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03 de octubre de 2010

Durante esa semana festivalera el cielo estuvo cubierto de nubarrones. La lluvia fue pertinaz el sábado 26. A pesar de ello, el festival de presentación fue todo un éxito.

La presentación musical de La Marea

Hoy 1203 / ¿Qué paso en Cosquín? (Segunda nota)

Ese día por la mañana con la llegada de más compañeros y amigos de la revista La Marea y el Movimiento de Defensa Activa de la Cultura Nacional (Modacuna) se reforzó el grupo dedicado a difundir con volantes, armar y pegar carteles, resolver problemas con el sonido, la prensa y la organización de la presentación. Incluso los problemas y necesidades propias de la instalación, comida, limpieza, etc. fueron resueltas conjuntamente.
En el marco del cierre del Congreso del Hombre Argentino, la revista La Marea tuvo asignada la escuela Roca, frente a la Plaza de Artesanos, donde realizamos la presentación musical. Un patio amplio de escuela: con un tinglado y gradas y con un escenario montado para la ocasión. Allí se fueron colocando, trabajosamente entre todos, tanto los carteles preparados y el mural gigantógrafico titulado “Sin garantías” de Stella Cipriani que enmarcaron el escenario, como las sillas para acomodar a casi 500 personas que eligieron estar allí –entre las distintas opciones que ofrecía Cosquín– para compartir, escuchar a los prestigiosos artistas que se presentaban y conocer las propuestas culturales anunciadas. El público en cada actuación, participó, cantó, batió palmas al ritmo de la música y aplaudió entusiastamente. Muchos asiduos asistentes a estas presentaciones de la revista esperan año a año encontrarnos.
Cuando se iniciaba el recital –que organizamos evocando hechos significativos de nuestra historia y cultura como son el asesinato del Che Guevara, el nacimiento de Atahualpa Yupanqui y el Bicentenaro de la Revolución de Mayo– arreció la lluvia, lo que obligó a suspender la marcha de bombistos santiagueños programada para el comienzo, la que ingresaría a la escuela luego de una caminata desde los alrededores. Esta marcha, que también se hizo el año pasado, la integraban los distintos grupos que atesoran el trabajo de percusión y construcción de este instrumento nacional presentes en Cosquín. Todos lamentaron que el agua nos privara de aquel retumbar de bombos.

Un acople inesperado
Sin embargo, la lluvia fue más cruel para el Ministerio de Educación de la Nación y para Raúl Acosta, presidente de la Agencia de Cultura y Educación de Cosquín, quienes organizaron un pomposo y mediático homenaje a 100 años del nacimiento de Atahualpa Yupanqui, para entregar una edición gratuita de los libros del músico con la actuación de Víctor Heredia, Suma Paz y Roberto Chavero, en el escenario callejero armado en la Plaza de Artesanos. Los organizadores oficiales, sin la presencia de Suma Paz, ni de la de su invitado especial el Ministro de Educación (Juan Carlos Tedesco) y sin público, teniendo como opción postergar su actividad, pidieron a La Marea y a los integrantes del Modacuna quince minutos dentro del espacio de la revista.
Negarle estos minutos a Atahualpa Yupanqui –a quien homenajeamos y recordamos desde siempre– y a Suma Paz –entrevistada en el número que se estaba presentando– no estaba en el ánimo de los presentes. Ambos, grandes intérpretes populares con los que hemos trabajado activamente en el Movimiento de Reconstrucción y Desarrollo de la Cultura Nacional a fines de la última dictadura (y en otras situaciones críticas del país) para unir a artistas e intelectuales en la lucha antidictatorial, son pilares en la lucha por una cultura nacional, científica y popular.
Tal vez Roberto Chavero, que dirige la fundación Atahualpa Yupanqui, desconoce todo lo que en vida realizó Yupanqui en este sentido, en favor de la cultura de los sectores populares, así como su posición y sus actividades en la política cultural del país. Fundamentalmente, desconoce el cariño, el reconocimiento y difusión que desde distintos ámbitos de la cultura y la educación ha tenido toda su labor. Por ello la afirmación de Chavero sobre que con la reciente edición del Ministerio de Educación, Atahualpa entraba por primera vez a las escuelas resultó cuestionada. Cuántos docentes hace tantísimo tiempo comparten con sus alumnos y con sus compañeros la obra de este extraordinario artista. “Desde abajo, desde adentro y desde antes”, como diría Suma Paz, el pueblo va rescatando su cultura y a los artistas que la valoran y difunden. Por el contrario, muchas bienintencionadas recordaciones “desde arriba, recientes y superficiales” resultan poco sinceras.

Siguiendo con lo programado
Retomando el plan trazado previamente a este acople inesperado, se fueron presentando los artistas y grupos que acompañaron el encuentro. Mientras pasábamos revista a los temas, notas, objetivos y actividades de La Marea, como de los artículos del último número, por ejemplo, sobre la tierra, su apropiación, su extranjerización creciente y del fenómeno de expansión de la soja que amenaza a otros cultivos, al suelo, generando nuevos expulsados del campo, del trabajo y de los beneficios que pueda generar. También, se hizo mención a las notas del Nº 29 sobre el Che Guevara, del reportaje a Suma Paz y los derechos humanos, entre otras.
Del Litoral, región que ha dado un ejemplo en la lucha contra la contaminación de las grandes transnacionales y de la unidad popular con organización de la Asamblea de Gualeguaychú, estuvieron presente el grupo de ballet folclórico de Paraná Apei-me (Aquí estoy), el canto del Dúo Enarmonía y Joselo Shuap, presentados por el actor Humberto Lío (integrante de la casa cultural La Calle Larga, de Avellaneda). Todos ellos con su canto y danza expresaron el sentir de la lucha por la defensa del agua y de los recursos naturales, contra la contaminación de mineras y pasteras extranjeras.
Luego, tributarios de otra de las importantes luchas por el respeto y reconocimiento de los pueblos originarios, en la defensa de su derecho a la tierra y su lucha contra la discrimación, se presentó a la actriz y cantante, que en ese sentido ha sido inclaudicable y excepcional también asesora y colaboradora de la revista, Luisa Calcumil. Quien con sus cantos y relatos bellísimos hizo presente a la cultura mapuche, sus luchas, sus sentimientos y esperanzas, siendo merecidamente vitoreada y aplaudida.
Los espectadores siguieron atentos cada paso del grupo de danzas del Centro Cultural La Angostura de Rosario que, entre canto y canto, dieron muestras de su destreza y conocimiento de la zamba y el tango.
Finalmente, Rafael Amor que acompañó desde sus inicios la presentación de la revista, ofreció aquellas canciones tan esperadas por el público, como “Olor a goma quemada”, “Fuentealba, Fuenteovejuna” y “Globalizados”, entre otros temas que interpretó junto con el Dúo Enarmonía, primero y con sus hijos Salvador y Natalia, posteriormente. No nos privó de su humor y su ironía, ni del cuestionamiento a los poderosos, los vendepatrias y los represores.
Una vez más este encuentro en Cosquín sirvió para fortalecer los lazos que permiten unir a las mayorías populares, con los trabajadores de la cultura, los artistas populares en el objetivo de luchar por un país soberano, que rompa las cadenas de la dependencia y desoculte las mentiras que las clases dominantes siembran para confundir y paralizar al pueblo.