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05 de abril de 2011


La unidad popular en las calles y en las elecciones

Hoy 1363 > La hora política

1. El discurso de Cristina K

1. El discurso de Cristina K

El discurso de la presidenta en Río Gallegos, en el acto del 29 aniversario de la recuperación de Malvinas, marcó un cambio notable con las posiciones que había sostenido hasta ahora el gobierno. Por primera vez reivindicó la guerra nacional de Malvinas, señalando que hay que “separar quienes gobernaban en forma no democrática del hecho en sí, que fue el ejercicio de la soberanía nacional y el rechazo al colonialismo que aún avergüenza a la humanidad”. Calificó de héroes a los veteranos de la guerra. Llamó a la unidad en torno a la patria como valor supremo. Y estableció que los mandatarios extranjeros que nos visiten junto al homenaje a San Martín deberán rendir también honores, en el Cenotafio, a los caídos en Malvinas.

Este cambio en el discurso del gobierno siguió a otro, también significativo. Durante la reciente visita del presidente venezolano Chávez, rompiendo un largo silencio, condenó la agresión imperialista a Libia.

No hay que subestimar las consecuencias de estos cambios en el discurso presidencial, ya que reubican al gobierno en relación al próximo 30 aniversario de la recuperación de Malvinas y a la explosiva situación del mundo árabe. Además, tienen consecuencias en la campaña electoral. No hay síntomas de que vayan unidos a las decisiones políticas que se corresponderían con ese discurso: ruptura de los pactos de Madrid y Londres con Inglaterra y de la alianza extra OTAN con Estados Unidos, expropiación del aeropuerto de Lewis, sanciones a capitales ingleses, etc. Esos reclamos fueron se escucharon en los actos del Cenotafio del Foro Patriótico y Popular, en el de la CCC y la CTA en la embajada inglesa, y en muchos de los realizados en todo el país.

 

2. Cambios en la política

“Luego de la derrota que sufrió el gobierno en la rebelión agraria y en las elecciones de 2009, y particularmente luego de la muerte de Néstor Kirchner, el gobierno kirchnerista contraatacó inteligentemente con algunas medidas exigidas por las masas y una eficaz campaña mediática que induce a un gran sector de la masa a considerar que el de Cristina es “un buen gobierno”, que realiza “lo posible”; y explota el temor a volver a sufrir los padecimientos de los años de la crisis y el deseo de impedir el  triunfo de una derecha muy odiada que pretende resolver con un nuevo ‘ajuste’ las consecuencias de la crisis económica mundial. El kirchnerismo ganó el apoyo de un sector considerable de masas (…). Un sector de masas que está en disputa”, como señala un reciente informe del CC del PCR.

Es una corriente en las masas, cada vez más visible en los barrios y en las fábricas, que considera que Cristina K va bien, que se siente ahora mejor que antes, y que teme la vuelta al pasado del hambre y la desocupación. Corriente que teme a los fantasmas del pasado de hambre, desocupación y ajuste, a los que ve en las derechas publicitadas de la oposición.

Los ajustes en el discurso y las concesiones a las masas le han permitido al kirchnerismo subir en las encuestas, ganar las elecciones en Catamarca y aplastar la candidatura presidencial de Das Neves y golpearon al peronismo federal. Hay discusiones sobre si la presidenta llega al 40% de los votos, necesario para ganar en la primera vuelta, y si podrá sostenerse adelante hasta octubre. Pero está fuera de discusión que ninguno de los candidatos de las derechas opositoras se le acerca a menos del 10%.

El gobierno y Moyano forcejean, pero los dos se necesitan. También, el gobierno forcejea con Scioli y con intendentes  y gobernadores, pero también se necesitan.

Pero con esto no es suficiente. El gobierno K se alió, sin ponerse colorado, con parte de la cloaca política: Saadi, Menem, Insfrán, Saiz, y otros, que está por verse cuánto suman y cuánto restan.

 

3. El armado de la derecha opositora

La publicación de un documento llamando a “cuidar la democracia”, muestra que, frente al avance del kirchnerismo, fuerzas poderosas trabajan para unificar a la derecha opositora. Lo firman por el peronismo federal: Duhalde, Macri, Solá, De Narváez y Gustavo Ferrari; por la UCR: Alfonsín, Sanz, Aguad, Rozas, Morales, Gil Lavedra y Silvana Giúdice; por la CC: Elisa Carrió, Patricia Bullrich y Prat Gay.

