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02 de octubre de 2010

Qué une a De la Sota y a K. Subestimaron el asco que viene de abajo. Contundente voto bronca.

Las elecciones en Córdoba

490.438 personas usaron el "voto bronca"

Las elecciones de Misiones habían mostrado que el pueblo argentino volvía a usar las urnas, como en octubre de 2001, para expresar su hartazgo y que sigue dispuesto a ir por más.
Las elecciones de Capital y de Tierra del Fuego, y las más cercanas de Tucumán volvieron a poner en el tapete que más de la tercera parte del pueblo argentino sigue usando la abstención y el voto nulo y blanco como instrumento de expresión de su bronca, y Córdoba no fue la excepción.

Qué une a De la Sota y a Kirchner

En Córdoba, De la Sota lleva 8 años gobernando. Ganó en 1998, cuando las clases dominantes de la provincia, en ese momento gerenciada por el gobernador Mestre (radical) desalojaron la Cervecería Córdoba que llevaba 3 meses ocupada por sus trabajadores y reprimieron la lucha de los trabajadores de la salud.
Desde entonces para acá gobernó basado en una alianza, en lo económico, de los monopolios automotrices europeos, los terratenientes ganaderos de Río IV y de los viejos y nuevos sojeros que expresa Roberto Urquía, que siempre tuvo cargos de primera importancia en el orden legislativo, primero provincial y en los últimos 4 años como senador nacional, y ahora encabeza, por pedido de Cristina K, la lista de diputados nacionales del Fente para la Victoria, ratificando el acuerdo Kirchner–De la Sota para el 28 de octubre.
Con esa alianza, en medio de los días del Argentinazo, De la Sota pretendió chantajear y disputar, primero con Duhalde y luego con Kirchner (aunque él había apoyado la re-reelección de Menem) la hegemonía del PJ y desde allí su propia candidatura.
Sostuvo este proyecto jugosamente financiado con el Banco Mundial, sector financiero internacional que tiene una funcionaria instalada en un despacho en la casa de gobierno. Con ese financiamiento hizo obra pública: 12.000 viviendas para erradicación de villas de emergencia, azudes sobre el Río IV y Hospital Regional modelo en esa ciudad, 100 nuevos edificios para escuelas, algunas rutas en el interior y pavimentación de calles en la ciudad capital. Esta hace que tengamos una deuda provincial de entre 10 y 12.000 millones de dólares y que permanentemente mendiguen fondos al gobierno nacional.
Pero hay un detalle: toda esa obra pública la hizo desde el año 2003 en jugosos acuerdos con el ministro De Vido y el secretario de Transporte Jaime, que fue el que armó la borocotización del “Pichi” Campana entre otros. Así fue con el gasoducto de Deán Funes, obra que realizó Skanska, hasta las 100 escuelas nuevas de De la Sota en las que Electroingeniería, del nuevo empresario Acosta, amigo de Zanini y De Vido, ganó prácticamente las principales licitaciones.
Y, sobre la base del no revalúo de los campos, los terratenientes de Córdoba pagan los mismos impuestos que hace 20 años atrás. Con la diferencia que Córdoba se ha transformado en la provincia con mayor producción de soja que va principalmente a China.
Entonces, aunque De la Sota y Kirchner hagan gestos de poca simpatía mutua, tienen muchas cosas que los unen. Y esa es la base del acuerdo De la Sota-Kirchner que gobernó la provincia en los últimos 4 años. Esa sociedad y su continuidad con la fórmula Schiaretti-Campana es lo que vino Cristina K a bendecir cuando a principios de agosto, inauguró junto a De la Sota y Schiaretti, las obras que transformaron la vieja cárcel de mujeres en un paseo público con aguas danzantes.
 Esto no quiere decir que detrás de Juez no se moviera también el kirchnerismo. La interna del gobierno nacional se expresó en que Alberto Fernández y sus operadoras Patricia Vaca Narvaja y Graciela Ocaña vinieron a Córdoba a hacer campaña abiertamente por Juez, así como Barrios de Pie y otros devenidos en juecistas, como el PC y algunos dirigentes sindicales, también con solvencia para su campaña. Además apareció Aníbal Ibarra para apoyarlo la noche del largo domingo del escrutinio.

