¡El golpe prorruso está en marcha!
¡Aplastémoslo antes que sea tarde!
Fuerzas golpistas que están hegemonizadas por el imperialismo ruso se han lanzado al asalto directo del poder mediante un golpe de Estado disfrazado de “institucional” y de “peronista”.
¡El golpe prorruso está en marcha!
¡Aplastémoslo antes que sea tarde!
Fuerzas golpistas que están hegemonizadas por el imperialismo ruso se han lanzado al asalto directo del poder mediante un golpe de Estado disfrazado de “institucional” y de “peronista”.
El enviado especial de Brezhnev, Tsarapkin, quien arribó a nuestro país en medio de la crísis política desatada por los golpistas, acaba de declarar abiertamente: “para la URSS, sin duda alguna, la Argentina es uno de los países más importantes de América Latina…” Los nuevos zares que han destruido el socialismo en la URSS restaurando el capitalismo monopolista, están lanzados a una loca carrera por la dominación mundial. Por ello se disputan encarnizadamente la presa argentina con los imperialistas yanquis.
Para poder triunfar necesitan confundir al pueblo, dividirnos, paralizar nuestra energía revolucionaria, cuya fuerza, en alza desde el Cordobazo, ha tumbado a Onganía, Levingston y Lanusse. Inventan el peligro del “lopezreguismo” para dividir a los peronistas. Intrigan entre los radicales para usarlos en el golpe. Asesinan a los verdaderos comunistas en el vano intento de detener la patriótica y revolucionaria lucha antigolpista del PCR junto al pueblo peronista.
Para poder triunfar necesitan derrocar a Isabel Perón, porque se ubica en una línea tercermundista y resiste sus presiones imperialistas.
El golpe prorruso está en plena ejecución
* Han designado a Luder como “sucesor legal”.
* Aprietan el cerco contra Isabel Perón para dejarla hoy virtualmente prisionera y derrocarla abiertamente poco después.
* Marchan aceleradamente a copar el Partido Justicialista con los traidores Miguel y Herreras a la cabeza, junto a otros tránsfugas sobornados o infiltrados en distintos niveles del peronismo.
El verdadero objetivo de todo esto es dejar el gobierno en manos de un puñado de civiles y de militares prorrusos de la trenza lanussista y sus socios en la Marina.
Este golpe pretende montarse sobre la lucha antiyanqui de nuestro pueblo y se pone una máscara “progresista” y aun “peronista”. Pero conocemos de sobra a los personajes que lo encabezan. No nos pueden engañar con el palabrerío sobre la “liberación nacional”: ellos pretenden cambiar el amo viejo yanqui por el amo nuevo ruso.
Lorenzo Miguel y Casildo Herreras son viejos jerarcas traidores al servicio de los monopolios, que han vendido siempre, a cambio de jugosas coimas, las luchas y reivindicaciones obreras, que pisotean la democracia sindical y usurpan los sindicatos mediante el fraude y el matonaje, que trabajaron en 1966 a favor del nefasto golpe de Onganía y luego se tragaron sin chistar el despojo de las conquistas sociales, la desocupación de centenares de miles de argentinos, especialmente del interior, el desalojo de miles de campesinos arrendatarios, la congelación de salarios. Miguel y Herreras firmaron a espaldas de la clase obrera la congelación de salarios con su patrón Gelbard e hicieron la vista gorda ante el contrabando, el desabastecimiento y el mercado negro, mediante lo cual, los estafadores de ALUAR han multiplicado por 100 sus capitales, a costa de los obreros, los campesinos pobres y medios y la pequeña y mediana burguesía nacional y han facilitado y agravado la crisis económica que vive el país. También conocemos de sobra a los militares golpistas que están detrás de ellos, empezando por Lanusse. Hombre del riñón mismo de la oligarquía, ya en 1951 participó del abortado golpe gorila de Menéndez contra el General Perón, ascendió al generalato gracias a la restauración oligárquica y proimperialista de 1955, estuvo en el golpe de 1966 contra el gobierno radical, y se asoció estrechamente a los testaferros de la URSS en la Argentina (Gelbard, Broner, y otros) a los que dio el control del aluminio (y, en perspectiva, del Atlántico Sur). Es responsable de los fusilamientos de Trelew y de la tortura y muerte de decenas de luchadores obreros y populares, peronistas y no peronistas, es autor de la proscripción del General Perón en las elecciones del 11 de marzo de 1973.