Para las derechas opositoras, “la democracia” es “la libertad de expresión, la independencia del poder judicial y el efectivo cumplimiento de sus fallos”. “Libertad de expresión” para los monopolios que manejan los multimedios, sea el de los Kirchner o el de Clarín, que aplican una rigurosa censura a hechos como los actos patrióticos y populares por Malvinas. El documento de las derechas está dirigido a apoyar a Clarín ante al bloqueo de su planta. No hubo documento cuando Insfrán y Saiz ordenar los asesinatos de los qom en Formosa y los jóvenes en Bariloche.

La derecha opositora defiende la gobernabilidad del sistema. Una “democracia” en la que el que protesta por hambre va preso por cortar una ruta, y el pastor Avalos, condenado a 16 años por violar a dos niñas, fue liberado por la “justicia” porque esas niñas “viven en comunidades en las que el nivel social acepta relaciones a edades muy bajas”, ¡en la provincia de Buenos Aires! Una “democracia” en la que un pibe va preso por robar pan, y el chorro Menem está libre, es senador, y vende su voto al gobierno. Una “democracia” en la que Das Neves cuenta los votos…

Macri lanzó la propuesta de unificar a la oposición. La apoyan Duhalde, Cobos y Sanz en la UCR, entre otros. Se habla de Cobos como presidente y un peronista federal como vice.

Como eso no alcanza para ganar, la jugada va unida al armado de un frente electoral sin programa, pero que atraiga al centroizquierda para restarle votos al kirchnerismo. De ahí las presiones para que “se baje” Pino Solanas de su candidatura a la presidencia (cosa que el dirigente de Proyecto Sur ha rechazado).

La Argentinaes un país en disputa (ver pág.3), y como tal, hay monopolios imperialistas y de burguesía intermediaria atrás del armado político del gobierno K y sus socios como Memen. Y otros grupos de poder, atrás del juego de la unidad de la derecha opositora, y un frente que arrastre al centroizquierda a hacerle la “sillita de oro” a esa derecha.

 

4. La oposición popular

Lo que está afuera de los libretos de los grupos de poder, es que avanza la unidad, en los hechos, de una fuerza que se expresa en la lucha por los reclamos sociales y políticos populares. Una fuerza que busca la unidad programática en los problemas de fondo de la Argentina: acabar con la concentración y extranjerización de la tierra para que sirva al trabajo y a la vivienda del pueblo, recuperar los recursos naturales, no pagar la deuda externa de la dictadura, ni la que es ilegítima y fraudulenta, etc.

Es una fuerza que dirigió el exitoso Congreso de la CTA, y en confluencia con la CCC marcharon al Ministerio de Trabajo, y el 2 de abril a la embajada inglesa (hecho ocultado por todos los medios que se llenan la boca hablando de “la libertad de prensa”). Una fuerza que se expresó el 24 de marzo en todo el país, y que en Buenos Aires fue la principal columna, la del Movimiento Proyecto Sur en el que participaron el PCR y el PTP, en el acto de Memoria, Verdad y Justicia que llenó la Plaza de Mayo.

Exigencias fenomenales de una ley electoral pactada entre el gobierno K y la dirección de la UCR, ocultamiento de los medios de comunicación del sistema, sacrificios de una campaña a pulmón, son todos desafíos en la campaña política que llevan adelante el PCR y el PTP para recuperar la personería del PTP, que avanza, y que nos exige redoblar los esfuerzos.

Es un gran debate de masas para desenmascarar el discurso y la política del gobierno K, y demostrar que para sepultar a los fantasmas del pasado hay que atreverse a aplastarlos. Que muestre a una verdadera oposición, que lucha en las calles y pelea en las elecciones.

Lo que hoy es necesario para el pueblo y para la patria, es posible. En el Bicentenario de la Revolución de Mayo está abierta la lucha por la segunda independencia. Y por conquistar una verdadera democracia barriendo con las instituciones podridas que forjó la dependencia del imperialismo y el sometimiento al latifundio terrateniente.