La prostitución es actualmente un gran negocio, se ha montado una “industria del sexo” con “empresarios de la noche” que anuncian en los clasificados y muestran su mercadería. Los cuerpos, fundamentalmente de mujeres y niñas, son reducidos a simples objetos que se compran y se venden en el mercado. La prostitución y la trata de personas con fines de prostitución, son sinónimos de esclavitud y violencia.
Sobre la prostitución se dice…
1- “Es un servicio necesario. Los hombres necesitan descargar.”
En realidad…
El irrefrenable deseo masculino es un mito. Se pretende así justificar la violación y el tener que conseguir sexo a cambio de dinero.
En la cultura patriarcal, prostituir es el “derecho de los varones” a disponer de los cuerpos de las mujeres como objetos de goce sexual.
Se dice que…
2- “Esas mujeres venden su cuerpo porque les gusta y hacen dinero fácil y rápido”
En realidad…
Es al revés. Al hacerlo “dan placer a otros”. Ellas no disfrutan. No son “mujeres alegres” y en general son muy pobres. Con turnos de 12 horas en un burdel, el “dinero rápido” es para el proxeneta. Y nada en esta situación es “fácil”, ni siquiera en los circuitos de lujo. Hay daño psico-físico y emociones profundas en juego. La mayoría al envejecer, termina viviendo en la calle o en geriátricos públicos.
Se dice que…
3- “Es el oficio más antiguo del mundo. Nunca acabará.”
En realidad…
La propiedad privada y la explotación de clases institucionalizaron, a partir de la monogamia patriarcal, la prostitución de las mujeres. Bajo el capitalismo se extiende la mercantilización de los cuerpos, incluyendo niñas y niños. La prostitución desaparecerá junto con la explotación y opresión sobre todas las mujeres, en una sociedad sin desigualdades sociales esté al “servicio” de otro.
Se dice que…
4- “Hay clientes porque hay oferta.”
En realidad…
La propia oferta está determinada por las condiciones sociales y la institución del patriarcado. Se podría decir, al revés, que sin demanda no habría prostitución. Si la culpa y la represión se centran en la mujer, no sólo se ampara al cliente, sino también al proxeneta, al tratante y a la “industria del sexo”; a los que crean la oferta y dominan el mercado, explotando el cuerpo de las mujeres y promoviendo su consumo.
Se dice que…
5- “Si se ejerce libremente está bien. Es un trabajo. Si es forzada, no.”
En realidad…
Ser comprada o vendida en prostitución nunca equivale a un trabajo. Es abuso sexual, produce daño físico y emocional. No es una opción libre: condicionamientos sociales e individuales y formas de coerción (sutiles o brutales) impiden el “contrato entre iguales” aunque no haya “cafishio”.
Se dice que…
6- “Es un contrato entre iguales, se pacta libremente la tarifa del servicio.”
En realidad…
No puede haber un trato equitativo cuando la coacción económica y social pesa sobre las víctimas; cuando hay abuso, subordinación y discriminación social. Cuando la edad de ingreso ronda los 13 años.
Se dice que…
7- “Hay que reglamentarla, es preferible que se practique en lugares legales.”
En realidad…
La reglamentación sólo sirve para legalizar el proxenetismo. En Holanda, el 80% de las mujeres en prostitución son inmigrantes, mayormente indocumentadas; en Alemania, tras reglamentar, la prostitución aumentó un 25%. No mejoró la situación de las mujeres y dio impunidad a la trata.