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12 de febrero de 2014

Con el agravamiento de la situación financiera nacional, tras la subida del dólar y las nuevas trepadas de las tasas de interés, la ya seria situación de varias provincias se encamina hacia la crisis: reducción de salarios, demoras al pago de proveedores y anuncio de bonos provinciales, muestran que algunas de ellas están entrando en virtual cesación de pagos.

Las crisis provinciales

La política kirchnerista golpea a todo el país

La política del gobierno kirchnerista de descargar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo afecta en mayor medida al interior del país por la arbitrariedad absorbente del dominio oligárquico imperialista, que concentra el poder en la ciudad de Buenos Aires. Es el interior el que más sufre la opresión latifundista y las consecuencias del centralismo oligárquico imperialista, que la política del gobierno kirchnerista no ha hecho más que profundizar.

La política del gobierno kirchnerista de descargar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo afecta en mayor medida al interior del país por la arbitrariedad absorbente del dominio oligárquico imperialista, que concentra el poder en la ciudad de Buenos Aires. Es el interior el que más sufre la opresión latifundista y las consecuencias del centralismo oligárquico imperialista, que la política del gobierno kirchnerista no ha hecho más que profundizar.
A esto se suma, en la mayoría de los casos, la subordinación de las políticas de los gobiernos provinciales a las del gobierno nacional (como ocurre, por ejemplo, en el reparto de los impuestos que recauda la Nación en todo el país), y en todas ellas la subordinación de esas políticas a los poderes dominantes locales.
Las clases dominantes en las provincias son parte de las mismas clases dominantes a nivel nacional, son parte del sistema oligárquico imperialista que domina al país. Los trabajadores y el pueblo de las provincias son víctimas de una doble opresión: la que surge de la contradicción principal, como parte del pueblo explotado y oprimido de la nación, y la que surge de la contradicción secundaria entre “la nación” y las provincias. Las clases dominantes de estas últimas descargan sobre sus propios trabajadores y pueblos los efectos nocivos del centralismo absorbente.
Las llamadas “crisis de las economías regionales” son, por lo tanto, un producto de la crisis del sistema oligárquico imperialista de explotación y opresión que sufre todo el país.
Por ejemplo, ¿por qué existe esa separación y gran diferencia entre Buenos Aires y el resto del país? En primer lugar, por el latifundio, que ahoga el desarrollo de las provincias. En segundo lugar, por el capital intermediario –comprador y burocrático–, y los propios monopolios imperialistas en la industria, el comercio, las finanzas, etc., que centralizan sus operaciones en la “gran urbe”.
 
Las relaciones 
nación-provincias
Los países dependientes del mundo muestran la misma monstruosa macrocefalía. En América Latina lo comprueban desde México hasta Chile y nuestro país. Pero además esa macrocefalía se repite en cada una de nuestras provincias. Los mismos efectos del sistema oligárquico imperialista se reproducen a nivel provincial, por lo que no es simplemente con “nuevas relaciones” dentro del mismo sistema como se podrá resolver la contradicción.
Pero además se habla en general de Buenos Aires, involucrando como principales beneficiarios de ese centralismo a las clases medias; y esto, en pequeño, se reproduce en las capitales provinciales. En las llamadas “clases medias” se incluye a la burguesía nacional y la pequeña burguesía “emergente”. ¿Son estas clases las que detentan lo fundamental de la riqueza? No, son los grandes terratenientes, la gran burguesía intermediaria y los monopolios imperialistas los que concentran lo fundamental de la tierra y de los medios de producción. Y esto es lo que se oculta: el poder económico, político y social de estas clases y del imperialismo.
La lucha por resolver las crisis provinciales a favor de los trabajadores y el pueblo de las mismas, no puede desligarse de la lucha contra la política que desde el poder central aplica el kirchnerismo, es decir, de la lucha por resolver la crisis nacional a favor de todos los trabajadores y el pueblo del país. Esto implica en cada provincia luchar por hacer que la crisis la paguen sus verdaderos beneficiarios de nivel provincial como parte de las clases dominantes a nivel nacional, luchando contra las políticas que aplican los gobernantes locales a favor de esas clases, integrándola a la lucha contra la política centralista del gobierno kirchnerista que agrava las mismas. Es decir, con las particularidades de cada caso, orientando la lucha contra las mismas montañas que oprimen tanto a porteños como provincianos, urbanos y rurales: el imperialismo, el latifundio y el capital intermediario, centrando el golpe en quienes desde el gobierno aplican las políticas a su favor, tanto a nivel nacional como provincial.
El reclamo de gobernadores opositores contra la política monetaria y fiscal que ahoga financieramente a las provincias, es parte de la lucha de la clase obrera y el pueblo contra la política de ajuste inflacionario, hambreadora y entreguista del gobierno kirchnerista. Los obreros y pueblos de Buenos Aires y del interior comparten y se movilizan por este justo reclamo. Exigen, a la vez, que sea acompañado por medidas concretas, en cada provincia, que golpeen los intereses y superganancias de los latifundistas y monopolios imperialistas, y que garanticen que los recursos provinciales sean utilizados en beneficio de los trabajadores y el pueblo y no de las clases dominantes.
El verdadero federalismo, democrático, requiere que junto a la lucha contra las políticas del poder central se luche contra las políticas de los gobiernos provinciales y municipales que no sólo actúan como verdaderos sátrapas del poder central, sino que también están al servicio de las clases dominantes locales: de los latifundistas y de los monopolios de burguesía intermediaria e imperialistas radicados en su territorio.