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27 de diciembre de 2016

En varias localidades de la zona norte de la Provincia de Buenos Aires fuertes lluvias volvieron a mostrar las desidias de los gobernantes que ni hacen obras ni acuden en la emergencia a los pobladores. Aquí un relato de lo que está ocurriendo en San Nicolás.

Las inundaciones en San Nicolás

Provincia de Buenos Aires

Otra vez la desgracia vino de arriba. Y nuevamente cayó sobre los techos de los más humildes. Barrios que siempre se anegan volvieron a hacerlo. Villa Esperanza bajo el agua, Colombini, también: en el fondo del barrio corre sin obstáculo el agua que viene de los campos del este y el nivel llega hasta la altura de los techos.

Otra vez la desgracia vino de arriba. Y nuevamente cayó sobre los techos de los más humildes. Barrios que siempre se anegan volvieron a hacerlo. Villa Esperanza bajo el agua, Colombini, también: en el fondo del barrio corre sin obstáculo el agua que viene de los campos del este y el nivel llega hasta la altura de los techos.

Viejos problemas que no se resuelven nunca porque no dan rédito político. Así funciona la cabeza de la oligarquía nicoleña que dirige el Municipio de San Nicolás.

Villa Riccio, barrio del pueblo de La Emilia, partido de San Nicolás, que nunca se inundó, ahora sí. Villa Canto, otro barrio emiliano, menos, y como ya están acostumbrados… El propio pueblo de La Emilia que hace poco estrenó una monumental obra, un terraplén para frenar la fuerza de las aguas que viene en pendiente desde el este, no alcanzó: 100 familias autoevacuadas.

La voz del intendente interino se hizo escuchar: “no es para tanto”, “ahora tendremos que abocarnos a las tareas de reconstrucción”. O sea, verso. Una vez más y van… mientras tanto corre el cordón cuneta y los dos centímetros de pavimento sobre una base de tosca apelmazada pobre, ya se está rompiendo en muchos lugares. El centímetro que falta (como mínimo deberían ser tres), al bolsillo de autoridades y empresas.

El 23 de este mes se aprobó en el Concejo Deliberante la fiscal tarifaria. 1.500 millones de pesos más para las arcas de la intendencia Pasaglia. ¿Para qué? solo Dios sabrá.

Las obras faraónicas, pensadas para “perpetuarse en la historia”, como el autódromo o el Estadio Único de Futbol, esperan para seguir.  Las imprescindibles, pensando en las necesidades del pueblo, deberán esperar que haya un gobierno verdaderamente popular en San Nicolás.