Subestimaron la bronca

Lo que nunca midieron es la bronca del pueblo de Córdoba con este gobierno y esta política, que el año pasado, después de un año de luchas, dieron a los docentes un aumento del 5,8%. Los docentes debieron volver a las aulas pero la burla que significó ese aumento generó una bronca muy profunda que siguieron masticando.
En el norte cordobés nunca resolvieron los problemas por lo cual el pueblo de Cruz del Eje se levantó en aquellos primeros cortes de ruta que llevaron al Argentinazo. Siguieron apañando el salvaje desmonte y la entrega de tierras a nuevos y viejos amigos terratenientes, quienes de la mano del gobierno y las fuerzas represivas vienen expulsando sistemáticamente campesinos pobres que cortaron la ruta en Deán Funes, 5 días antes de las elecciones, contra los desalojos de sus tierras.
En la propia ciudad capital de Córdoba, los planes sociales se redujeron de 120.000 a 30.000, manteniéndose grandes bolsones de pobreza y mucho hambre ya que las changas que hay en la construcción llegan hasta $ 500 por mes.
Entre el proletariado industrial está en marcha un proceso que busca el cauce para ir a la lucha, pero además para cambiar sus direcciones sindicales y enfrentar una política, que tiene su base en la superexplotación de los obreros calificados en beneficio de lo que Cristina llama “inversiones competitivas”. Es un proceso que recién comienza a mostrarse, pero que tiene un curso que se ve en las metalmecánicas, en la alimentación, etc.
Otros elementos que jugaron en los últimos meses fueron el asco que produjo el manejo del crimen de Nora Dalmaso en Río IV y el asco a la justicia en Corral de Bustos, cuyos tribunales fueron incendiados por el pueblo.

Las elecciones

El voto bronca fue contundente en estas elecciones: De un padrón de 2.366.000 habilitados para votar, en la capital votó el 67% y en el interior el 68%. Esto es 766.000 personas que se abstuvieron, descontando el 15% estructural. Hablamos de 406.938 cordobeses que eligieron no ir a votar. 83.500 anularon o votaron en blanco (sin contar el fraude). Esto significa que 490.438 personas usaron el voto bronca.
En este contexto, si bien Juez no tenía una intención de voto que le permitiera ganar, tampoco era el centro de la bronca y a la vez, Giacomino, su candidato a intendente, es bien visto y venía ganador en las opiniones. Eso en la capital, donde el voto bronca fue segunda fuerza: Giacomino 267.093, voto bronca 192.869, Mestre 127.877.
En el interior, si bien es cierto que la rebaja del 30% de los impuestos puede haber influido en la decisión de votos a Schiaretti, lo principal fue que en Río IV, Marcos Juárez y Unión han puesto mucha plata en los últimos años y mucho fraude en las urnas el 2 de setiembre. Eso lo dicen fiscales de otras fuerzas. A la vez el radicalismo en el que no predominaron los negocios con K se benefició más que Juez, recibiendo un caudal de votos que le permitió recomponer algo de lo que había perdido. Pero igualmente, sectores agrarios y de muchos pueblos del interior también usaron el voto a Juez.
Es así que mucha gente decidió, y eso se vio entre jueves y viernes, votar por Juez. El actual intendente de Capital, que no fue el preferido de la primera dama, se favoreció con muchos miles de votos que lo hicieron instrumento para golpear el acuerdo de K y De la Sota. Durante la elección fue un torrente importante, que se expresó en las urnas.
Pero una vez que se generalizó la idea de que había fraude, y que son capaces de cualquier cosa con tal de retener el poder, el torrente se amplió y profundizó. En las fábricas, las facultades, los almacenes del barrio, la cola de colectivos, el torrente fue tomando forma en la idea de ir a la calle. Esa es la explicación de una marcha de alrededor de 40 mil personas.
La izquierda fue con un frente entre el PO y una parte del viejo MST, llamado Frente de Izquierda y los trabajadores que mantuvo una banca en la legislatura provincial con alrededor del 2% de los votos. Se presentaron también el PTS y la otra parte del MST llamado “Nueva Izquierda”. No tuvieron en cuenta la bronca del pueblo cordobés para canalizarla unida en un repudio al circo electoral.
El PCR y la JCR hicieron campaña activa con un documento provincial con la posición de “Frente al circo electoral, unidad contra la política de Kirchner-Dela sota. Hay otra salida. Apostamos a la lucha del pueblo. Que las elecciones no dividan lo que se une en las calles. Por el camino del Argentinazo, reagrupar contra la política K vote en blanco, anule o no vote”.

Reaparece el camino del Argentinazo

Se tensó la cuerda en la política de Córdoba y aporta a la situación creada también por los resultados en Santa Fe y las otras elecciones provinciales. Ya la consigna «que se abran las urnas», ganó a gran parte del pueblo de Córdoba. Incluso a mucha gente que votó al PJ. Juez acaba de declarar que no será diputado nacional, que no armará lista para esa instancia parlamentaria y que llamará a votar en blanco, aunque también dice que lo está analizando, y su funcionario Guillermo Marianacci va segundo en la lista de Libres del Sur que apoya la candidatura de CK.
Desde abajo, también han sido perjudicados candidatos que han sido elegidos en los barrios, por ejemplo, concejales. Estamos frente a una situación que requiere de un profundo sentido de unidad de clase, de unidad de esta con todos los sectores que han sido golpeados por esta trampa electoral. Grandes masas en Córdoba se preguntan para qué fueron a votar el 2 de setiembre.
Se abren condiciones para avanzar y profundizar la discusión de qué es lo que hay que hacer el 28 de octubre y desde allí profundizar el camino del Argentinazo. Camino que no solo sigue vigente sino que reaparece una y otra vez para grandes masas en la lucha por un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático.