En Irán la “policía de la moral” secuestra a las mujeres que “usan mal el velo”. Las suben en sus temidas furgonetas blancas, y se las llevan para “instruirlas sobre el código de vestimenta islámico”. Estos eventos suceden diariamente. El sometimiento machista y patriarcal es absoluto. Pero las mujeres vienen luchando hace años contra este régimen fascista. Y logran la unidad de clase luchando junto a hombres, que incluyen sectores de estudiantes y trabajadores.
Irán es un país con muchas riquezas naturales. Tiene las segundas reservas de gas del mundo y las cuartas de petróleo, pero la pobreza es cada día mayor. Trabajadores del sector educativo, agrícola y petrolero se atreven a manifestar por sus salarios. Pero no sólo eso: no quieren más el régimen opresor reinante en Irán. Manifestantes declararon: «En Irán, la violencia contra las mujeres ha sido mucho mayor que la violencia contra los hombres, ya que el simbolismo del régimen se basa en la figura de la mujer. Pero la violencia contra los hombres también existe. Por eso los hombres más jóvenes participan en lo que hoy denuncian las mujeres, porque también lo sufren. De hecho, también se han impuesto ciertas restricciones de vestimenta a los hombres en el país, como la prohibición de llevar bermudas o mangas cortas en la universidad”. En las movilizaciones se queman fotos de los ayatolás, líderes espirituales del islamismo que imparten leyes de moral y religión.
La represión contra las movilizaciones es feroz: la policía disparó contra pasajeros en el subte de Teherán y golpeó a mujeres que no llevaban el pelo cubierto; mataron a un niño de 9 años. A la actualidad, los muertos suman más de 400, incluyendo más de 30 niños, según datos de organismos de derechos humanos. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó abrir una investigación independiente sobre los asesinatos a mano de las fuerzas de seguridad en la represión de las protestas en Irán.
«Hoy es el fin de los disturbios. No salgan más a la calle más», dijo el general Hosein Salamí. Pero el pueblo, lejos de callarse, fortaleció su lucha. Estudiantes de la Universidad de Hormozgan, una de las zonas más conservadora de Irán, derribaron la pared divisoria que separaba a hombres y mujeres en la cafetería de la facultad. Varios de ellos fueron expulsados.
La represión del estado iraní también pasa por la justicia. El Poder Judicial de Irán anunció que 1.019 personas serán juzgadas en Teherán por su participación en distintas protestas.
Miles de hombres gritan junto a las mujeres “Mujer, vida y libertad”. En todo el país y de distintas culturas (árabes, azaríes, kurdos). El ataque de Irán a los kurdos es histórico. Las fuerzas de seguridad iraníes bombardearon zonas kurdas (incluso fuera de las fronteras iraníes, en territorio iraquí, matando a cientos de civiles). La bronca se suma por todas partes, y se transforma en lucha. El lunes 21/11 fuerzas de seguridad iraníes reconocieron los ataques contra kurdos, con misiles y aviones no tripulados.
El Mundial de Fútbol no queda afuera. La selección iraní decidió no cantar el himno en el partido inaugural, aunque en el segundo partido no pudieron sostener la postura por las presiones recibidas. En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una hincha iraní se pintó lágrimas en la cara y mostró una camiseta con el número 22 y el nombre de Mahsa Amini (la joven asesinada por la policía iraní, cuya muerte desencadenó las protestas actuales). Las cámaras lograron captar la imagen, pero llegó la policía qatarí y le sacó la camiseta.
Hoy N° 1941 30/11/2022