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08 de febrero de 2011

Se reunió el Comité Central del PCR. Estos son algunos de los temas que trató.

Las luchas y las elecciones

Hoy 1355 / La hora política

1. Egipto: un camino

La rebelión del pueblo egipcio avanza en medio de la gigantesca oleada que conmueve a los pueblos árabes. Golpea a gobiernos de oligarquías reaccionarias y corruptas que, durante muchos años, han oprimido a sus pueblos a sangre y fuego, y han sido instrumentos serviles del saqueo de sus recursos por las potencias imperialistas, Estados Unidos, las de Europa, y en las últimas décadas, Japón, Rusia y China.

1. Egipto: un camino

La rebelión del pueblo egipcio avanza en medio de la gigantesca oleada que conmueve a los pueblos árabes. Golpea a gobiernos de oligarquías reaccionarias y corruptas que, durante muchos años, han oprimido a sus pueblos a sangre y fuego, y han sido instrumentos serviles del saqueo de sus recursos por las potencias imperialistas, Estados Unidos, las de Europa, y en las últimas décadas, Japón, Rusia y China.

Los pueblos árabes avanzan por el camino de la rebelión. Es el mismo camino que adoptaron los pueblos de varios de los países del este de Europa a la caída del muro de Berlín, para sacudirse la opresión del imperialismo ruso. Y es, también, el mismo camino por el que avanzamos los pueblos de América Latina para enfrentar las dictaduras y gobiernos proimperialistas, en la Argentina desde el Cordobazo y las puebladas de los 70 hasta el Argentinazo, el Caracazo en Venezuela, los tres Ecuadorazos, la insurrección de Cochabamba y otras puebladas en Bolivia, las rebeliones campesinas en Paraguay, etc.

Frente a la crisis que sacude al mundo, y a la receta de los imperialismos y las oligarquías serviles de salvar a sus bancos y sus monopolios a costa del hambre y los sufrimientos de los pueblos, grandes luchas de la clase obrera y los pueblos han conmovido a Europa, sacudido China, y avanzan en América Latina.

Ahora, el estallido del pueblo egipcio y los pueblos árabes vuelve a mostrar la combatividad de la juventud a la que las burguesías creían tener sometidas con la droga y el consumismo. Se ha encendido un faro que alumbra el camino revolucionario de los pueblos para dar vuelta la tortilla: Basta de los Mubarak, basta de las oligarquías serviles al imperialismo, se dice en las asambleas populares, donde se discute cómo profundizar la lucha para barrer al régimen e imponer un nuevo poder popular.

La lucha de los pueblos árabes está produciendo un cambio profundo en el mundo, es un enorme avance en la lucha antiimperialista y democrática. El yanqui Obama, el inglés Cameron, el francés Zarkozy, el ruso Medvedev, el chino Hu Jintao, y sus títeres los Mubarak, deberán poner las barbas en remojo. ¡Viva el pueblo egipcio!

 

2. Argentina: situación frágil

La valoración favorable a Cristina Kirchner subió mucho luego de la muerte de Néstor Kirchner, momento en el que, si se aplicaba a los posibles votos como candidata a la reelección, la daban como ganadora en la primera vuelta. En diciembre, la represión y los asesinatos en La Primavera y en Soldati, marcaron un descenso de esa valoración favorable a la presidenta. En enero, provocaron otro descenso de la presidenta en las encuestas el crecimiento de la inflación y la posición del gobierno en contra de los reclamos salariales que tratan de compensar el aumento real de los precios, los escándalos con la droga (el avión de los Juliá, y la cocaína en el campo de un concejal oficialista en Formosa), y hechos de inseguridad (asesinato de jóvenes, robos de bancos, etc.). Aunque sigue a la cabeza de los posibles candidatos, hoy Cristina Kirchner no ganaría en la primera vuelta.

En esas encuestas, el gobierno recoge apoyo en los que pudieron lograr la jubilación y la asignación por hijo. Y recibe rechazos por la pobreza, la falta de trabajo, la inseguridad, y sobre todo, por ser el principal responsable de la inflación y no tomar medidas para frenarla.

