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22 de julio de 2015

Sobre la base de que el gobierno kirchnerista mantiene y profundiza la esencia de la política agropecuaria que aplicaron a lo largo de nuestra historia el bloque de las clases dominantes, el viernes 17 de julio la Mesa de Enlace convocó a un paro nacional agrario con la consigna engañosa y falaz “no maten al campo”. 

La política K mata a pequeños y medianos productores

Luego del paro del campo

 

 
En el mes de marzo de 2015 la Comisión Agraria Nacional del PCR emitió un documento con el título “El Gobierno anunció una mini devolución de retenciones”, donde reproducíamos palabras de Kicillof, en ocasión de la decisión de otorgar un subsidio a los productores de hasta 700 toneladas, en el caso de la soja, quien había señalado: “cuando uno observa cómo está constituido ese famoso campo, que parece una unidad, encuentra una enorme diferencia de tamaños y una enorme concentración de la renta, de la riqueza y la propiedad en el campo argentino”, para luego agregar que “el 70%, 46.121 chacareros, producen el 10% de los granos de soja, maíz, trigo y girasol y un 30 % de los que producen el 90 % del total”. 
Pasaron siete años desde la rebelión agraria del 2008 y de pronto la derecha que hoy hegemoniza el bloque dominante y se disfraza de progresista K, balbucea que existe la concentración de la producción, lo hacen como espectadores o relatores como si no fuesen los responsables de profundizar dicha concentración, sojizando aún más al país y de igual modo en materia de comercialización de granos y oleaginosas. A la vez que no toman medidas de auxilio financiero complementario, para atender las consecuencias del grave endeudamiento por la caída de los precios internacionales y los rindes más bajos que tienen las provincias que no integran la Pampa Húmeda en la agricultura. 
En esa oportunidad, Cristina Fernández agregó que “desterramos prejuicios que teníamos con FAA” para concluir diciendo “siempre he sido dura con los de arriba, jamás he sido dura con los de abajo”, pretendiendo granjearse la simpatía de los chacareros y lograr el abrazo de la muerte con la dirección de FAA. En los hechos la política de producción en gran escala, la concentración de la comercialización y exportación y la grave situación actual del conjunto de los pequeños y medianos productores demuestra que es solo dura con los de abajo. 
Lo principal de las bases de FAA balancearon las medidas de marzo como un logro de la lucha por el objetivo de la segmentación de las retenciones, que de hecho quedó instalado como parte importante del programa más general discutido en el 102º Congreso, usaron el dinero para cubrir algunas necesidades, al mismo tiempo que las consideran totalmente insuficientes para revertir la crisis que viven y mucho menos la concentración pro latifundista.
El “realismo” mentiroso de los K desde ese momento, por necesidades políticas de campaña electoral de cara a las elecciones presidenciales, ahora amplía el subsidio hasta 1.000 toneladas en el caso de la soja y lo hace también con otras producciones de la zona núcleo. Entre otras medidas anunció que se autorizó a exportar 4 millones de toneladas de maíz y dijo que se pondrá énfasis en el cereal proveniente del norte del país, en el caso del trigo, habría un cupo especial de 500.000 toneladas para el cosechado en el sur de la provincia de Buenos Aires y de La Pampa. En relación a la lechería se le dará continuidad por tres meses más al Régimen de Recomposición del Pequeño Productor Lechero, que contempla un subsidio de 30 centavos por litro de leche para los productores que entregan a la industria hasta 2.900 litros diarios. El Estado Nacional aportará en total 575 millones de pesos. De 4.000 productores incluidos se amplía el espectro a 9.200, sostuvieron desde el gobierno. Como las de marzo son medidas de parche, pan para hoy y hambre para mañana, montos que no se actualizan, se los come la inflación y no tocan ni por asomo las trabas estructurales.
La otra derecha opositora que se identifica con la Mesa de Enlace, en su afán de dirigir la protesta que se acentúa con la caída de los precios de las materias primas a nivel mundial insiste con la idea “no maten al campo”, es decir que ponen en la misma bolsa a los originarios, campesinos pobres, medios y ricos, a algunos burgueses agrarios y pequeños terratenientes, tras la cual no hablan y esconden que el latifundio sigue reinando en la Argentina y que la concentración de la producción y la exportación de la producción agropecuaria está altamente concentrada y monopolizada principalmente por capitales imperialistas.
A los que “mata” la política kirchnerista y los expulsa del campo es a los pequeños y medianos productores de fruta, se han tirado millones de kilos de peras y manzanas en el Alto Valle, y millones de kilos de naranjas en Entre Ríos por falta de precio sostén, los pequeños y medianos cañeros no saben cuál será el precio final de la caña entregada a los dueños de los ingenios que producen biocombustible, que para salvarse ellos negocian con el gobierno elevar el porcentaje de mezcla del etanol en las naftas y no quieren reconocerle mejor precio a los productores de caña. Los pequeños y medianos productores de uva siguen sin precio por la producción entregada en la vendimia pasada. En la misma situación se encuentran los productores pequeños de té, yerba mate y algodón, etc. Son estos, junto a los pequeños y medianos productores de la región central, los que sufren las consecuencias de la persistencia de la inflación, la extraordinaria presión impositiva, los costos dolarizados, la falta de créditos blandos, a punto de que muchos de ellos han vuelto a endeudarse a tasas de usura y no pueden cubrir no sólo la continuidad de sus explotaciones sino el elemental derecho a tener ingresos para superar la línea de la pobreza del grupo familiar. 
Esta realidad es la que padecen centenares de miles de obreros rurales cuya principal dirección sindical esta entregada política y electoralmente a los grandes patrones. Estos son los temas que aborda el Programa del Frente Popular para las próximas elecciones, al tiempo que propone soluciones. 
En materia gremial es correcto diferenciarse, pero siempre manteniendo las medidas de lucha, en el marco Multisectorial, con organizaciones sociales de los pueblos del interior hoy agobiados y asfixiados por el gravísimo endeudamiento de los productores en las Economías Regionales y de la Pampa Húmeda; con el programa propio de ellos para evitar la pinza que continúa montando el kirchnerismo sobre FAA para coparla o dividirla, por un lado y la conducción de la Mesa de Enlace por otro al hacer hincapié solo en algunos aspectos del modelo agroexportador basado en grandes terratenientes. La unidad en el seno de la FAA es una cuestión sobre la que debemos estar muy alertas y al mismo tiempo precaverse de no ir al pie de programas que jamás dirán una sola palabra del latifundio y la concentración de la producción, con habilidad suficiente como para golpear juntos en determinadas circunstancias.