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19 de septiembre de 2012


La primera huelga general

Hoy 1437 / Crónicas proletarias

En 1902 estalló la primera huelga general del movimiento obrero argentino. Esta huelga vino precedida de una oleada de luchas muy grande desde al menos dos años atrás, y de la creación de sindicatos y federaciones nacionales en gremios claves, como estibadores, trabajadores rurales, albañiles y conductores de carros. Se había dividido la Federación Obrera Argentina.

En 1902 estalló la primera huelga general del movimiento obrero argentino. Esta huelga vino precedida de una oleada de luchas muy grande desde al menos dos años atrás, y de la creación de sindicatos y federaciones nacionales en gremios claves, como estibadores, trabajadores rurales, albañiles y conductores de carros. Se había dividido la Federación Obrera Argentina.


La huelga general de 1902 arrancó a principios de noviembre con la negativa de los estibadores del puerto de Buenos Aires a cargar bolsas de más de 100 kilos, exigiendo que su peso no sea superior a los 65/70 kilos. La Federación nacional de Estibadores –creada en abril- extendió la lucha a otros puertos (Campana, San Nicolás, Bahía Blanca, Zárate, Rosario). Tras una violenta represión en Zárate, con la Prefectura Marítima ametrallando a los obreros, la huelga se extendió a los obreros de la carne y los papeleros. Aparece la importancia del contingente obrero vinculado a las tareas portuarias, pues la huelga estalla en época de cosecha, con los terratenientes, empresas exportadoras y burgueses intermediarios apurados por despachar los embarques.


Los 5.000 obreros del Mercado Central de Frutos de Barracas al sur se suman a la huelga el 17 de noviembre, reclamando la abolición del trabajo a destajo, jornadas de nueve horas, entre otros puntos. Las patronales se endurecen y rechazan las exigencias, buscando rompehuelgas en las barriadas, y en el interior del país. Se suman a la lucha los conductores de carros. El puerto de Buenos Aires se paraliza. Se cuentan 5.500 vagones sin descargar. En esa situación, la FOA con hegemonía anarquista lanza la convocatoria a la huelga general el 20 de noviembre. Mientras los sindicatos anarquistas empujan la lucha con decisión, la dirección del Partido Socialista revela su esencia reformista planteando que la huelga general es “un acto descabellado y absurdo”.


El gobierno despliega una gran represión, y Roca manda el 22 de noviembre al Congreso la nefasta “Ley de Residencia”, por la que se puede expulsar y encarcelar extranjeros considerados “perturbadores de la paz social”. Esta ley la aprueban ambas cámaras en el tiempo récord de cinco horas. El lunes 24, luego de asambleas en 55 fábricas, cerca de 70.000 obreros entraban en huelga. El gobierno declara el estado de sitio en la Capital Federal, Buenos Aires y Santa Fe. Se desató una fuerte represión, se clausuraron locales, y hubo decenas de deportaciones y detenciones. La huelga fue derrotada, pero fue un gran salto para el movimiento obrero, y semilla de futuras luchas y triunfos.