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04 de septiembre de 2013

Conversamos con Mario Segovia, dirigente del Partido Comunista Revolucionario de la provincia de Buenos Aires, sobre las recientes elecciones primarias y el Frente Podemos.

Las elecciones en la provincia de Buenos Aires

Primeras reflexiones

Hemos dicho que nacionalmen-te las elecciones fueron un duro golpe al gobierno. Hay que tener en cuenta que la presidenta se instaló en el Gran Buenos Aires, para plebiscitar su gestión. Es cierto que a su candidato Insaurralde no lo conocían, pero la jefa de campaña fue Cristina Kirchner, y en el último período se sumó activamente Scioli, expresando un cambio en la relación con el gobierno.

Hemos dicho que nacionalmen-te las elecciones fueron un duro golpe al gobierno. Hay que tener en cuenta que la presidenta se instaló en el Gran Buenos Aires, para plebiscitar su gestión. Es cierto que a su candidato Insaurralde no lo conocían, pero la jefa de campaña fue Cristina Kirchner, y en el último período se sumó activamente Scioli, expresando un cambio en la relación con el gobierno.
La clase obrera, con sus luchas durante todo el 2012 y las de este año -con un hecho destacado como el paro general de noviembre pasado, que expresaba un estado de ánimo-, instaló un programa que pasó a ser tomado en la campaña por todos los candidatos, como el tema del impuesto a las ganancias, el 82% móvil, la inseguridad en los barrios, y sobre todo la inflación. El gobierno subestimó esto, y Massa “se colocó” hablando de estos temas en su campaña. Desde ya, tenemos que tener en cuenta que Massa es otra variante de las clases dominantes.
Producto de las luchas y el resultado electoral de agosto, es que el gobierno tuvo que tomar medidas. En ese sentido podemos decir que el aumento del piso de impuesto a las ganancias, si bien es insuficiente y seguiremos la lucha hasta su eliminación definitva, es un gran triunfo. A la vez, al subsistir la política inflacionaria, las luchas van a seguir.
Como producto de este resultado político y tratando de evitar una derrota mas dura en octubre, en la provincia de Buenos Aires se profundiza la fractura dentro del peronismo; son muchos los intendentes y agrupaciones peronistas que ya están hablando con Massa. Mientras Scioli se coloca como el sucesor de CFK para el 2015. Desde ya no hay que subestimar al kirchnerismo. Por los sectores económicos y políticos que se alinean detrás de el y por su política aventurera, son un enemigo muy peligroso.
Es un duro golpe a la política del gobierno que haya perdido en la provincia. Esto estimula la lucha de la clase obrera y el pueblo. El Frente para la Victoria perdió en las fábricas y en el campo. Esto se notó en las grandes empresas, donde la habían votado en el 2011. Y se vio en el interior de la provincia. Las masas castigaron con el instrumento que tenían, en especial con la candidatura de Massa. Scioli, de haber sacado casi el 60% en el 2011, tuvo un poco más del 25%, con Cristina y Scioli juntos haciendo campaña. 
Irritó mucho en los compañeros de las fábricas y los barrios el Comedor de la Rosada donde se come por 3 pesos, como antes había pasado cuando el Indec dijo que con 6 pesos por día se puede alimentar una persona. Al Podemos como a otros, la polarización nos perjudicó, particularmente en algunas secciones electorales. El FIT hizo una buena elección en la provincia. Hace tres años que están instalados, y fue presentado como la izquierda potable por las clases dominantes. 
 
