1. La crisis ya golpea fuerte
La crisis económica mundial sacude al mundo. Es la más grande de la historia del sistema capitalista-imperialista. Solo en Estados Unidos ya hay 760.000 despedidos. Las grandes potencias se preparan para un nuevo reparto del mundo, con fascismo y guerras. Los trabajadores y los pueblos y naciones oprimidas buscan caminos para su liberación.
La Argentina ya está atrapada por la crisis. Hay 100.000 despidos (Clarín, 2/10). Cayeron los depósitos bancarios $ 5.000 millones. En octubre el Banco Central perdió reservas por 3.500 millones de dólares. Se fugaron del país 5.400 millones de dólares en el tercer trimestre de 2008, (Ambito Financiero, 3/11). El juez yanqui Thomas Griesa bloqueó 1.553 millones de dólares de las AFJP en Estados Unidos, a pedido de los fondos buitres. Caen las ventas minoristas hasta el 30% en algunos casos. La soja bajó 44% (de 609 dólares en julio, a 339 el viernes pasado).
Lo que está en juego es quién paga la crisis. Hay tres respuestas: 1) la del gobierno, 2) la de la mayoría de la oposición dentro del sistema, y 3) la de los trabajadores y el pueblo.
2. La mentira K
¿Qué hace el gobierno? Su política se muestra en el presupuesto del 2009: no hay ninguna medida anticrisis a favor de los trabajadores y el pueblo, y ninguna en contra de los que se enriquecieron durante todos estos años.
El gobierno habla contra los despidos, pero reunió a los ministros de Trabajo de todas las provincias para firmar un documento que aplica el “procedimiento preventivo de Crisis de Empresas”, por el cual las patronales pueden “justificar” cesantías y suspensiones. Pactó con los jerarcas sindicales colaboracionistas parar los reclamos salariales. Devaluó el peso el 12% en dos meses provocando inflación. Aumentó la electricidad, que fábricas y comercios cargan con remarcaciones. El gobierno kirchnerista de Jujuy reprimió la movilización de la multisectorial de La Quiaca apoyada por las fuerzas combativas. Persigue a las direcciones combativas: juicios contra Ramón Bogado de la comisión interna de Terrabusi, y contra Quique Mosquera y otros dirigentes de la CCC de Jujuy, ataque a David Garutti y a la comisión interna y delegados del Hospital Francés.
El gobierno sigue con su política contra las masas trabajadoras y campesinas agrarias. La producción de granos, carnes y cultivos regionales, y los pueblos de las provincias, están arruinados.
La dirección de la CGT, Yasky y su grupo en la CTA, y la dirección del PO, antes tenían como blanco a “la patria sojera” para apoyar el ataque kirchnerista contra las masas agrarias; y ahora ponen como blanco al “golpe de mercado”, para justificar su aval a la política del gobierno de descargar la crisis sobre el pueblo. La dirección del PO, lejos de autocriticarse por su política que llevó al aislamiento y la derrota de varios procesos de lucha, muy lejos de plantear el desborde de los jerarcas colaboracionistas, trata de sembrar expectativas en que “las direcciones de la CGT y la CTA rompan con el gobierno y lancen una huelga general”. Le piden peras al olmo, en el colmo de la hipocresía para apoyar al gobierno.
El robo K
Crece la desocupación, el hambre, los despidos y suspensiones, cae el consumo y la producción, pero el gobierno no toma ninguna medida anticrisis en esa dirección. Su preocupación es “la caja K”.
La reestatización de las jubilaciones sería una medida correcta, que siempre hemos impulsado. Pero lo que busca el gobierno es robar los fondos de los trabajadores y jubilados para pagar la deuda externa, hacer sus negocios, y mantener el aparato electoral borocotizado para el 2009.
Sigue robando: usa el “superávit” del Anses para pagar deuda pública, mientras hay más de 4.200.000 jubilados bajo la línea de pobreza, y 1.000.000 bajo la de indigencia. No paga los juicios a los jubilados a los que acható las jubilaciones llevándolas a la mínima. Se burló de la decisión de la Corte Suprema con una ley de “movilidad previsional” que es una estafa. Al Anses y a las AFJP les hicieron comprar “bonos basura” del Estado que no valen nada.
La obsesión K es la caja K. Lo fue antes con la circular 125 y ahora con la ley que le permite hacer cualquier cosa con los fondos de los trabajadores afiliados de las AFJP.
Mientras, la investigación a las cerealeras por la estafa con los formularios de exportación están “cajoneada”, los monopolios mineros siguen llevándose fortunas y envenenando regiones enteras sin que les cobren retenciones, tampoco ponen impuestos a la especulación financiera, o al juego. Los grandes terratenientes y pooles siguen con sus beneficios, hasta les conceden, como en Santa Cruz, el no pago de impuestos.
