Mao Tsetung nació el 26 de diciembre de 1893 en la aldea de Shaoshan, en una familia de campesinos. Hasta los 16 años trabajó en el campo y fue budista. En 1911 Mao, que siempre se consideró un “maestro rural”, participó de la revolución contra el emperador y el imperialismo, en la que tuvo un rol dirigente Sun Yat-sen, fundador del Kuomintang.
En 1919 se volcó a la lucha política y estudiantil, en medio de inmensas movilizaciones. Ese año se transformó en marxista, y participó en 1921 en el Congreso de fundación del Partido Comunista de China, con 21 delegados representando a 52 o 57 afiliados.
Primeros años del Partido Comunista de China
A partir de 1923 el recién fundado PCCh estableció una colaboración con el Kuomintang en medio de grandes combates obreros y campesinos. Luego de la muerte de Sun Yat-sen en 1925, ya con Chiang Kai-shek al frente del Kuomintang, tras un primer momento de unidad, incluso con la participación de los soviéticos y la Tercera Internacional, Chiang Kai-shek encabezó una oleada contrarrevolucionaria por la que “En 1927, sólo en el norte de Junán, fueron asesinados por la contrarrevolución trescientos cuarenta mil campesinos”. Escribió nuestro querido primer secretario del PCR. Otto Vargas, en Los aportes de Mao Tsetung (Cuadernos de difusión del marxismo-leninismo-maoísmo n° 117).
En ese período, Mao, que dirigía la sección campesina del Partido, encabezó la primera base roja en las montañas con un puñado de hombres, sobre la base de la experiencia revolucionaria y los grandes levantamientos obreros y campesinos de la época. En esos años Vargas reflexiona “¿Fue justo unirse al Kuomintang en 1924? Sí, fue justo. Eso permitió transformar al Partido de poco más de trescientos militantes en un Partido de 57.967 miembros en 1927. En esa lucha se cometieron errores: de la Internacional, que tenía a Chiang Kai-shek en su Presidium de honor, y del Partido Comunista de China.
“El levantamiento de la Cosecha de Otoño, en setiembre de 1927, inicia la lucha con base en el campo que propugnaba Mao. Fracasa en Octubre y los insurrectos tienen que huir a las montañas Chingkang donde establecen la primera base de apoyo.
“En el ‘29 Mao escribió un artículo que pulverizó a los trotskistas en el Partido: Cómo corregir las ideas erradas en el Partido. En el ‘30, se instauró el gobierno soviético de Kiangsi del Sud Este. Mao fue electo presidente de esa república. Dirigía, en 1930, una población de cerca de diez millones de habitantes”.
En 1931 los ejércitos japoneses ocuparon Manchuria y el Este de China. Los comunistas enfrentaban la persecución de las tropas del Kuomintang y sus campañas de “cerco y aniquilamiento”. Allí deciden emprender lo que se conoció como La Larga Marcha, en la que el Ejército Rojo recorrió 12.500 kilómetros, atravesó dieciocho cadenas de montañas, once provincias, derrotó a un millón de hombres, combatió todos los días, sufrió hambre y todo tipo de dificultades. “Fue una de las más grandes empresas militares de la historia, al lado de la cual incluso la de Aníbal empalidece. En esa Larga Marcha, en 1935, en la reunión de Tsunyi, triunfó finalmente la línea de Mao de la guerra de guerrillas, de la guerra del campo a la ciudad, de crear las bases rojas de apoyo y se derrotó la vieja dirección oportunista de “izquierda” y de derecha” escribe Vargas.
En un complejo proceso de varios años, en 1937 se formó el Frente Único Antijaponés, uniendo al PC de China con el Kuomintang de Chiang Kai-shek. En este período los comunistas debieron hacer grandes concesiones, mientras recrudecía el debate si la revolución debía ir de la ciudad al campo, o del campo a la ciudad como planteaba Mao.
Expulsados los japoneses de China y finalizada la segunda guerra mundial con la derrota del nazismo, avanzó el proceso revolucionario, volviéndose a enfrentar con el Kuomintang, que tenía el abierto apoyo de las principales potencias imperialistas occidentales, como Estados Unidos y Gran Bretaña.
