El imperialismo yanqui, de la mano de Obama, ha ido introduciendo cambios en su estrategia de disputa de la hegemonía mundial.
Impulsan este cambio los fracasos de las estrategias con las que venían combatiendo a las llamadas “guerras asimétricas”, nombre con el que los ejércitos de occidente evitan llamar por su nombre, guerra popular prolongada, para no mencionar a su gran estratega, Mao Tsetung.
El imperialismo yanqui, de la mano de Obama, ha ido introduciendo cambios en su estrategia de disputa de la hegemonía mundial.
Impulsan este cambio los fracasos de las estrategias con las que venían combatiendo a las llamadas “guerras asimétricas”, nombre con el que los ejércitos de occidente evitan llamar por su nombre, guerra popular prolongada, para no mencionar a su gran estratega, Mao Tsetung.
Las nuevas modalidades comenzaron con las “operaciones quirúrgicas”, y ahora se despliegan como “guerras quirúrgicas”, de la que la agresión a Libia fue una prueba.
Las invasiones masivas, como las de Estados Unidos a Vietnam, y las de varias coaliciones a Irak y Afganistán, y los bombardeos masivos como el de Clinton a Irak, son reemplazados por operaciones “quirúrgicas” sobre centros estratégicos.
Es una guerra que se despliega en cualquier espacio (violando la soberanía de cualquier país) y en el tiempo, como han sido las operaciones yanquis contra Al Qaeda en Pakistán, Líbano, etc. Operaciones que requieren una gran preparación política y de inteligencia, con un gran papel de la NSA, CIA y otras centrales (no hay que olvidar que ha sido denunciado que Obama es hijo de dos agentes de la CIA que se dedicaban a organizar golpes de Estado en Africa). Las operaciones son ejecutadas por fuerzas selectas, lo que alivia la presión política que provocan las guerras en Estados Unidos, cuando vuelven los cadáveres de sus soldados.
En este contexto hay que tener en cuenta la “guerra” que están librando Estados Unidos y China, con el mutuo espionaje utilizando las redes de Internet y de comunicaciones (espionaje político, de defensa, tecnológico, etc.), y operaciones de bloqueo y ataque con virus informáticos. El nuevo jefe del Pentágono declaró que éste será el principal campo de batalla en las próximas décadas.
En función de esa estrategia está la “preocupación” yanqui frente a la posible instalación de una fábrica de fusiles Kalashnikov en Irán, teniendo en cuenta que el armamento de las masas es la principal “preocupación” imperialista frente a las “guerras asimétricas”.