En esta situación se agravaron las peleas del gobierno nacional con Scioli y los intendentes del Conurbano Bonaerense, y con Moyano.

También se agravó la pelea en el peronismo federal. Y el acuerdo en el Congreso del Partido Justicialista de Santa Fe dejó en una situación complicada al socialismo y la UCR, cada una de esas fuerzas con sus propias internas.

La situación política del país es frágil. Por un lado, porque en la clase obrera y el pueblo crece la lucha por no cargar con la inflación. Por otro lado, porque la pelea entre los grupos de poder, tanto dentro el gobierno como entre sus rivales dentro del sistema, se expresa en las candidaturas. Y también, porque hay hechos como los “narcoescándalos”, robos o asesinatos alevosos, que nadie sabe en qué pueden terminar.

 

3. Calles o veredas

“Si van a protestar, háganlo en la vereda”, reclamó la presidenta. Al día siguiente, los sindicatos de seguridad aeroportuaria bloquearon los dos mayores aeropuertos del país. Suele decirse: nadie da una orden sabiendo que no se va a cumplir. No le arrimaron ese consejo a Cristina Kirchner. Pero lo más importante, que sí debería conocer, es que la calle es una conquista democrática del pueblo. Muchos de los sectores que protestan por los cortes, en su momento fueron “caceroleros”, o cortaron rutas en la rebelión agraria y federal, y nada dice que no volverán a hacerlo.

Son los grandes sufrimientos populares los que, una y otra vez, estallan.

La lucha y la represión a los qom de La Primavera mostró los sufrimientos de originarios y campesinos pobres, su voluntad de lucha, y el apoyo del gobierno kirchnerista al gobernador Insfrán, unidos en el rechazo a los reclamos de tierras.

La lucha y la represión en Soldati mostró el brutal agravamiento de las condiciones de vida de masas agrarias de la Argentina, y de hermanos de países limítrofes, forzados a emigrar a las ciudades por la expansión de los grandes pooles y grandes terratenientes y las cerealeras imperialistas. El paro agrario por el trigo mostró que esos mismos grupos están asociados con el gobierno para quedarse con la tajada grande de los pequeños y medianos productores.

Nuevos asentamientos, la jornada de la CCC por la tierra para vivir y trabajar, y los pasos que se vienen dando en la formación de una multisectorial por la tierra, avanzan hacia la profundización de esta lucha.

La lucha y la represión de los tercerizados del ferrocarril ha mostrado que la reactivación relativa de la que tanto habla el gobierno, está basada en la superexplotación de los trabajadores, sobre todo jóvenes, sin convenio ni beneficios sociales, con salarios de pobreza, con horarios y ritmos de trabajo infernales.

La lucha del movimiento de mujeres de San Pedro, que conquistó la Declaración de Emergencia en la Violencia Contra la Mujer, por parte del Concejo Deliberante de esa localidad, mostró otro sufrimiento que estalla. No se puede responder con discursos a una realidad donde no pasa un día sin mujeres quemadas, abusadas, violadas, secuestradas por la trata, o muertas por abortos clandestinos, mientras los “departamientos” oficiales no tienen un peso para hacer nada.

También, el paro contra la megaminería en Catamarca y La Rioja puso el dedo en otra llaga, grande, de la política kirchnerista. Basta de que los monopolios imperialistas mineros se lleven las riquezas naturales, no paguen impuestos, y envenenen la región. Basta de que esos monopolios y el gobierno kirchnerista se burlen de la ley de glaciares a la que no reglamentaron ni se aplica.

 

4. En los puertos rosarinos

Se fueron abriendo paso grandes luchas salariales, como las de trabajadores de las zonas portuarias del Gran Rosario. La de los aceiteros que conquistaron el aumento que reclamaban, y la que paralizó esos puertos durante 8 días. Estas luchas pusieron sobre la mesa que las cerealeras y aceiteras imperialistas, que se llenan los bolsillos, paguen salarios de $ 5.000 o más que se necesitan para vivir.

