La marea revisionista ha arrastrado, luego de la restauración capitalista en China, a muchos de de los partidos marxistas-leninistas, que, en la década del 70, resistieron la línea de los revisionistas soviéticos. Se han mantenido, sin embargo, organizaciones marxistas-leninista en muchos países. Organizaciones que han sobrevivido a lo que los revisionistas consideraron sería el “fin del maoísmo”. Todas ellas, en mayor o menor medida, se esfuerzan por ligarse al movimiento obrero y revolucionario de sus países y defender, al calor de la lucha de masas, las tesis marxistas-leninistas. El revisionismo tiene bases objetivas, pero no se asienta sobre un suelo firme, porque en el Este y el Oeste del mundo contemporáneo se agudizan las contradicciones del capitalismo y se acumulan factores de guerra y de revolución.
Hemos trabajado permanentemente por relacionarnos con las organizaciones marxistas-leninistas y debemos, en el futuro, seguir trabajando para unirnos con esas fuerzas en defensa del internacionalismo proletario y de la revolución, en contra de las superpotencias imperialistas.