Al mediodía del domingo cientos de jóvenes del Encuentro se juntaron en la Plaza San Martín. Allí se expresaron, desplegaron una muestra de fotos con distintos textos y frases acompañados por música, que hablaba de la opresión y la rebeldía de la joven mujer en el trabajo de la ciudad y el campo, en el estudio, en la sexualidad, en los modelos impuestos acerca del cuerpo, en la violencia.
La bronca y la alegría tomó forma de muñecos: las pingüinas con una faja que decía ‘basta de mentira K y CK’. También se hicieron pancartas, se pintaron remeras con stenciles que decían “Este cuerpo es mío, no se toca, no se viola, no se mata”; “Libertad a Romina Tejerina”; “Cárcel a los violadores”; “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.
Seguras de que este espacio ganado por miles tiene que continuar partieron a los talleres y de allí a la marcha.
02 de octubre de 2010