Como es habitual, saber lo que pide de aumento el pingüino Antonio Caló, secretario nacional de la UOM, es igual a un juego de adivinanzas. ¿El 22% para todas las categorías o una suma fija hasta agosto? ¿De cuánto sería esa suma? Pocos lo saben, aunque muchos presentimos que va a estar muy lejos de las necesidades de todos los metalúrgicos.
Sin embargo la clave para averiguarlo está en ver los deseos del jefe político de Caló, Néstor Kirchner y de los monopolios que más se vienen beneficiando con su política.
El gobierno del ex presidente en ejercicio y su esposa, tienen como objetivo central descargar la crisis nacional e internacional sobre las espaldas de los trabajadores y el pueblo. Para eso necesita seguir enchalecando los aumentos salariales, como lo vinieron haciendo hasta ahora, con la inestimable ayuda del secretario nacional de nuestro gremio, entre otros.
Sin embargo, Cristina K no dudó en interceder ante el gobierno de Venezuela para lograr un precio que dejó satisfecho a los Rocca, del grupo Techint, por la expropiación de Sidor. ¿Hará lo mismo con la deuda que Techint tiene con sus trabajadores? ¿Intercederá ante Rocca para que pague a sus trabajadores los $ 12.000 que les corresponden de premio anual?
Salarios de hambre
Desde la firma del último convenio, el 1/04/08, a pesar del 32%, que con la lucha se consiguió para el operario y del 28% para el resto de las categorías, la inflación ya superó el 40%.
Además, con la caída de la producción por efecto de la crisis, cayeron las horas extras y la mayoría de los salarios quedaron reducidos a los básicos de convenio. Así, un operario metalúrgico pasó a cobrar $ 8 por hora, o sea $ 1.200 por mes de bolsillo, una verdadera miseria, que sin embargo muchas patronales, aprovechando la situación de despidos y suspensiones, ni siquiera alcanzan a pagar. Esto, suponiendo que sigue trabajando la jornada completa y no está suspendido y con su salario aún más reducido. Así, los metalúrgicos seguimos teniendo uno de los salarios más bajos de toda la industria.
El camino de los trabajadores de Mahle
Como los metalúrgicos de Mahle se plantaron frente al cierre de la fábrica, ocuparon la planta y luchan por su reapertura, uniendo al pueblo de Rosario alrededor de su lucha; así debemos hacer los metalúrgicos para luchar por un salario igual al valor de la canasta familiar.
Hay una enorme voluntad de lucha que puso en el centro del combate a la clase trabajadora. Bancarios, estatales, petroleros, Astillero Río Santiago, son apenas algunos ejemplos de luchas por mejores salarios. Y junto con la lucha, crece la necesidad de encontrar formas de unidad entre los trabajadores para enfrentar esta política y lograr que la crisis la paguen los que se enriquecieron estos años con el kirchnerismo.
La coordinación entre mecánicos y metalúrgicos en Córdoba, la convocatoria de la Comisión Interna de Emfer, la de la Lista Celeste de Casilda 1° de Mayo, los autoconvocados de Armstrong, la creación de la Mesa de Coordinación en San Martín, el Plenario de Villa Constitución, surgieron como consecuencia de la lucha que crecen por abajo entre los metalúrgicos y fueron grandes apoyos de las luchas que protagonizaron los metalúrgicos de Emfer, Paraná Metal, Bosch, Acindar, Gestamp y fundamentalmente la de Mahle.
Para frenar los despidos y las suspensiones es necesario tomar a fondo la cuestión salarial, porque es una necesidad de todos los metalúrgicos y una herramienta para reactivar la economía y darle salida a la crisis a favor de la clase obrera y el pueblo. Desde la lucha, uniendo y coordinando por abajo, profundizando en proceso de recuperación de comisión interna y cuerpos de delegados, hay que imponerle a la dirección nacional de la UOM un paro nacional con movilización de todos los metalúrgicos y un plan de lucha contra esta política económica por:
• Aumento de emergencia del 50% para todas las categorías en el camino de alcanzar el valor de la Canasta Familiar.
• 6 horas de trabajo sin reducción salarial para evitar despidos y suspensiones.
• Efectivización de todos los trabajadores contratados.
• Ocupar por sus trabajadores las fábricas que cierran.