundamentales que la emergencia plantea, para asegurar que las medidas protectoras lleguen a todas y todos y para preservar y ampliar los elementos psicosociales de anclaje subjetivo.

 

Foto: Pandemia, obra de Diana Dowek

Hoy N° 1835 07/10/2020