Una vez más miles de trabajadoras del campo y la ciudad, amas de casa, estudiantes, mujeres mayores y jóvenes, nos damos cita para debatir los problemas que tenemos en común y avanzar en el camino para terminar con la doble opresión.
Sí, hay escenas repetidas. Miles llegando de cada rincón del país. Miles de abrazos emocionados por el reencuentro. Miles de caras nuevas, abriendo grande los ojos que ven el Encuentro por primera vez. Repetidas son algunas de las banderas de distintos colores que nombran cada lugar que se hace presente. Repetidas las pancartas con consignas por las cuales el movimiento de mujeres viene luchando hace años.
Sí, hay escenas repetidas, pero lo que debatimos cada año en cada taller va cambiando. Porque nosotras no somos las mismas año a año. Venimos juntando bronca, juntando experiencias. Venimos luchando y desenmascarando la política del gobierno de los K, que lejos de ser “nacional y popular”, castiga duro nuestros hogares.
Tenemos ejemplos
Este año nos encontramos las mujeres que estamos de pie y luchando contra los despidos. Porque nos dicen que la crisis internacional no va a afectarnos, pero ya son más de 220.000 (según la UIA) los despidos en el país. Somos testigos de cómo una empresa imperialista como la yanqui Kraft, pisoteando la legislación argentina, echa a 160 trabajadores, entre ellos a la comisión interna y delegados. El gobierno, que como dijo una trabajadora de Terrabusi “da vergüenza que la presidenta sea una mujer”, mandó a desalojar la planta cuando el monopolio se lo mandó, reprimió, golpeó a trabajadoras y trabajadores y convirtió un lugar de trabajo y producción, en un verdadero cuartel. Los despidos castigan tremendamente, más si es despedida una mujer sostén de familia, que se queda en la calle, con los hijos a cuesta y perdiendo la estabilidad, si tenía la suerte de estar en blanco, de tener una obra social, ayuda escolar por hijo y otros “magros” beneficios. Tenemos el heroico ejemplo de las compañeras de Terrabusi.
Este año nos encontramos las mujeres trabajadoras del campo y las originarias que estamos de pie luchando por el derecho a la tierra para trabajarla y en donde queremos criar a nuestros hijos sin verlos partir a la miseria de las grandes ciudades. Tenemos el ejemplo de las originarias del Chaco, que luego de marchar durante cinco días a pie a Resistencia, sostuvieron el heroico acampe de 34 días hasta obtener respuestas del gobernador.
Escuchar, conocer, avanzar
Este año nos encontramos las mujeres que estamos de pie contra los tarifazos, los impuestazos, la inflación que se come nuestros salarios. Estamos hartas de escuchar los chantajes de las grandes empresas que aclaran en sus boletas que sin subsidios del Estado, la cuenta se nos va a ir por las nubes. Somos las que vamos a comprar y nos encontramos todos los días con aumentos feroces de precios en alimentos, ropa, útiles, elementos de higiene, etc.
Este año nos encontramos las mujeres que estamos de pie exigiendo educación sexual, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir… porque sabemos que muere más de una mujer por día por aborto inseguro. Y por cada una que muere son 20 las que sufren enfermedades o lesiones por esta causa. Un alto porcentaje de muertes son de menores de 20 años. Sabemos que las que se mueren por abortos mal realizados son las mujeres pobres. ¡No queremos ni una muerte más! Tampoco queremos escuchar las mentiras de un gobierno que manifiesta su “progresismo” con respecto a salud reproductiva, cuando no hay presupuesto, las salitas en los barrios y los hospitales están colapsados, y los anticonceptivos brillan por su ausencia.
Este año nos encontramos las mujeres que estamos de pie escrachando la casa de violadores impunes. Luchamos en el plano legal y también en la calle, porque Romina Tejerina sigue presa y su violador en libertad, y se siguen dando casos, violaciones aberrantes y salvajes. Estamos de pie contra todo tipo de violencia contra la mujer.
Este año nos encontramos las mujeres que estamos de pie contribuyendo a la campaña contra la trata porque no queremos que se lleven a ninguna mujer más, a ninguna niña más para atraparla en el tráfico y prostitución. Nos encontramos en la tierra de Marita Verón, a quien se llevaron en el 2002. Sabemos que la trata puede operar por el silencio cómplice de jueces, políticos y policías. Vamos a debatir cómo profundizar la lucha para que ninguna mujer sea mercancía de este negocio mafioso, mientras seguimos exigiendo la modificación a la Ley de Trata (la 26364).
Este año nos encontramos las mujeres que no queremos que la plata del país se siga yendo para pagar intereses del fondo o para subsidiar empresas que se llevan de la Argentina jugosas ganancias, queremos que la plata vaya a la salud, a la educación, a resolver las urgencias que hoy demanda el pueblo.
Estamos de pie
Las mujeres argentinas estamos de pie, a la cabeza de la lucha en cada rincón del país y unimos los reclamos del conjunto del pueblo a nuestras reivindicaciones específicas, de género. Porque la crisis se profundiza y se profundizan también las maneras que encuentran las clases dominantes para descargarla ferozmente sobre nuestras espaldas. La política de los K es expresión de eso, porque le garantiza a los monopolios que van a poder suspender, despedir, para nunca perder sus ganancias. Ejemplo y síntesis de esto es: mientras desalojaban violentamente a las trabajadoras y trabajadores de Kraft, el canal oficial pasaba dibujitos animados y Cristina se abrazaba con Obama. ¡Más claro, imposible!
Los Encuentros han ayudado y fortalecido la lucha de las mujeres en todo el país. Son una experiencia única a nivel mundial, se mantienen hace 24 años y le dan impulso e iniciativas a innumerables planes de lucha desde el sur al norte de la Argentina. Y una vez más, esta experiencia horizontal y democrática que viene defendiendo la gran masa de mujeres presente en cada Encuentro, le dará luz al movimiento de mujeres a nivel mundial, y nos ayudará a avanzar para que esta crisis no la carguemos las mujeres en nuestras espaldas.