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02 de octubre de 2010

Las brasas del Argentinazo en Rosario

Hoy 1210 / Masivos cacerolazos en apoyo al paro agrario

Minutos después del discurso de CFK se vivieron escenas similares a las que ocurrieron en diciembre de 2001. A diferencia del Argentinazo, las patotas y el aparato kirchnerista salieron rápidamente a las calles a frenar la bronca y a cambiar el eje de la discusión. (En Rosario reaccionaron demasiado tarde).
Miles y miles de argentinos y argentinas, como le gusta decir a CK, (mientras acomoda obsesivamente los micrófonos en paralelo), llenaron rutas, calles y plazas de las principales ciudades del país.
En Rosario, se autoconvocaron más de 5.000 personas en el Monumento Nacional a la Bandera cantando: "Que se vayan todos, que no quede ni uno solo" o "Cristina, no seas boluda, te vas a ir volando como De La Rúa"; y en varias oportunidades entre los golpes ininterrumpidos de las cacerolas y los aplausos, corearon el Himno.
Del piquete al Monumento
La chispa se encendió en el corte de ruta de la Autopista 12 y la ruta 14 de los pequeños y medianos productores y trabajadores rurales de la zona de Alvarez, Piñero, Acebal, Coronel Arnold y Villa Mugueta. Mientras debatían cómo seguir, empezó a llegar más gente de los pueblos con la noticia de que había cacerolazos en Rosario en repudio al discurso de CK.
Todos los presentes en el piquete, reunidos en asamblea y llenos de bronca, decidieron ir al Monumento para agradecer a la gente de la ciudad que los acompañaba. Vinieron entre 15 y 20 productores en un par de chatas y tres camiones, que se usaron como escenario improvisado, donde los más jóvenes hicieron flamear constantemente la bandera argentina al ritmo de los bombos y las cacerolas. Varias veces improvisaron un zapucay al grito de: ¡Gracias Rosario!
En medio de la efervescencia del momento se podía escuchar: "Que renuncie", "Queremos la cabeza de Losteau", "No somos ricos, somos laburantes", "¿Y Binner dónde está, dónde está y Binner dónde está?".
La noche del 25 de marzo fue un hito en la construcción de la democracia directa y la lucha popular. En pocos minutos, se llenaron las calles de bocinazos y cacerolazos. Y la multitud permaneció varias horas en el Monumento llevando toda su solidaridad con la lucha de los pequeños y medianos productores y los trabajadores rurales.
A pesar de que casi no había banderas ni pancartas, las consignas estaban muy claras: no al robo del campo, no a la concentración, no al saqueo, sí a la genuina distribución de la riqueza, sí al diálogo, sí al apoyo de los pequeños y medianos productores agropecuarios.

Desnudando la mentira K
El PCR y la JCR, junto a los Chacareros, MML, CCC y ALDE fueron actores decisivos a la hora de comunicar y explicar al resto de la sociedad por qué era justo el reclamo de los pequeños y medianos productores, por qué era legítimo bloquear los puertos y las cerealeras, y por qué era necesaria la unidad del campo popular. Fue una tarea muy ardua y muy dura, en calles, en las universidades, a través de algunos medios de comunicación y en los lugares de trabajo. Pero el resultado al día de hoy es más que positivo. Los K mienten y eso generó mucha bronca en el campo y en la ciudad, y las asambleas de autoconvocados dan prueba de ello.
"Nos sobra corazón, nos abunda el coraje, no vamos a aflojar", decían en la noche del jueves en Gualeguychú. Lo mismo se escuchaba en Santa Teresa, San Pedro, Casilda y Piñero, donde los piquetes se mantuvieron, las movilizaciones fueron masivas y las brasas volvieron a reavivarse.