¿Gobierno democrático cívico-militar?
El triunfo de un golpe prorruso instaurará inevitablemente una dictadura sangrienta contra el pueblo. Se engañan quienes crean en sus cantos de sirena sobre un “gobierno cívico-militar de amplia coalición”. Si caen en la trampa, no podrán salvarse después de la feroz dictadura al servicio del imperialismo ruso. El proceso portugués debe servir de lección. Los rusos son imperialistas, su “socialismo” sólo es un taparrabos. Por eso, al igual que los yanquis, buscan dominar nuestra nación de cualquier manera.
Los rusos no sólo tienen clavadas sus garras en Checoslovaquia o Mongolia. Mediante el dúo Gelbard-Broner, principales testaferros de los capitales rusos invertidos en nuestra patria, han ido expandiendo notablemente su poder económico, político y militar y su control sobre los medios de difusión masiva. Sobre todo, al amparo de la dictadura de Lanusse, de la presidencia de Cámpora y de la gestión gelbardiana en el Ministerio de Economía. Los intereses rusos se han ido asociando a sectores de la oligarquía tradicional y a viejos monopolios golpistas antinacionales como Bunge y Born.
La experiencia nos muestra que también los golpes contra Yrigoyen en 1930, contra Perón en 1955 y contra Illia en 1966 se disfrazaron con promesas “nacionalistas” y “democráticas”.
¡Ni amo viejo, ni amo nuevo!
Los yanquis, enemigo principal de nuestro pueblo y nuestra patria, alientan abiertamente a los rusos a dar el golpe contra Isabel. Así lo expresan sus tradicionales voceros La Prensa y Alsogaray. Les dejan así el trabajo sucio a los rusos. A la vez, aprovechan a fondo el aventurerismo de los prorrusos que han dividido a las fuerzas antiyanquis, para poner a punto sus fuerzas y lanzarlas al pinochetazo que restaure plenamente la dominación yanqui en nuestra patria.
De este modo ambas superpotencias se aprestan a desangrar a nuestro país para imponer sus designios de rapiña. Por eso, como ha denunciado Isabel de Perón “la Patria está en peligro”. Por eso se equivocan profundamente quienes creen que la hegemonía de los prorrusos puede ser útil en el camino de liberarnos de los yanquis. Así como en 1806 y 1807, los argentinos tuvimos que derrotar las invasiones inglesas en el camino de liberarnos del colonialismo español, hoy tenemos que derrotar a los rusos en el camino de liberarnos de nuestro principal enemigo, los yanquis.
Por eso, hoy como ayer, la gran divisa de los patriotas argentinos es: ni amo viejo ni amo nuevo: ser libres de toda dominación extranjera.
Que los platos rotos los paguen quienes los rompieron
Los golpistas prorrusos aprovechan las debilidades y contradicciones de la política de Isabel Perón, que no va a fondo contra los yanquis y la oligarquía terrateniente. La grave crisis económica actual tiene causas de fondo: la dependencia argentina -principalmente respecto de los yanquis- y el latifundio. Son los yanquis y los oligarcas quienes deben pagar los platos rotos y no la clase obrera y el pueblo.
El plan Rodrigo ha fracasado porque no atacó las causas de la crisis. Y facilitó por ello la labor de los golpistas que pretendieron montarse sobre las justas luchas obreras y populares.
Para sortear la crisis y avanzar por el camino liberador es preciso:
* Desconocer la deuda externa contraída por los gobiernos entreguistas con los centros financieros dominados por los yanquis y postergar el pago del resto de la deuda.
