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23 de noviembre de 2016

Las grandes huelgas en Santa Cruz (5)

Crónicas proletarias

En el transcurso de la primera de las grandes huelgas en las estancias santacruceñas (fines de 1920 y comienzos de 1921) se desarrolló el XI Congreso de la FORA X, en el que, como contamos, participó el secretario de la Sociedad Obrera de Río Gallegos, Antonio Soto. En dicho Congreso, mostrando la indiferencia de las direcciones sindicales de Buenos Aires con la lucha de los obreros rurales patagónicos, el eje de los debates planteado por el Partido Comunista (Sección Argentina de la III Internacional) -tal el nombre adoptado por el Partido Socialista Internacional en un Congreso de enero de ese mismo año- fue la “unificación obrera” y la adhesión o no a la recientemente creada Federación Sindical Internacional, o Internacional Roja. Poco y nada se habló del conflicto en Santa Cruz. Antonio Soto denunció a la dirección sindical por su indiferencia, y el Consejo Federal de la FORA impuso en una votación de balance la defensa de su actuación, tachando a Soto de emitir “censuras inmotivadas”. Acá viene el tema de cómo votaron los delegados del PC. Y esto combinado con la pertenencia partidaria del propio Soto. 
Sobre lo primero, Otto Vargas ha demostrado, en El marxismo y la revolución argentina, tomo 2, que el PC votó junto a la mayoría sindicalista del Consejo Federal, avalando lo actuado en el conflicto. Cita Vargas además un reportaje aparecido en el periódico partidario en las ediciones del 29/1/1921 y 5/2/1921, al “camarada Soto”, en el que éste narra en detalle el conflicto de los peones de la Patagonia y denuncia la represión: “Narró que 900 obreros, acosados por el hambre y la represión asaltaron la estancia ‘Anita’ de Menéndez Behety. Allí se vistieron, alimentaron y ‘se incautaron armas y municiones con fines preventivos (…) pusieron a su frente al pendón rojo’, se ´llevaron alguna hacienda asegurando el alimento’ y ‘pusiéronse a la defensa del camino’. 
“Desde Deseado fue enviada la policía ‘armada hasta los dientes y dispuesta a acribillar a balazos a los huelguistas’. Los obreros, ‘organizados en fila, con la bandera roja y entonando el Himno de los Trabajadores se apostaron en el camino’. Del enfrentamiento resultaron “10 ‘pacos’ muertos y 2 heridos’. En el segundo encuentro los represores mataron a un obrero y éstos a tres agentes, dejando a uno herido” (Vargas, Op. Cit.). 
Reafirmando lo planteado por Vargas, en un artículo “Renuncia del Consejo de la FORA” aparecido en La Internacional del 19/2/1921, que transcribe una carta de los miembros del PC electos al Consejo Federal, no hay la más mínima mención al conflicto santacruceño ni al “camarada Soto”.