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13 de febrero de 2013

Buscan castigar al movimiento de trabajadores Autoconvocados de la Salud Pública de Santiago del Estero.

La política de Zamora Martínez no pasa sin persecución

Trabajadores de la Salud de Santiago del Estero

 El lunes 4 de febrero se terminó de plasmar lo que determinados hechos preanunciaban: dos semanas de espera, dilación de una respuesta, idas y vueltas al Ministerio para que al fin me notifiquen oralmente, que a pesar de haber cumplido más de cinco años trabajando en el sistema de salud público provincial, no me pasan a contrato de servicio (contrato de empleado público, con todos los beneficios de un trabajador en blanco dentro de la administración publica provincial, con aportes patronales, seguro de vida, obra social, licencias y vacaciones, etc.).
Utilizan como argumento la falta de continuidad laboral, “obviando” que la misma se dio en el marco de una cesantía como represalia a la lucha de los trabajadores Autoconvocados de la salud.
Cinco años trabajando con un contrato de locación (basura), sin derechos, con sueldos miserables ($1.300 por mes que con el “aumento” de este año se va a $1.550). Debiendo pagar un monotributo de $239 para poder cobrar y si pagás menos te endeudás en la AFIP, con la obligación de cumplir 35 horas semanales igual que los demás trabajadores.
En este contexto el pase a contrato de servicio representa para los trabajadores de la salud pública la posibilidad de mejorar la situación laboral de quienes trabajamos en negro; con un cierto “alivio económico” al percibir un sueldo que va entre los $2.000 y $3.000 (en el mejor de los casos) aunque lejos del costo real de la canasta familiar.
El quedar fuera de la nómina de trabajadores que este año acceden a un contrato de servicio, después de los cinco años de trabajo fijados por el gobierno, no es casual, ya que se busca castigar a todos los trabajadores de la salud que en el año 2009 comenzamos una histórica lucha (en ese momento la pandemia de gripe A hacía estragos en la población y la epidemia del dengue también había “aportado lo suyo”). Con el sistema de salud colapsado, con una precarización laboral que superaba el 70%, con sueldos por debajo de la línea de la pobreza e indigencia, sin medicamentos, sin insumos, poniendo el pecho día a día, bancando todo, dando la cara y atendiendo las necesidades de la población como se podía, con lo que había. Compromiso y voluntad sobre todo. En ese momento se constituyó el Movimiento de Trabajadores Autoconvocados de la Salud Pública (su nombre y conformación se dio por la falta de respuestas del gobierno y de los gremios traidores), nos plantamos, salimos a la calle como nunca antes se había hecho. La respuesta del gobierno de Zamora con la complicidad del ministro de Salud Martínez fue la persecución y los despidos (hubo 27 en total, más traslados, descuentos, amenazas, etc.), con ello pretendían desarticular el reclamo y “disciplinarnos”, decían que nos iban a despedir a todos. No pudieron, con la lucha no solo volvimos sino que además conquistamos el pase a contrato de servicio, mejoras edilicias y de los servicios en el hospital regional e independencia.
Un sistema de salud que resuelva las necesidades de nuestro pueblo, no está en los planes de política pública de Zamora y del ministro de Salud Martínez (quien se vanagloria de “tener línea directa con la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner”), en eso también coinciden nación y provincia. Lo principal de su política es la precariedad laboral y centros de salud vaciados de personal y equipamiento sobre todo en el interior provincial. Frente a este panorama, los trabajadores de la salud, buscamos múltiples caminos para enfrentar esta política, mientras el gobierno etiqueta como “enemigo” a quienes luchan de diferentes maneras para cambiar el sistema de salud y las condiciones de trabajo. A quienes no se puede comprar, no se puede doblegar y hacer callar le cae todo el peso del aparato estatal, con medios de comunicación que silencian todo, organismos que miran para otro lado, la in-justicia a su servicio y con ello creen que todo lo pueden. Se equivocan… “Siembran vientos, cosecharán tempestades”.
Responsabilizo al gobierno de Zamora y a su ministro de Salud Martínez por lo sucedido, lo comunicado fue por orden de Casa de Gobierno. También por algún otro tipo de represalia que se pueda tomar o un posible despido.
La única lucha que se pierde es la que se abandona.
¡Salud compañeros!
*Educador sanitario