3. Peleas entre los de arriba
¿Qué propone la oposición al kirchnerismo dentro del sistema? También quiere que la crisis la paguen los trabajadores y el pueblo, pero disputa por quién se salva o se beneficia.
Los grandes empresarios reunidos en el “coloquio de IDEA” plantean “resguardar la propiedad privada”. La Unión Industrial quiere una devaluación que hache los salarios, como la que hizo Duhalde en el 2002 y mantuvo Kirchner.
Carrió y Macri salieron a defender las AFJP. Esas AFJP que jugaban en “la timba financiera” los aportes previsionales, y cobraban comisiones faraónicas. Es decir, robaban la propiedad social de los asalariados, sus aportes jubilatorios, que son la parte diferida del salario que el trabajador recibe cuando se jubila.
Algunos reclaman que se acuerde con el FMI, y aplaudieron cuando el gobierno negociaba con el Club de París y un megacanje con los bonistas.
Muchos de estos sectores son los que están realizando la fuga de divisas, la corrida hacia el dólar y otras medidas, con las que disputan y presionan al kirchnerismo, mientras buscan ganar tiempo para armar su relevo.
Una muestra de a qué apuntan la da Macri: su policía será organizada con el asesoramiento de Serge Leteur, un hombre del servicio de inteligencia de la policía francesa. Cuadros de la inteligencia francesa fueron parte de los que adiestraron a los genocidas de la dictadura en “chupaderos”, secuestros y torturas.
4. Que paguen los de arriba
Plata hay, el problema es cómo se gasta. ¿La usa el kirchnerismo para salvar sus negocios, pagar la deuda y comprar candidatos y votos? Si. ¿La usa la oposición del sistema para salvar los negocios de sus patrones? Si. Unos y otros se llenaron los bolsillos estos años a costa del pueblo, ahora que paguen.
En la gran crisis del siglo pasado, el derrumbe de la economía mundial comenzó en 1929 y se arrastró hasta la Segunda Guerra Mundial. Pero no fue igual en todo el mundo. En la Unión Soviética socialista, con los planes quinquenales, la colectivización agraria, la estatización de la banca, el comercio y lo fundamental de la industria, la clase obrera y el pueblo de esas naciones pudo sostener el peso fundamental de la guerra contra la agresión nazifascista y resolver pan, trabajo, techo, educación y salud. Su prestigio contribuyó a revoluciones socialistas y de liberación nacional en la pos guerra.
En la Argentina, con los gobiernos pagadores de la deuda pública nos fue mal. En diciembre de 2001, cuando otra crisis castigaba con hambre y desocupación, el pueblo se rebeló en el Argentinazo haciendo tambalear el sistema. Impuso el no pago de la deuda para volcar fondos a la emergencia social y productiva, y el país comenzó a salir de la crisis. También, cuando el gobierno kirchnerista buscó saquear a los chacareros, la rebelión agraria le cerró el camino a ese robo.
Hay muchas brasas
Frente a la crisis, hay una salida a favor de los trabajadores y el pueblo (ver 10 puntos en pág. 3). Y hay ejemplos a seguir.
Los trabajadores de General Motors impidieron los despidos; también los trabajadores del Easy. Los mecánicos de Acara paran y cortan calles por un aumento del 50%. Los bancarios están en paro contra los despidos y reclaman un doble aguinaldo. Docentes de Santa Cruz, Capital Federal y otras provincias, siguen su lucha salarial; también estatales de varios lugares.
Los desocupados de la CCC marchan el 5/11 por la mañana, al Senado, contra el presupuesto hambreador. También se movilizó la CCC en repudio al juicio a Ramón Bogado por la lucha de los trabajadores de Terrabusi. Siguen encendidas las brasas de la rebelión agraria. Hay condiciones para un amplio reagrupamiento estudiantil y docente para luchar por aumento del presupuesto.
Hay muchas brasas encendidas que empujan a la unidad multisectorial, al debate asambleario, y a la lucha. Hay condiciones para un paro nacional activo, obrero, campesino, estudiantil y popular, para torcerle el brazo a la política K, para que la crisis la paguen los que se enriquecieron.
El gobierno chantajea para imponer su política. Hay, también fuerzas golpistas que tratan de ganar a río revuelto. Pero hay una voluntad creciente, desde abajo, para terciar, con un programa propio. Y hay un camino, trazado por el Argentinazo y la rebelión agraria, para luchar y reagrupar fuerzas para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, que abra un curso liberador.