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02 de octubre de 2010

Con los datos de 580 mesas escrutadas, sobre 585, de 161.544 electores solo votaron 121.992.

Las elecciones en Santa Cruz

El aparato kirchnerista se debilito, pero no pudo ser derrotado

Peralta, gobernador electo, según los medios de comunicación ganó por el 58% de los votos, pero si uno toma el total de electores: 161.544, el porcentaje real de votos al FVS es 41%. Cae casi un 35% en relación a la ultima elección a gobernador.
La segunda fuerza fue el frente “Cambiemos para creer” (FCC), que llevó al radical Eduardo Costa como candidato. Según los medios, salió con el 38,75%, pero sobre el total de electores el porcentaje baja a 27.3%. Por lo tanto la diferencia entre primera y segunda fuerza fue del 14%.
Se desprende entonces que, descontando el 15% de abstención estructural, el 10% de los electores se abstuvo de votar. A esto se le suma que para gobernador los votos en blanco fueron del 6% y los nulos el 1%, por lo que el voto bronca es tercera fuerza. Para las elecciones de diputados, los votos en blanco ascienden al 28% (segunda fuerza).
Las distintas expresiones de izquierda lamentablemente han sido testigos y han legitimado el circo electoral. Estas fuerzas, con las cuales, al igual que con vastos sectores del radicalismo y del peronismo, hemos estado y estaremos juntos en la lucha, han sacado porcentajes bajísimos, no llegando ninguna de ellas siquiera al 1%.

Un camino armado para que siempre ganen ellos
Al igual que sucedió en toda la nación, en la provincia algunas mesas demoraron en abrirse, hubo más de 160 sublemas, más de 80 candidatos a intendente y 300 candidatos a concejal. Esto muestra el armado de listas colectoras para recoger votos para el FVS o para el FCC. Con una diferencia; el FVS en todas sus variantes llevaba a Cristina para presidenta, en cambio el FCC se dividía entre Carrió y Lavagna.
Algunos fiscales opositores han denunciado que fiscales del FVS, desde su celular, llamaban a distintas personas amenazándolas para que fueran a votar, “te conozco”, decían, “y no viniste”, “votá, tomá la lista, porque sino no te va a salir la casa en el IDUV”, etc. También se ha escuchado a la gente decir “voté a Peralta, no porque me guste, sé que es un H de P, pero que querés, que vote a Costa, si es más garca que Peralta, por lo menos Peralta mira para abajo cada tanto, Costa nació en cuna de oro y seguirá en cuna de oro, nosotros no le interesamos”.
Ciertos sectores del radicalismo, sobre todo en Río Gallegos (bastión de Freddy) han cortado boletas. Esto se aprecia en la diferencia entre los votos a “Pirincho” Roquel, que fue reelecto intendente de la ciudad, y los votos a Peralta como gobernador.
Estas elecciones han demostrado varias cosas, por un lado que en estas condiciones el pueblo no decide quien lo gobierna, sino que tiene que dirimir en una interna de las clases dominantes, eligiendo muchas veces al mal menor. Por otro, que el FVS ya no gana con el 75 u 80% de los votos como lo hacia antes, sino por la mitad, demostrando que las luchas llevadas adelante en los últimos meses han debilitado su aparato clientelístico y de poder, pero no lo han derrotado por completo.  Que por más que el voto bronca fue expresión de la apatía de grandes sectores de la población a estas elecciones, apatía que tiene que ver con que han calado que no les resuelven los problemas fundamentales que aquejan a la población, pudo haber sido mayor y no lo fue, por la debilidad (por ahora) de las fuerzas revolucionarias y clasistas debidamente organizadas.
 Las tareas que quedan pendientes son: unir de nuevo lo que había unido la calle, la lucha, y las elecciones dividieron; reagrupando a las fuerzas populares, nacionales y patrióticas, en un amplio frente, en una multisectorial, o en la forma que se pueda dar, para verdaderamente resolver los problemas de trabajo, salud, educación y justicia que existen en la provincia.