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02 de octubre de 2010

Bajo la consigna “¡No al robo del trigo!”, los productores de la pampa húmeda nucleados en Federación Agraria Argentina (FAA) se movilizaron contra las políticas oficiales. Bloquearon las terminales de Dreyfus y Cargill del Gran Rosario.

La rebelión agropecuaria

Hoy 1208 / 100 cortes de ruta en la protesta agraria más importante de los últimos años.

Tras conocerse los anuncios del gobierno de aumentar en un 10% las retenciones, FAA lanzó un paro por 48 horas. Idéntica medida adoptaron las otras entidades gremiales del campo. Ante la masiva respuesta de los productores, el paro se extendió hasta el miércoles 19.
En lo que se vislumbra como la protesta más importante y combativa de los últimos años, los productores agropecuarios salieron masivamente a la ruta en distintos lugares del país como Empalme Villa Constitución, Córdoba capital, Trenque Lauquen, Necochea, Resistencia, Entre Ríos, etc., protagonizando movilizaciones y cortes multitudinarios. A los reclamos sectoriales (triguero, lechero, ganadero, algodonero, de la fruta, y de las distintas producciones regionales), se sumó el repudio a la suba de las retenciones del 10% para la soja y el girasol, y el cierre de las exportaciones.
Los manifestantes nucleados en FAA exigieron enérgicamente que se ponga coto al saqueo de la producción en beneficio de un pequeño puñado de exportadores, en su mayoría extranjeros, de los terratenientes, de los pooles de siembra o de los fideicomisos. Asimismo reclamaron que la recaudación vuelva al campo y a los sectores populares en alimentos, salud, educación, etc. Como concluyeron frente a Cargill los dirigentes de Chacareros Federados, del Movimiento de Mujeres en Lucha y de los Centros Juveniles: “No puede ser que en un país que produce alimentos para cientos de millones de personas, nuestros niños se mueran de hambre y desnutrición. La plata no va a los hospitales, escuelas, comedores populares y eso no lo vamos a permitir”.

El “pan nuestro de cada día”, por las nubes
En la ciudad de Rosario, el precio del pan oscila entre los 4 y los 7 pesos. De acuerdo con los datos aportados por las cámaras de panaderos, sólo en la última semana el más imprescindible de los alimentos subió un 16%.
El trigo cotiza en el mercado internacional a más de 400 dólares la tonelada. El gobierno, con el argumento de evitar la suba de la harina y los derivados, decidió frenar las exportaciones. Sin embargo, el vital alimento no deja de subir.
Ante esta situación, los sectores populares se preguntan ¿qué está pasando?, ¿quién tiene la culpa de los aumentos?
Veamos lo que está sucediendo: El trigo tiene retenciones del 28% que van a las arcas nacionales y no son coparticipables. Son fondos que se usan para doblegar a las provincias, cooptar dirigentes políticos y gremiales opositores, o pagar la fraudulenta e ilegítima deuda externa. No vuelven al campo, no se beneficia a los sectores populares, y ni siquiera se garantiza un precio mínimo del pan.
A los productores sólo les pagan $ 55 el quintal, el Estado recibe $ 35 en concepto de retenciones, y los $ 22 restantes se los apropian los exportadores, que sólo en 2007, embolsaron la friolera de 350 millones de dólares del sector triguero.  
Los números son claros, como también está claro qué intereses defiende este gobierno y quién se lleva la tajada del león del sector. Como le decía a hoy un joven de Chabás en la concentración frente a Cargill: “El tema del trigo es sencillo, si le vendés al molino salvás la diferencia. En cambio, cuando le entregás al cerealista, perdiste, ya que la diferencia se la lleva el exportador”.
 
