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17 de julio de 2013

El siguiente es un texto de Mao Tsetung tomado de “El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional”,
Obras Escogidas de Mao Tsetung, tomo II (extractos en Cuadernos... Nº 60, Mao: Papel del Partido).

La política de cuadros

DE LA EXPERIENCIA HISTÓRICA DEL PROLETARIADO

El Partido Comunista de China es un partido que dirige la gran lucha revolucionaria de una inmensa nación de varios centenares de millones de personas, y no puede cumplir su misión histórica sin un número considerable de cuadros dirigentes capaces y políticamente íntegros. Durante los últimos diecisiete años, nuestro Partido ha formado muchos dirigentes competentes, de modo que ya tenemos una armazón de cuadros en el trabajo militar, político, cultural, de Partido y de masas; esto constituye un orgullo para el Partido y la nación. Pero la armazón existente no basta para soportar el amplio edificio de nuestra lucha; hay que seguir formando en gran escala cuadros competentes. Muchos activistas han surgido y continúan surgiendo en la gran lucha del pueblo chino. Es responsabilidad nuestra organizarlos, formarlos, cuidarlos bien y saber utilizarlos. Una vez determinada la línea política, los cuadros vienen a ser un factor decisivo1. Por lo tanto, es nuestra tarea de lucha preparar planificadamente gran número de nuevos cuadros.
Tenemos que preocuparnos no sólo por los cuadros miembros del Partido, sino también por los que no lo son. Fuera del Partido hay muchas personas capaces, y los comunistas no podemos dejarlas de lado. Es deber de cada comunista deshacerse de toda altanería, saber trabajar junto con los cuadros que no militan en el Partido, proporcionarles sincera ayuda, tratarlos con una afectuosa actitud de camaradas y orientar su actividad hacia la grandiosa causa de la Guerra de Resistencia contra el Japón y de la reconstrucción nacional.
Debemos saber valorar a los cuadros. No los juzguemos únicamente por un breve período de su actividad o por un solo hecho de su vida, sino también por todo su pasado y todo su trabajo. Este es el método principal para valorar a los cuadros.
Debemos saber utilizar a los cuadros. El dirigente tiene, en resumidas cuentas, dos responsabilidades principales: elaborar y utilizar a los cuadros. Preparar planes, tomar decisiones, dar órdenes e instrucciones, etc., entran en el concepto de “elaborar ideas”. Para que las ideas sean llevadas a la práctica, el dirigente tiene que unir a los cuadros e impulsarlos a la acción; esto entra en el concepto de “utilizar a los cuadros”. En la historia de nuestra nación ha habido siempre dos líneas opuestas en este terreno: el “nombramiento por méritos” y el “nombramiento por favoritismo”. La primera es honrada y la segunda no lo es. El criterio que debe aplicar el Partido Comunista en su política de cuadros es ver si éstos llevan adelante con firmeza la línea del Partido, observan su disciplina, mantienen estrechos vínculos con las masas, poseen la capacidad de orientarse independientemente en el trabajo y son activos, empeñosos y desinteresados. Esta es la línea de “nombramiento por méritos”. La política de cuadros aplicada por Chang Kuo-tao era exactamente la opuesta. Siguiendo la línea de “nombramiento por favoritismo”, reunió en torno suyo a sus favoritos, formó una pequeña fracción y acabó por traicionar al Partido y desertar. Esta es una importante lección para nosotros. En vista de ésta y otras lecciones históricas similares, el Comité Central y los dirigentes de todos los niveles tienen la importante responsabilidad de perseverar en la práctica honrada y justa en lo que respecta a la política de cuadros, y de combatir la práctica deshonesta e injusta, para que se consoliden la unidad y la cohesión del Partido.
Debemos saber cuidar bien a los cuadros. He aquí el método:
Primero, orientarlos en su trabajo. Esto significa dejarles desplegar su iniciativa en el trabajo para que se atrevan a asumir responsabilidades y, al mismo tiempo, darles indicaciones oportunas para que, a la luz de la línea política del Partido, puedan poner en pleno juego su espíritu creador.
Segundo, ayudarlos a elevar su nivel. Esto significa brindarles la oportunidad de estudiar y educarlos, de modo que eleven su preparación teórica y su capacidad en el trabajo.
Tercero, verificar su trabajo y ayudarlos a sintetizar sus experiencias, a seguir adelante sobre la base de lo conquistado y a corregir sus errores. No es la manera de cuidar bien a los cuadros confiarles una tarea sin verificar su ejecución, y prestarles atención sólo cuando hayan cometido graves errores.
Cuarto, utilizar, en general, el método de la persuasión con los cuadros que hayan cometido errores y ayudarlos a corregirlos. Sólo se puede recurrir al método de la lucha con los que hayan cometido errores graves y rechacen toda guía. En todo esto, la paciencia es indispensable. No es correcto calificar a la ligera de “oportunista” a la gente ni precipitarse a “entablar luchas” contra ella.
Quinto, ayudarlos en sus dificultades. Cuando un cuadro cae enfermo o tropieza con dificultades materiales, familiares, etc., hay que prestarle toda la ayuda posible.
Este es el método para cuidar bien a los cuadros.


1. En enero de 1934, Stalin dijo en su informe ante el XVII Congreso del PC (b) de la URSS: “[…] después de trazada una línea política certera, es el trabajo de organización el que lo decide todo, incluso la suerte de la línea política misma, su cumplimiento o su fracaso”. Aquí, Stalin trató de la “acertada selección de los hombres”. En su discurso de mayo de 1935, pronunciado en el Palacio del Kremlin ante la promoción de mandos salidos de las academias del Ejército Rojo, Stalin, planteó y aplicó la consigna: “Los cuadros lo deciden todo”. En marzo de 1939, Stalin dijo en su informe ante el XVIII Congreso del PC (b) de la URSS: “Una vez elaborada una línea política acertada, comprobada en la práctica, los cuadros del Partido vienen a ser la fuerza decisiva para la dirección del Partido y del Estado”.