La pulseada salarial es decisiva para que el aumento de precios que provoca la inflación no vaya a los bolsillos de los monopolios y a la “caja” del gobierno para la campaña electoral, sino a la recomposición de salarios de acuerdo al costo de la vida. Ahora, la lucha de los aceiteros rosarinos mostró cómo pelear y cómo ganar.

Es una pulseada, también, de estatales y docentes. Con el presupuesto “congelado”, el gobierno nacional tiene mucha plata para manejar. Que no sea a su antojo. Hay que luchar por aumentos, por la coparticipación de todos los impuestos con las provincias, y porque las provincias coparticipen con los municipios. Y hay que luchar por el aumento de los presupuestos de salud, educación vivienda, etc.

 

5. Las luchas, las fichas y la unidad

En una situación inestable como la que vivimos, es necesario prepararse para todas las batallas. Esto empieza por encabezar las luchas de las masas y cambiar la correlación de fuerzas en los centros de concentración obrera. Dar una gran batalla política en las elecciones, al calor de las luchas obreras y populares. Y estar preparados para cambios bruscos de situación.

El kirchnerismo ha reforzado la legislación reaccionaria de partidos políticos con leyes que llevan a que queden solo dos grandes partidos, controlables por la Justicia del sistema y las “cajas” del Estado y los monopolios.

El PCR está llevando a las masas su llamamiento a reagrupar a las fuerzas populares, en primer lugar, para fortalecer las luchas. Y también para que esas fuerzas tengan una expresión propia en las elecciones. La campaña del PTP para recuperar su personería, es de gran importancia para ese objetivo. Comienza a desplegarse, con alrededor de 10.000 avales y el inicio de las afiliaciones. Y hay condiciones, en la medida en que se desplieguen las fuerzas, con planes, etapas y controles, de cumplirla exitosamente. Es tarea central, clave para poder jugar con independencia en este año teñido por las elecciones.

 

Reagrupar fuerzas

En todas las últimas elecciones hemos usado como herramienta el voto bronca, siendo parte de una enorme corriente que tuvo su pico en el 2001, con 10 millones de personas, y que ha constituido un tercio del pueblo argentino, en particular, agrupando a los sectores más combativos.

Los cambios políticos que se han producido en el país, particularmente a la muerte de Néstor Kirchner, mostraron la existencia de una corriente, particularmente en la juventud, que por distintas razones apoya al gobierno. El kirchnerismo trabaja para usarla, para su política de “ajuste inflacionario” y criminalización de la protesta, polarizando su disputa con otros sectores de las clases dominantes que plantean “ajuste clásico” y represión. Frente a esta realidad, se hace necesario un reagrupamiento popular amplio, patriótico, democrático y antiimperialista, que también se exprese en las elecciones como una fuerza real, no testimonial. Es una batalla fundamental para unir al pueblo, para lo que levantamos nuestra plataforma de 10 puntos, en el camino histórico de las puebladas, el Argentinazo y la rebelión agraria. El del pueblo Egipcio.

Es una batalla difícil. Es un terreno minado por los enemigos del pueblo. También, porque hay muchas mezquindades y sectores que trabajan para impedir esa unidad. Pero es una batalla política fundamental para lo que se viene en la Argentina. Y desde el PCR y el PTP estamos trabajando para hacerlo, unido a la juntada de avales y fichas, reflexionando juntos con los que hemos compartido la trinchera del voto bronca, y conversando con todas las fuerzas y sectores obreros y populares, patrióticos, democráticos y antiimperialistas.  Como señaló la Conferencia Nacional del PCR, dialogamos con todas esas fuerzas y sectores con el objetivo de lograr un frente público, programático y equitativo. No vamos a ir de arrastre; lo demostramos en Güemes (Salta) y en Chubut.

La unidad en un frente público, programático y equitativo no es una tarea fácil, pero es necesaria. Si por las razones que fuese no se llegara a concretar, igual valdrá el esfuerzo de haber trabajado para la unidad popular y haber dejado en evidencia a quienes hayan trabado esa unidad, necesaria para la lucha y el futuro político de la Argentina.En tal caso, tomaremos, con independencia, la decisión que corresponda, como lo decidió la Conferencia del PCR.