En 1949 se funda la República Popular China
En medio de la oleada revolucionaria posterior a 1945, como dice el Programa de nuestro Partido “Los pueblos de Asia, África y América Latina se colocaron en la primera fila de la lucha antiimperialista y anticolonialista, realizando luchas armadas revolucionarias, conquistando grandes victorias que cambiaron la fisonomía del mundo de la posguerra. Esto estimuló al proletariado mundial y a los pueblos de todos los países en su lucha revolucionaria antiimperialista.
“Así fue en China, un país semicolonial, semifeudal, dominado por varios imperialismos, con 600 millones de habitantes sumergidos en el hambre, las enfermedades y el analfabetismo. Con un inmenso mar campesino y un proletariado muy pequeño. El Partido Comunista de China encabezado por Mao Tsetung dirigió la revolución de nueva democracia que liberó del yugo imperialista y semifeudal e instauró luego la dictadura del proletariado en el país más poblado de la tierra. Asegurando pan, trabajo, tierra, vestido, techo, salud y educación para todos.
“Sistematizando la experiencia de la revolución china Mao Tsetung enriqueció el marxismo-leninismo con su aporte sobre la revolución en los países coloniales, semicoloniales y dependientes. Mao Tsetung desarrolló la teoría leninista de la hegemonía del proletariado en la revolución democrática.
“En los países oprimidos, la lucha por la liberación nacional ya no forma parte de la antigua revolución democrática dirigida por la burguesía (como en el siglo 18 y 19). Ahora se trata de una revolución democrático popular dirigida por la clase obrera que abre el camino al socialismo. Por eso Mao la denominó de Nueva Democracia.
“Es la gran experiencia de una revolución dirigida por el proletariado que tuvo a los campesinos (principalmente los pobres) como los grandes protagonistas. Estos fueron los que engrosaron el PCCh, fueron la base del Frente Único Revolucionario y la masa principal de combatientes del Ejército Popular de Liberación.
“La lucha armada se prolongó por más de dos décadas en la que se desarrolló el Ejército Popular y el Frente Único Revolucionario que, dirigidos por el PCCh, condujeron al pueblo chino al triunfo de la revolución, instalando la República Popular el 1° de Octubre de 1949.
Después de la revolución rusa de 1917, la victoria de la revolución china es el acontecimiento más importante en la historia del movimiento revolucionario del proletariado internacional. Mao Tsetung desarrolló el marxismo-leninismo en todos los planos: en la teoría revolucionaria, en la teoría de la guerra, en la teoría económica y en la filosofía.
“En la lucha por avanzar hacia una sociedad sin explotadores ni explotados, Mao Tsetung formuló la teoría de la continuación de la revolución en las condiciones de la dictadura del proletariado e impulsó la Revolución Cultural Proletaria para impedir la restauración burguesa. Este es su principal aporte al desarrollo de la teoría marxista-leninista”.
Vigencia de Mao
Afirmó Otto Vargas que hoy, cuando el capitalismo ha sido restaurado también en China y el poder lo tiene una burguesía socialimperialista (que se disfraza de comunista pero que oprime a su pueblo y a los pueblos del mundo) “no volvimos al punto de partida… Atesoramos un gigantesco bagaje de experiencias producto de la lucha revolucionaria de la clase obrera mundial durante dos siglos y tenemos certezas teóricas. Estas nos confirman la validez universal de los problemas fundamentales de la doctrina científica de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao y la justeza de la lucha por la dictadura del proletariado a escala mundial. No luchamos por una utopía, es decir, no luchamos por un objetivo inalcanzable.
En relación con esto y afirmando estas certezas hemos dicho que el proletariado debe estudiar las conquistas y la derrota de la Revolución Cultural Proletaria. Así como Marx y Lenin estudiaron el triunfo y la derrota de la Comuna de París y la revolución rusa de 1905.
“Y sostenemos, por otro lado, que no podemos imaginar las formas concretas que tendrán las sociedades en las que el proletariado conquistará el poder, aunque sí sabemos que su esencia será la dictadura del proletariado.
“Tenemos la certeza del triunfo de nuestra lucha por la revolución democrática y popular, agraria y antiimperialista en marcha ininterrumpida al socialismo. Para esto tenemos que defender y rescatar la doctrina marxista-leninista con los aportes de Mao Tsetung, para poder integrar las verdades universales de esa doctrina a la revolución argentina.
“Mao Tsetung fue uno de los hombres que más hizo por los explotados y oprimidos del mundo; fue uno de los hombres que más hizo por los hombres. Jamás olvidaremos las enseñanzas revolucionarias de Mao Tsetung”.
hoy N° 2075 03/09/2025