* Nacionalización del comercio exterior y medidas rigurosas para extirpar el contrabando; severo control de divisas; nacionalización de la banca y los seguros; inmediata creación de un organismo nacional de compra y comercialización de productos agropecuarios industriales vitales para el abastecimiento.
* Control obrero de la producción con delegados obreros electos directamente por las bases y control popular de los precios de los productos esenciales.
* Expropiar a los monopolios yanquis fundamentales para asegurar un manejo independiente de la economía nacional (destilerías de Esso; Cargill; Minera Aguilar; Ford y General Motors; Rigolleau, y otras semejantes) y los monopolios golpistas que provocan desabastecimiento y trabajan para el golpe como Bunge y Born o Aluar.
* Expropiar los latifundios que traban el progreso del agro y del país y entregar tierra a los campesinos pobres y medios, asegurándoles compra y precios preferenciales y compensatorios para sus productos; y créditos suficientes.
* Establecer un impuesto especial a las grandes fortunas.
* Política activa de unidad antiimperialista y firmemente tercermundista.
* Salario mínimo para la familia tipo de $850.000; ajuste trimestral de los salarios según el costo de la vida, poner en vigencia las condiciones de trabajo acordadas en las paritarias y las estipulaciones de la Ley de Contrato de Trabajo.
* 82% móvil para jubilados y pensionados.
* Créditos preferenciales con bajo interés e impuestos diferenciales para los pequeños y medianos industriales, comerciantes, profesionales y artesanos, y compra preferencial por el Estado.
La patria está en peligro
El peligro que amenaza a nuestra patria es muy grave. Pero estamos aún a tiempo de pasar a la contraofensiva, derrotar a los golpistas prorrusos y avanzar hacia la liberación definitiva. Podemos vencer.
Podemos derrotarlos porque somos millones, porque la inmensa mayoría de los argentinos, peronistas y no peronistas, repudiamos el golpe. Porque también en las FFAA hay importantes sectores patrióticos que, si el pueblo con la clase obrera al frente lucha, pueden unirse a las fuerzas antigolpistas. Porque los golpistas prorrusos están corroídos por agudas contradicciones.
La condición decisiva para derrotar el golpe en marcha está en la movilización inmediata de la clase obrera. Lo que los obreros, al frente de todo el pueblo, dejemos de hacer nadie lo hará por nosotros. Isabel Perón resiste a los golpistas. Ha dicho: “les advierto que ni he hecho las valijas ni voy a entregarme sin pelear, sino que voy a obligarlos a que me tengan que colgar en Plaza de Mayo”. Al mismo tiempo, como nos enseña la experiencia de 1955, la única garantía para derrotar al golpe es que la clase obrera se ponga decididamente al frente de la lucha.
Para ello es preciso:
* Ganar la calle inmediatamente con actos, manifestaciones y propaganda antigolpista, impidiendo que Isabel pueda quedar prisionera.
* Barrer de las comisiones internas, cuerpos de delegados y sindicatos a los dirigentes trenzados con las patronales golpistas en una nueva Unión Democrática.
* Coordinar los cuerpos de delegados y sindicatos antigolpistas junto con las organizaciones campesinas y populares y con los militares patriotas en un plan concreto de acción para derrotar a los golpistas.
* Barrer a los gobernadores golpistas como Calabró, asegurando la autonomía federal.
* Organizarnos y armarnos para derrotar a los golpistas en el terreno que sea necesario.
* Lograr la libertad de los presos antigolpistas y el levantamiento de la orden de captura que pesa sobre René Salamanca.
En esta hora decisiva para los destinos de la Nación Argentina los comunistas revolucionarios refirmamos nuestra inquebrantable decisión de combatir hasta la última gota de sangre junto al pueblo peronista contra el golpe, en defensa de Isabel, para avanzar hacia la liberación definitiva del pueblo y de la patria.
¡OTRO 1955 NO PASARÁ!