El ex secretario de Transporte se encontraba prófugo de la Justicia desde el viernes 12 de julio, cuando el juez federal Claudio Bonadío ordenó su captura desde Buenos Aires, al procesarlo por administración fraudulenta en una causa sobre una concesión en el ferrocarril Belgrano Cargas. Luego, el Tribunal Oral de Córdoba labró un pedido de captura internacional, al resultar negativos los allanamientos realizados en Buenos Aires y Córdoba para encontrarlo. Aquí está acusado de sustraer pruebas de uno de los procesos judiciales que afronta en la Capital Federal, durante un allanamiento en una vivienda de la ciudad de Villa Carlos Paz.
El escape de Ricardo Jaime, primero declarado prófugo de la Justicia, luego en rebeldía y, finalmente, eximido de prisión por la justicia federal y de Córdoba, es demostrativo de la protección que tuvo por parte del gobierno kirchnerista, tanto de sus servicios que “no lo encontraron” como en sus “gestiones” ante los jueces que terminaron liberándolo en dos trámites exprés.
No se sólo se trataría de una cuestión de “amistad”: “el ex secretario de Transporte y amigo personal de Néstor Kirchner envió un mensaje fulminante. Contaría todo ante la Justicia si terminaba preso. El caso Bárcenas en España, que puso en jaque al gobierno de Rajoy sacando a luz secretos sobre dinero ilegal, fue oportuno. Jaime podía convertirse en el Bárcenas argentino. Se dio algunos lujos. Jaime, por ejemplo, estuvo siempre prófugo en la Capital, donde nunca denunció un domicilio ante la Justicia. La policía te encuentra si quiere y no te ve si no quiere, deslizó, irónico, un funcionario” (La Nación, 21/7/2013).
El argumento de la Cámara Federal para eximirlo de prisión fue “que no se había probado la intención de Jaime de fugarse”, cuando nunca había sido detenido y ya hacía una semana que estaba prófugo y con pedido de captura. Claro que no se trata de un perseguido político ni de un chorro común: “tiene más de 20 causas muy avanzadas sobre delitos de corrupción. Están probadas y en camino del juicio oral sus prácticas de recibir dádivas de los hermanos Cirigliano, que el propio Jaime debía controlar y a quienes les transfería millonarios subsidios para el transporte. Un avión particular pagado por los Cirigliano lo trasladaba a Río de Janeiro y a Florianópolis en sus tiempos de secretario de Transporte.
“Un hermano del futbolista Jorge Valdano, a quien Jaime le alquilaba un departamento, dijo ante la Justicia que iba a la empresa TBA, propiedad de los Cirigliano, a cobrar el alquiler en nombre del destacado deportista argentino que vive en España”.
Lo concreto es que tanto en Buenos Aires como en Córdoba, las apelaciones fueran contestadas favorablemente en pocas horas y que por ahora Jaime no corra riesgo de ir preso, al menos por estas causas. Lo que permitió que algunos funcionarios o candidatos del kirchnerismo apelaran rápidamente a “despegarse” de Jaime, al menos en el discurso. Como hizo el ministro Randazzo, en uno de esos actos oficiales que utilizan para la promoción de sus candidatos, en este caso acompañado por Daniel Filmus y Juan Cabandié, ambos postulantes porteños para la próxima elección, cuando tras inaugurar un centro de documentación rápida en la Capital, afirmó muy suelto de cuerpo: “Yo soy de los que creen que tanto los funcionarios públicos como los ex funcionarios públicos debemos estar a disposición de la Justicia”.