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14 de abril de 2021

No se puede tolerar la salida de lo que se produzca en el país

La vacuna argentina

Reproducimos una nota de Eduardo Mariano Lualdi, coordinador nacional del Foro Patriótico y Popular, publicada en el Facebook del Foro.

Es necesario trabajar para una vacuna argentina. Diseñada, desarrollada y producida en nuestro país. ¿No hay condiciones para hacerlo? Esto se afirma desde distintos sectores. Pero sí las hay.

Desde ya que depende de que se movilicen todas las reservas patrióticas y del conjunto del pueblo, y se dedique a esa tarea trascendente a todos los grupos que el Estado argentino tiene, tanto de investigación básica, aplicada y de desarrollo tecnológico y productivo (investigación, desarrollo y producción a escala), y los fondos necesarios.

Esos fondos pueden bien provenir de los que se enriquecieron y enriquecen con la dependencia argentina.

El empresariado verdaderamente nacional tendrá un lugar en el proceso, siempre condicionado al interés argentino.

Una de las razones para el desarrollo rápido de las vacunas fueron los fondos inyectados para ello por algunas potencias. Nosotros deberemos hacerlo para nosotros mismos.

A partir de allí, en el camino de avanzar en el desarrollo argentino, podemos y deberemos coordinar con todos los países hermanos que están en la misma situación que el nuestro, para actuar en conjunto y con diversas formas de asociación. Siempre privilegiando la producción propia, porque la situación es y será muy difícil en lo sanitario y en lo social. Como señalamos en nuestro primer comunicado sobre la pandemia de la Covid 19, “no se saldrá de la pandemia de manera rápida y fácil”. Y deberemos vacunar todos los años por mucho tiempo.

Tener vacuna propia es la manera de tener soberanía y seguridad en el futuro. Si Cuba pudo producir cuatro vacunas, nosotros también podemos.

Recordemos: Argentina produjo aviones, barcos, trenes, tanques, petróleo, acero, molibdeno, reactores y una usina atómica, satélites, el Cóndor, etc.

Argentina tuvo un Primer Plan Quinquenal con el General Perón en su primera presidencia. Para ello hubo las elecciones en febrero de 1946. Pero no se puede negar que eso fue posible, esencialmente, porque hubo un 17 de octubre de 1945. Y el avance de los pueblos a nivel mundial.

Hoy los pueblos no están en retroceso. Han demostrado y demuestran su voluntad de lucha. Es posible vencer. Pensemos en las condiciones que debieron enfrentar los patriotas la guerra de la independencia. Ellos no dudaron de su victoria final y por eso combatieron sin descanso.

Hasta ahora, con un revólver apuntándonos, debimos ceder a las presiones para recibir vacunas a cuentagotas. Debimos negociar con las potencias imperialistas como China y Rusia, para evitar el bloqueo de EEUU o del Reino Unido de Gran Bretaña. Y estuvo bien hacerlo en la grave situación sanitaria y social que atravesamos.

Pero debemos evitar este calvario en años futuros. La dependencia significa muertes. El pueblo argentino bien sabe de esto.

Con esta concepción, es necesario impedir que continúe la salida del país de lo fabricado por el grupo Sigman-Astra Zeneca-Oxford.

No se puede tolerar la salida de lo que se produzca en el país. Podemos y debemos envasar lo que se pueda y con el resto negociarlo con otros países y empresas interesadas en ello. Inclusive con Cuba y otros países que sufren, como nosotros, la dependencia.

Simultáneamente, Argentina debe hacer un relevamiento de la capacidad de producción y envasado actual y la manera de aumentarlo. Parecía imposible, pero fabricamos en la pandemia productos esenciales. Sigamos ese camino. Nuevamente harán falta fondos y proyectos concretos. Con la fuerza del pueblo los obtendremos.

“Flor de ceibo” llamaban los golpistas del 55 a la industria nacional de los años 40-50. Videla y Martínez de Hoz mostraban spots televisivos despreciando lo producido en el país. Dijeron que era lo mismo producir “caramelos que acero”.

El ministro de la dictadura Roberto Aleman, (aquel que le pagaba a los ingleses la deuda externa mientras los soldados, suboficiales, oficiales y civiles voluntarios combatían heroicamente en Malvinas), sostenía que el camino era ser “una colonia próspera”. No hay ni hubo “colonia próspera”.

No nos dejemos convencer por esos viejos argumentos de la dependencia. Pudimos y podemos producir.

 

Hoy N° 1859 14/04/2021