La semana pasada los datos del Indec nos han estremecido. Macri habló de 8,7 millones de pobres, de los cuales 1,7 millones son indigentes. Estos datos sólo representan 31 aglomerados del país donde viven 27 millones de personas. La población en Argentina es de 44 millones de personas aproximadamente. El 32,2% vive bajo la línea de pobreza, siendo el 6,3% indigentes. El 47,4% de los menores de 14 años vive en hogares pobres.
La semana pasada los datos del Indec nos han estremecido. Macri habló de 8,7 millones de pobres, de los cuales 1,7 millones son indigentes. Estos datos sólo representan 31 aglomerados del país donde viven 27 millones de personas. La población en Argentina es de 44 millones de personas aproximadamente. El 32,2% vive bajo la línea de pobreza, siendo el 6,3% indigentes. El 47,4% de los menores de 14 años vive en hogares pobres.
No sobra tiempo para los de abajo: porque el hambre no espera. La situación que revelan las cifras del Indec, demuestra que urge la declaración de la Emergencia Social, para que el gobierno de Macri (quien en su campaña prometió pobreza cero) aplique las medidas y el presupuesto necesarios para frenar el crecimiento de la pobreza, la deserción escolar, el consumo de drogas y la violencia hacia las mujeres. Ante esta situación es necesario un paro activo y multisectorial. También está en la agenda la iniciativa propuesta por la FNC y por el Encuentro de pueblos y naciones originarias: la marcha multisectorial de las economías regionales contra el hambre, por la producción, tierra, techo, trabajo, soberanía y federalismo para el 26, 27 y 28 de octubre.
Las mujeres somos parte de estos sufrimientos que está padeciendo nuestro pueblo y se agrava la doble opresión que padecemos. Somos las principales damnificadas: la mayoría de las despedidas son mujeres, los pocos puestos que surgen son ofrecidos a los hombres (las mujeres pedimos licencia por maternidad, por atención familiar, somos “caras”).
Somos víctimas de la violencia que en el peor de los casos se lleva nuestras vidas. Venimos de dos históricas, masivas y conmovedoras jornadas del #Niunamenos, el 3 de junio del 2015 y 2016, jornadas que son impensadas sin el recorrido de los 30 años de Encuentros. La primera durante el gobierno K y otra a pocos meses de asumir el gobierno de Macri. Producto de estas movilizaciones el gobierno nacional de Cambiemos, a través del Consejo Nacional de la Mujer, lanzó el Plan Nacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, dicho plan comenzaría a ejecutarse recién el año entrante. Aquí surge el primer problema ya que la agudización de la violencia no puede esperar, es un problema social y político que amerita que el gobierno nacional y los gobiernos provinciales y municipales tomen medidas de manera urgente. Esta última semana, hubo tres femicidios en Mendoza y uno en San Nicolás, que dejan al descubierto que este problema se agudiza profundamente a la par del agravamiento de la crisis social, entendemos que la declaración de la emergencia nacional en violencia sexual y doméstica es una reivindicación necesaria e integrada a la lucha por la emergencia social y laboral.
El hambre, la falta de trabajo, empujan a muchas mujeres a la prostitución. Esta situación se encuentra, estrechamente, ligada a la trata y el tráfico de mujeres y es una expresión más de violencia hacia las mujeres. En esta problemática se entrelazan la connivencia de los sectores del poder político, judicial y policial que no hacen más que garantizar que las mujeres sigan siendo esclavizadas y explotadas sexualmente.
Se estima que en la Argentina se realizan, anualmente, 500.000 abortos clandestinos y que producto de esa clandestinidad mueren entre 300 y 400 mujeres al año. Son las pobres las que dejan sus vidas en esta situación, durante los 12 años de gobierno kirchnerista y a casi un año de gobierno macrista, nos sigan negado este derecho. No existió ni se evidencia que vaya a existir voluntad política, de este gobierno y los anteriores, de garantizar que las mujeres más humildes no sigan muriendo. Se presentó hace unos meses el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo de la Campaña nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Sabemos que esta lucha no va a ser fácil, pero no la abandonamos y seguiremos luchando por su aprobación. Hace unos meses logramos la libertad de Belén, la joven tucumana que estuvo presa producto de un proceso judicial plagado de irregularidades. Seguimos luchando por su absolución y porque no haya ni una Belén más.
El Encuentro nos fortalece
Todo esto y más recorrerá el Encuentro Nacional de Mujeres. Nuestras voces, tantas veces silenciadas, se preparan para ir a contar la realidad que vivimos todos los días en nuestros lugares y en cada rincón del país. Vamos a contar cómo enfrentamos el ajuste del gobierno de Macri y estamos convencidas que vamos a salir fortalecidas para cambiar el rumbo de esta política y seguir en la pelea para conquistar nuestro derechos.
Las luchas ayudan a los Encuentros y en un proceso, inédito en el mundo, en el Encuentro todas nos nutrimos de las luchas que recorren el país, todas aprendemos a partir de las experiencias que llevamos todas las mujeres.
Las mujeres somos protagonistas de nuestro destino y del futuro de nuestra Patria. Queremos otra Argentina con una sociedad justa, en la que verdaderamente se termine con la desigualdad de derechos para hombres y mujeres, en el terreno político, económico y social.
- Basta de hambre ¡Emergencia social y laboral!
- Igual salario por igual trabajo. Salarios, jubilaciones y pensiones que cubran la canasta familiar. 82% móvil.
- Declaración de la Emergencia en violencia sexual y doméstica ¡ya!
- Basta de femicidios. ¡Ni una muerta más, ni una mujer menos!
- Desmantelamiento de las redes de trata.
- Cárcel a los violadores y femicidas.
- ¡Ni una mujer más víctima de las redes de trata!
- ¡Las estamos buscando, las queremos con vida!
- Basta de muertes por abortos clandestinos. Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.
- Absolución para Belén. Ni muertas ni presas.