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16 de octubre de 2019

La unidad con el peronismo

Extractos de “¿Ha muerto el comunismo? El maoísmo en la Argentina”. Conversaciones con Otto Vargas, de Jorge Brega, tercera edición, Editorial Ágora, 2008, págs. 243/244.

Tener una política correcta hacia el peronismo nos llevó más de cinco años. Comenzamos a ajustarla a fines de 1972 cuando regresó a la Argentina el general Perón. Desde una posición independiente llamamos a recibirlo, dando un giro brusco en la línea que veníamos teniendo.

Después tuvimos avances y retrocesos en esto hasta 1974, cuando se agudizó la conspiración golpista luego de la muerte de Perón y nosotros formulamos la línea de lucha contra el golpe de Estado. Tuvimos en cuenta que lo fundamental de las masas que deben hacer la revolución en la Argentina son peronistas, y que esas masas aceptarán la dirección de un partido revolucionario marxista-leninista sólo a partir de una larga experiencia en la que puedan reconocer en ese partido a la fuerza de vanguardia que es fiel hasta lo último a sus intereses, y que en esa misma experiencia gana su conciencia y su corazón.

Al mismo tiempo implicó tener en cuenta el proceso complejo de unidad y de lucha con los sectores de burguesía nacional, la pequeña burguesía y con los sectores populares y patrióticos dentro del peronismo. Desde entonces tuvimos en lo esencial una política de unidad con esos sectores, tanto en la lucha contra el golpe de Estado antes del 76, como en la lucha contra la dictadura con posterioridad al 24 de marzo.

Este último período incluye la lucha contra la posibilidad de una guerra con Chile por el conflicto del Beagle, en la que nuestro partido realizó un gran trabajo en conjunto con quienes en ese entonces reorganizaban la CGT y con la dirección peronista proscripta. Posteriormente estuvimos juntos contra la agresión británica en la guerra de las Malvinas, en la batalla electoral del 83 y en la oposición al gobierno alfonsinista. Durante este gobierno discriminamos nuestra actitud ante las dos corrientes que aparecieron en el peronismo, una más propensa al colaboracionismo y otra opositora.

Por lo tanto, durante todos estos años hemos tenido una política de unidad y lucha con el peronismo que siempre partió de una posición ante el enemigo principal. En la medida en que nosotros precisamos claramente el blanco y lo mantuvimos en el enemigo principal, fuese éste la conspiración golpista en el 75, la dictadura en el 76, o la política de hambre y entrega del alfonsinismo luego del 83, siempre tuvimos en lo fundamental una relación de unidad con el peronismo. Con lucha y crítica, pero en lo fundamental de unidad. Y así es que estuvimos juntos en el último proceso electoral con el Frejupo.

Hoy N° 1787 16/10/2019