Mientras las clases dominantes peruanas con Keiko Fujimori a la cabeza, ya no saben qué recurso interponer o inventar ante los diversos poderes para que Pedro Castillo no sea reconocido como presidente electo del Perú, éste sostiene que en su discurso de asunción del 28 de julio, fecha del bicentenario de la independencia del Perú, solicitará al Congreso Nacional que fije en ese momento la fecha para la llamada a una Convención Constituyente que reforme la Constitución fujimorista de 1993.
La llegada a la presidencia de este maestro de 51 años ha sido un gran golpe para los poderes tradicionales que han regido los destinos del país en su propio beneficio y de algunas potencias extranjeras durante casi 200 años. Lo hicieron a costa del olvido, la explotación y racismo de las decenas de etnias indígenas del Perú.
Niños desnutridos, analfabetismo, falta de salud y vidas de grandes sacrificios atadas algunas a una servidumbre a favor de los terratenientes feudales hasta 1969, cuando el gobierno de Velazaco Alvarado realizó en algunos sectores como Cajamarca una reforma agraria y les entregó una pequeña parcela de tierra. Tierras donde el Estado no llega ni para asegurarles que sus pocos animales o pertenencias para trabajar y sobrevivir no les sean arrebatadas por ladrones y bandoleros.
Por ello formaron sus “rondas campesinas”. Estos “ronderos” son los que ante la inquietud y la desconfianza de que al presidente que eligieron y que es parte de ellos no lo dejen asumir, han ido bajando por miles hacia Lima desde los distintos puntos del país y realizan una vigilia blandiendo sus látigos y afilando sus machetes en el pavimento de las calles de la capital.
Han arribado también a la gran urbe “los reservistas”. Ex soldados que con el servicio militar obligatorio se enrolaban para cumplir con la Patria pero sobre todo para salir de su analfabetismo. Reservistas que volvían a sus pueblos con el prestigio del deber cumplido y sabiendo leer y escribir. Muchos inclusive habiendo realizados cursos como comandos y adquirido habilidades militares especiales. Ellos también están vigilantes ante lo que pueda pasar con Pedro Castillo, que es el presidente a quien han elegido y se rebelan contra los mandos de las Fuerzas Armadas que produjeron un manifiesto golpista (especialmente la Marina), cantándoles estribillos que los ridiculizan.
El sindicato de los maestros y profesores, al cual pertenece Pedro Castillo, y del que ha sido dirigente durante muchos años y conductor exitoso de la gran huelga de 2017, forma parte también de su gran apoyatura y lealtades.
Maniobras del fujimorismo
Todo este proceso del pueblo peruano es parte de la ola de alzamientos que se han producido en los diferentes países de América Latina contra las políticas de ajuste y entrega de los recursos y el patrimonio nacional por parte de gobiernos corruptos y vendepatrias, aliados a diferentes potencias extranjeras.
Mientras tanto las clases dominantes siguen urdiendo maquinaciones para ver cómo evitan que Castillo asuma el 28 de julio. Están horrorizados por su propuesta de protección de los recursos naturales del país, con la consigna de “ni un niño pobre más en un país rico”. Lo tildan de comunista y tratan de asustar al electorado diciéndoles que “les van a quitar sus casas y sus ahorros”.
Entre los muchos eventos que produjeron está la renuncia de un miembro del Jurado Nacional Electoral (JNE), fujimorista, Luis Arce Córdova, que de forma totalmente ilegal deja su lugar y con eso hace peligrar la resolución de todas las impugnaciones que ha presentado al JNE el fujimorismo, y crea de esta manera un problema institucional muy serio. Todo esto en el marco de la gran operación de “Cuellos Blancos del Puerto” que se abrió hace un par de años debido a escuchas de mafias por corrupción y salida de coca y cocaína y que han terminado involucrando a más de 300 jueces y fiscales. Algunos ya suspendidos, otros exonerados y las investigaciones siguen. Lo que hace muy difícil el reemplazo de los jurados nacionales electorales o cualquier otro miembro del Poder Judicial.
Luis Arce Córdova tiene grandes amistades con Vladimiro Montesinos (funcionario del gobierno de Alberto Fujimori actualmente preso por corrupción y violaciones a los derechos humanos) y otros miembros de Fuerza Popular y van a ser juzgados por cohecho activo específico, ya que se han comprobado varias llamadas telefónicas de Montesinos desde el penal donde cumple su condena para asesorarlos en cómo resolver este problema electoral a favor de Keiko Fujimori (candidata de Fuerza Popular).
El JNE ya ha rechazado en tres audiencias públicas decenas de los más de 1.000 pedidos de nulidad o impugnaciones realizados por Fuerza Popular y ha asegurado que seguirá trabajando en esto ya no con audiencias públicas y que espera tener una respuesta definitiva y completa a más tardar el 15 de julio. Lo que decide el Jurado Nacional Electoral es la última palabra en el tema, ya que es totalmente independiente de la justicia civil y no se puede recurrir a otros tribunales.
Aunque Estados Unidos, la OEA y otros poderes internacionales se han pronunciado en contra de un golpe de Estado en Perú, el pueblo no deja la “vigilia de sus armas” para defender los pasos alcanzados hasta ahora y deberán prepararse para ver qué es lo que viene y cómo van a seguir en su lucha por la segunda y definitiva independencia.
Hoy N°1871 07/07/2021