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23 de enero de 2024

105 años del primer boceto revolucionario. Nota 2 de 2

La semana de enero de 1919

En la Argentina que añora Milei, esa de principio del siglo 20, a comienzos de enero de 1919 se desató una inmensa lucha, que pasó a la historia como la “Semana de Enero”. A partir de una dura huelga de los obreros de los Talleres Metalúrgicos Vasena en la proletaria ciudad de Buenos Aires, se desarrolló una inmensa lucha que duró varios días y tuvo características de boceto insurreccional, como describimos en la nota anterior.

Reproducimos para nuestros lectores el análisis de estos hechos en el Programa del PCR, aprobado en su 13 Congreso, en octubre de 2022.

“Desde nuestro punto de vista los hechos mostraron hasta dónde podía llegar el movimiento obrero encabezado y dirigido por los sectores más avanzados del anarquismo. Estos, por sus concepciones dejaron librado a la lucha espontánea de las masas la destrucción del Estado oligárquico. Carecieron de una línea que hiciera posible el avance de la lucha revolucionaria en la Argentina.

“Sobre el levantamiento de la Semana de Enero de 1919 y su prolongación en huelgas como las de la Forestal y la Patagonia debe decirse que:

“1º) Constituyeron el primer boceto revolucionario. Este primer boceto insurreccional mostró que el proletariado tenía fuerza y capacidad (aun en las condiciones descriptas) para hegemonizar al conjunto del pueblo y hacer temblar las clases dominantes. Esto es lo fundamental. Cincuenta años después, en nuevas y superiores circunstancias, el Cordobazo y otras puebladas de la década de 1970 volvieron a bocetar el camino de la revolución Argentina. Las enseñanzas de estas rebeliones, para nuestra línea insurreccional, son de gran importancia, así como las que surgen del Argentinazo de 2001 y la rebelión agraria de 2008.

“2º) Sin embargo, como se manifestó en medio de la huelga de enero de 1919, hubo errores que facilitaron el aislamiento del proletariado y su represión sangrienta:

  1. a) El insuficiente apoyo campesino y el corte de abastecimiento de alimentos que llegaban desde el campo puso en evidencia la necesidad de la alianza obrera-campesina.
  2. b) La falta de una comprensión de la cuestión nacional en un país dependiente como el nuestro facilitó que el gobierno instrumentara falsas banderas patrióticas para dividir al movimiento y aplastar las luchas.
  3. c) Se plegaron a la huelga obreros y empleados que trabajaban en los arsenales militares. Había descontento de los soldados y suboficiales de la 2ª División del Ejército de Campo de Mayo, muchos de ellos organizados. Pese a esto, el infantilismo antimilitarista que predominaba en los sectores reformistas impidió una línea de trabajo más amplia sobre las Fuerzas Armadas, que en el curso del enfrentamiento ganase a una parte y neutralizara a otra para crear una correlación de fuerzas que permitiera derrotar a los sectores más recalcitrantes de las mismas.
  4. d) Las concepciones espontaneístas del anarquismo impidieron la existencia de un plan y de la preparación militar que posibilitara al proletariado y las masas populares crear una situación revolucionaria directa.

“3º) En este proceso la clase obrera hizo por primera vez sus deberes en borrador. Como tal debió ser estudiado por los marxistas-leninistas (así como Marx hizo con la Comuna de París y nuestro PCR lo hizo con el histórico Cordobazo y las puebladas posteriores de la década de 1990, el Argentinazo de 2001 y la rebelión agraria de 2008).

“El Partido Comunista, por sus insuficiencias teóricas, sus concepciones erróneas y su profunda desconfianza en el potencial revolucionario del proletariado argentino, no hizo autocrítica sobre sus posiciones ni extrajo enseñanzas correctas de estas impresionantes luchas. Por lo tanto, no pudo desarrollar una línea de hegemonía proletaria ni afirmar el camino armado para el triunfo de la revolución en la Argentina.

“Por su parte, la actitud del yrigoyenismo grafica el doble carácter de la burguesía nacional, que por un lado forcejea y por el otro concilia con el imperialismo y la oligarquía terrateniente. Y si bien hace concesiones al movimiento obrero y popular, para tratar de mantenerlo bajo su égida, temerosa del desborde, reprime violentamente las luchas que se salen de su control.

“La experiencia del yrigoyenismo en el gobierno mostró, en definitiva, el fracaso del camino reformista para resolver las tareas agrarias y antiimperialistas. Su conciliación, particularmente con los grandes terratenientes ganaderos, facilitó la recuperación de posiciones por parte de la oligarquía y el imperialismo, que pasaron a predominar abiertamente con el gobierno de Alvear, de 1922 a 1928”. (Del Programa del PCR de Argentina, Trece Congreso Nacional, octubre de 2022).

 

Hoy N° 1995  23/01/2024