Es la primera reunión entre mandatarios luego de la Revolución Cubana, y tanto Castro como Obama se repartieron mutuos elogios: “Parte de mi mensaje aquí es que la Guerra Fría ha terminado. Seguiremos teniendo diferencias pero podemos avanzar en intereses mutuos, está conversación puede ser el principio del cambio”, afirmó el presidente yanqui. Castro por su parte, afirmó “Estamos dispuestos a hablar de todo, pero necesitamos ser pacientes, muy pacientes… Es posible que hoy discrepemos en algo en lo que mañana podamos estar de acuerdo”.
Esta reunión es la continuación del proceso abierto en diciembre pasado, cuando ambos países anunciaron el restablecimiento de relaciones, rotas unilateralmente por Estados Unidos en 1961, cuando comenzó el nefasto bloqueo. El gobierno yanqui anunció la “suavización” del embargo vigente, permitiendo la radicación en las islas de empresas de capitales norteamericanos, particularmente en las áreas de turismo, alimentación e Internet. Eso sí, aún no sacó a Cuba de la lista de “países terroristas”.
La reunión ratifica que EEUU ha tenido que ceder ante la firme resistencia de Cuba a lo largo de tantos años. Y que el restablecimiento de relaciones diplomáticas, es un triunfo del pueblo cubano. Por eso, fue duramente criticada por los sectores de la extrema derecha yanqui.
La entrevista se dio en el marco de una Cumbre de las Américas que muestra la búsqueda del gobierno de Obama por mejorar las relaciones en América Latina para recuperar terreno, ante el avance de otros imperialismos como Rusia y China. Y es continuidad del giro estratégico anunciado hace un tiempo por Obama: “EEUU ha sido, es y será una potencia del Pacífico”, con el que manifiesta la disposición de esta superpotencia de disputar el avance chino y ruso a escala mundial. Sobre las declaraciones de Cristina Fernández en la Cumbre, ver Hora Política en página 2.
Sobre los dichos de Obama sobre el fin de la guerra fría, permítannos disentir. Primero, porque como decía el Che Guevara “No se puede confiar en el imperialismo pero ni tantito así…”. Y además porque los últimos hechos de la política internacional, como el acuerdo militar ruso-iraní, la relación chino-iraní de venta de petróleo por armas, los ejercicios militares yanquis con países del Pacífico, y el aumento del presupuesto de defensa inglés en nuestras Islas Malvinas, entre otros, muestran signos propios del recalentamiento de las tensiones entre las potencias imperialistas. Y reclaman una política soberana por parte de nuestros países, totalmente contraria a la de entrega que practica el gobierno kirchnerista.