El “Podemos”
Los frentes que integró el Partido nacionalmente llegaron a cerca de 500 mil votos. En nuestra provincia, el Podemos, sin haberse podido instalar, sacó 110 mil votos. Fue muy importante la primera reunión posterior a las elecciones, en la que se acordó la continuidad del frente, ampliarlo, y privilegiar la campaña en los lugares donde se llegó. Esto fue muy importante. En donde no llegamos nosotros proponemos un voto programático. 
El Frente Podemos se arma a partir de que tanto la UP que preside Víctor De Gennaro y nosotros, desde el PTP, confrontamos en el FAP contra el giro que se venía produciendo, que se manifestaba en llegar a un acuerdo con la UCR. Junto con esto discutíamos con el MST, el PSA, Proyecto Sur y otros sectores, anticipándonos a un reagrupamiento en caso de quedar fuera del FAP. Nosotros privilegiamos un acuerdo con los que estuvimos en la lucha todo el 2012 en distintas jornadas, y en especial en el paro del 20 de noviembre, el primero que se le hace al gobierno. 
Cuando se concretó el acuerdo de una parte del FAP con la UCR en la provincia, impulsamos, con muy poco tiempo, la conformación de un frente que expresara una parte de los veníamos luchando juntos en las calles. Así fue que tres días antes del cierre de presentación de listas, nos reunimos, con centro en la UP y el PTP, y se incorporó el MST, los tres partidos con personería en la provincia. En ese momento, se sumaron distintos agrupamientos, como los sectores que rompen con Pino por su acuerdo con Carrió. Un sector del PSA también se sumó, así como sectores de la iglesia, protestantes, partidos vecinalistas. Ahí viene el Partido Social de Fabiana Ríos, lo que generó un debate dentro del frente. A pesar de haber dado debate, cometimos un error, subestimamos la jugada política que era romper lo que se había agrupado.
Se acordó un muy buen programa, y las listas, en muy poco tiempo, en 57 distritos de 135, y en todas las secciones electorales. Así llegamos al 85% del electorado de la provincia. Esto implicó un gran esfuerzo de la militancia, de todo el frente, y de los comités zonales del Partido. Así conformamos el Frente Podemos, que nos costó mucho instalar. 
Este proceso nos permitió insertarnos en la lucha política electoral, como continuidad de nuestro trabajo en la obtención de la personería del PTP en la provincia, y de la experiencia en el FAP en el 2011. Fue una gran experiencia, y nos permitió crecer, en un frente con posiciones nacionales y democráticas.
Realizamos varios actos, y el de cierre frente al Congreso de la Nación con más de 3.000 personas. Hubo actos importantes en La Plata, La Matanza y otros lugares. Gran papel de Juan Carlos Alderete para instalarnos en toda la provincia. 
Para el 11 de agosto, el PTP garantizó casi 1.900 fiscales. No hemos llegado al 1,5% a diputados nacionales, sí llegamos en tres secciones electorales (la octava, la segunda y la tercera), y en 24 distritos. 
Entendemos que fue un muy buen resultado. La mayoría de los compañeros están contentos. Nos faltó tiempo para poder pelear superar el porcentaje, ante el ninguneo de los medios nacionales. Esto también es parte del carácter proscriptivo de las PASO. En los lugares que no llegamos, instrumentar el voto programático va a ser más complejo. 
Hemos entrado en muchas fábricas de concentración con la propaganda. Hemos dado un salto en el uso de las redes sociales, en la calidad de los volantes, y de los programas por lugar. Y en la pelea de los medios locales, en la que quedó claro la necesidad de dinero, por las condiciones concretas para poder aparecer. Es muy interesante la aparición de los candidatos como Alderete en sus giras en los medios de las localidades. También fue muy buena la campaña en algunas ciudades vinculadas al campo, en universidades, colegios secundarios y en cientos de barrios, con el esfuerzo de miles de militantes.
Desde ya la campaña fue de menor a mayor, y nos faltó tiempo para poder desplegar. No pudimos instalar el frente a nivel provincial. Tampoco ayudó el que los frentes de Capital Federal y Provincia tuvieran distintos nombres. En algunos lugares teníamos dirigentes no conocidos, y un nombre nuevo. Quedó claro que tenemos que hacer conocidos a nuestros dirigentes políticos, y esta campaña nos ayudó mucho para eso. En esas condiciones era muy difícil. También tuvimos dificultad en sintetizar o resumir ejes de campaña, como por ejemplo la propuesta de defender el peso sin inflación ni devaluación. 
Fue correcto el eje político con el que hicimos la campaña: contra el ajuste K que aplica Scioli en la provincia. Cada clase social hace su balance. Es muy importante que en cada dirección zonal y provincialmente, veamos qué es lo fuerte y qué es lo débil de nuestro trabajo.