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07 de mayo de 2017

El cuarto femicidio en San Pedro en lo que va de este año. La situación de emergencia es innegable, pero el Estado y el gobierno siguen exculpándose como si no fuera su responsabilidad parar la violencia y las muertes de las mujeres.

“La violencia machista que nos mata y un Estado responsable”

Un nuevo femicidio en Jujuy

Hoy pienso en Rita Soruco, asesinada el 18 de setiembre de 2007. Fue el primer caso  de femicidio que tomé y llegó a juicio oral. Todavía no se había reformado el Código Penal y en Jujuy nos interpelaba por el absurdo de no corresponder prisión perpetua porque solo era concubina de su asesino Jerez. Su historia mostraba todas las violencias que podía sufrir una mujer que, además, era originaria en una provincia donde se perpetúan relaciones con características semi feudales (Rita era criada de la madre de su pareja… Y lo siguió siendo aun en pareja).

El año pasado di con retazos de su historia en un taller de promotores de paridad de género. Alguien me hablo de su barrio y de una hija de víctima de  femicidio que debía ver a su padre en forma obligada en la cárcel cada miércoles. Se me erizó la piel. No conocí a Rita… Pero ella y su historia son parte de mi Adn. Sus  hijos tan pequeños en aquel entonces eran las víctimas también directas de lo atroz. Y con ellos el Estado hizo canalladas. Los dejó con la tía paterna que hoy impone visitas cada miércoles como si allí pudiese haber perdón y olvido. Es como si la tragedia no tuviera fin.

Con ella en un año en que nos mataban menos pudimos entender que una violencia no frenada a tiempo podía terminar en femicidio. A mí me lo enseñó Rita de la peor manera posible. Reconstruí su historia en los alegatos que aun me conmueven y leo cada tanto.

Hoy nos matan más. Y el conocimiento de que hay que frenar a tiempo para que no ocurra el último acto (el femicidio) ya no necesita de la historia de Rita. Ya la situación es extrema… De emergencia innegable. Pero aunque ya nadie puede negarlo el Estado y el gobierno siguen exculpándose como si no fuera su responsabilidad en la emergencia parar la violencia y las muertes. “Sabemos que no alcanza” nos han dicho en casa de gobierno cuando luego de 10 años de pedidos de audiencia al fin nos recibió un gobernador. Como si aceptar lo innegable nos pudiera calmar. La parsimonia de un Estado convertido en ONG (hago lo que puedo) nos irrita. Nos indigna. La indiferencia con la que atendieron a Nahir  apuñalada aquel 9 de septiembre en la Secretaría de Paridad de Género nos rebela. Tanto que denunciamos penalmente ese incumplimiento y abandono. La vieron apuñalada y murió apuñalada 5 meses después con un turno agendado. 

Y ahora a una joven desaparecida, Alejandra Oscardi, se la encuentra muerta quemada viva. Pero fue asesinada con fuego cuando ya hacía muchas horas se había denunciado su desaparición.

Ya no podemos seguir así. Con la violencia machista que nos mata y con un Estado responsable que no se ubica por más que no dejamos de zarandearlo,  exigirle y acusarlo.

Ya basta! Aunque sabemos que las palabras no alcanzan… En nosotras las mujeres organizadas está la fuerza para imponer cada medida que nos logre mantener vivas.