Dos combativas concentraciones
Presionado por las bases, FAA –que venía sosteniendo posiciones afines al gobierno nacional– dio un giro en sus definiciones y llamó a un acto frente a la terminal francesa Dreyfus, para denunciar la situación del sector triguero. Por su parte, Chacareros Federados (corriente interna de FAA), el Movimiento de Mujeres en Lucha y la Juventud Agraria –que desde hace tiempo venían denunciando las políticas agropecuarias nacionales–, convocaron a una concentración frente a Cargill, en Puerto General San Martín.
Fueron dos actos importantes. El primero convocó a aproximadamente un centenar de productores y fue cerrado por Eduardo Buzzi, presidente de FAA, quién denunció que “estas políticas agropecuarias atentan contra la pequeña y mediana producciones”; para rematar llamando a la “movilización de todo el campo” para frenar las políticas gubernamentales.
Pero la concentración más masiva se llevó a cabo en Puerto San Martín, frente a Cargill, esa emblemática empresa imperialista que ocupa uno de los lugares históricos de la provincia y la nación como es Punta Quebracho, lugar donde las tropas argentinas al mando de Mansilla derrotaron a la flota anglo-francesa que remontaba el Río Paraná tras la Vuelta de Obligado.
Más de trescientos productores provenientes de distintos lugares de la pampa húmeda como Maciel, Casilda, Totoras, María Susana, Chabás, Montes de Oca, Galvez, Bigand, Firmat, San Jerónimo, Salto Grande, Gualeguaychú, Hernandarias, etc., se concentraron desde las primeras horas del día frente a la empresa.
Una gran cantidad de tractores, utilitarios y banderas le pusieron color y calor a la movilización. Se podían leer consignas reclamando una nueva “Ley de arrendamientos”, “Precio mínimo sostén en origen”, “No pago de la deuda externa”, “Reforma Agraria”, y otras consignas históricas de los sectores postergados del campo.   
Los oradores de Chacareros Federados, el MML y la Juventud Agraria, dejaron en claro que el campo no está en contra del pueblo; todo lo contrario, el campo pretende que parte de las riquezas vuelvan al pueblo. Para los federados hay una campaña impulsada por sectores de la prensa afines al gobierno nacional para crear divisiones en la población, campaña que nos presenta como los “que estamos recogiendo el oro a paladas para ocultar que son los grandes propietarios, los pooles, los exportadores y el gobierno los que se quedan con todo”.
En esta dirección se expresaron, entre otros, el Vasco Paillole, Mario Fabbro, Echeverría de Entre Ríos por Chacareros Federados; Juan Manuel Echaguibel por la Juventud Agraria y Sara Coll por el MML.

Se generaliza la bronca
Cuando todavía los productores de FAA no se habían desconcentrado, se conoció la decisión del ministro Lousteau y Cristina Fernández de aumentar las retenciones sobre la soja y el girasol y el cierre de la exportación de granos. Esto llevó a la entidad a decretar un Paro Nacional Agropecuario, que fue calificado por el ministro de Economía como “exagerado”. La decisión de no comercializar granos ni carnes fue acompañada por el resto de las organizaciones gremiales del campo. 
La reacción de los productores de todo el país fue impresionante. Desde hacía años no se veían movilizaciones tan masivas. El viernes 14, en la autopista Rosario-Buenos Aires, a la altura de Empalme Villa Constitución, aproximadamente 1.500 productores agropecuarios pequeños y medianos de Santa Fe y localidades vecinas de otras provincias se expresaron con un masivo  tractorazo. El mismo provocó el corte total de la autopista entre las 9 y las 15 hs, generando un caos vehicular con colas de hasta siete kilómetros de extensión.
Fue un acto unitario convocado por FAA, donde se expresaron todos los sectores –oficialistas y opositores–, e hicieron uso de la palabra, entre otros, Mario Fabbro (muy aplaudido) por Chacareros Federados; Juan Manuel Echaguibel (Juventud), Ana María Riveiro (MML); y el presidente de la entidad Eduardo Buzzi.
Al cierre de esta nota, y ante la gran cantidad de movilizaciones convocadas en todo el país, se especulaba con la posibilidad de que el paro agropecuario se extienda por tiempo indeterminado. Como se ve, la política proterrateniente y proimperialista del gobierno K para el sector hace agua por todos lados, y de persistir la unidad y combatividad alcanzada, los chacareros podrían obtener un histórico triunfo que facilitaría la lucha del resto de los sectores populares para acabar con las políticas antipopulares vigentes.