Hacemos grandes esfuerzos para que ninguna se quede afuera, en el marco de una situación de hambre y crisis producto del ajus-te macrista. Estamos seguras de que algo cambia cuando nos encontramos y somos parte de este evento único en el mundo. Conversamos con Alejandra de Corrientes Capital, Reina de Chaco y Genoveva de la Zona Norte del Gran Buenos Aires que cuentan cómo se preparan en sus lugares. ¡El encuentro somos todas!
Hacemos grandes esfuerzos para que ninguna se quede afuera, en el marco de una situación de hambre y crisis producto del ajus-te macrista. Estamos seguras de que algo cambia cuando nos encontramos y somos parte de este evento único en el mundo. Conversamos con Alejandra de Corrientes Capital, Reina de Chaco y Genoveva de la Zona Norte del Gran Buenos Aires que cuentan cómo se preparan en sus lugares. ¡El encuentro somos todas!
—¿Cómo se preparan para ir al encuentro?
Genoveva: Nos estamos preparando con mucha emoción con las compañeras para poder ir al Encuentro. Hacemos un poco de todo para poder llegar, porque desde que conocimos el Encuentro no hay otra cosa que pensar en el momento de volver a ir. Eso con mucho sacrificio, pero convencidas que las mujeres vienen diferente, esto lo digo por experiencia propia. Yo tengo un rancho y cuando volví de mi primer encuentro en La Plata, dije: ¿qué hicieron? ¿pintaron? ¡estos algo hicieron! Y era yo la que era otra. Ahí nosotras aprendemos mucho, vamos a escuchar a otras mujeres que les pasa las mismas que a nosotras, que tenemos derecho a opinar y que valemos como mujer.
Reina: Venimos trabajando con mucho sacrificio, queriendo llevar hasta las últimas mujeres de nuestra provincia. Principalmente a las compañeras de las zonas, como dicen ellas, más oscuras, donde escuchamos y nos cuentan que se organizan y quieren participar. Venimos trabajando porque a partir del Encuentro aprendimos que es posible cambiar el rumbo de las políticas que impulsan los gobiernos nacionales, provinciales y en cada localidad.
Uno de nuestros objetivos este año es que participen las compañeras del Impenetrable, sobre todo las que están más lejos, porque son 700 kilómetros de Chaco, la mitad de camino. Cuesta mucho sacrificio poder ayudar a las compañeras a salir, pero ellas están dispuestas y eso es lo principal. Son ellas las que nos dicen queremos ir, conocer y contarles a las compañeras que han hecho la experiencia cómo sobrevivimos, porque no es vida la que se lleva en esa zona.
Así que esa es nuestra gran tarea en este momento, esperamos poder participar en este Encuentro en Rosario, donde vemos están las principales comunidades de las familias originarias y donde se están viviendo situaciones de mucha necesidad. Venimos organizándonos con mucho esfuerzo para poder estar y esperamos que sea una gran experiencia participar en Rosario.
Alejandra: Nos venimos preparando muy entusiasmadas porque son compañeras nuevas las que vienen con nosotras, venimos haciendo beneficio para pagar el pasaje. Son 60 compañeras las que viajan, alrededor de 25 pagan de su bolsillo y para esas compañeras que quieren viajar y no pueden hacemos beneficio todos los fines de semana para que puedan viajar con nosotras.
La verdad es que está muy fea la situación porque no hay trabajo y lo poco que hay lo tenemos que cuidar. Entonces, en esta situación, tenemos que ayudar a esas compañeras que no pueden, que quieren viajar y no pueden pagar.
—¿Cuáles piensan que van a ser los principales debates en los talleres?
Reina: pensamos que puede haber muchos temas importantes, pero nosotras desde el lugar que venimos y lo estamos analizando, lo que pretendemos plantear, es la liberación y justicia para nuestras mujeres.
Así es que lo que decimos es que no vamos a dejar, o pretendemos no permitir, que se utilice nuestro encuentro por parte de algunas fuerzas políticas. Queremos que este Encuentro sea las opiniones y voz de todas nosotras, y así poder hacer la experiencia en nuestro lugar. Sabemos que van a haber muchos temas, pero lo principal es cómo nosotras llevamos adelante la salida para poder tener la liberación por la que tanto discutimos. Somos nosotras las que estamos al frente en nuestras casas, al frente en nuestros barrios y lo que queremos es que en el encuentro se plantee todo lo que nos pasa y eso es lo que vamos a impulsar.
Genoveva: Va a haber muchas preguntas, muchas otras mujeres y nosotras quizá no conocemos muy bien algunas cosas, pero lo que sí vemos en los barrios, con las mujeres, es el tema de nuestra doble opresión.
Vamos a ir defender este encuentro que es de todas las mujeres. No queremos que esto se termine, queremos que cada mujer que le cuesta un montón poder viajar hoy a Rosario pueda decir y escuchar. Hay tantas cosas para decir: está el hambre, la falta de salud y los mayores que no tienen ni siquiera sus remedios. Nosotras vamos al encuentro y escuchamos que lo que nos pasa a nosotras, nos pasa a muchas. Entonces vamos a aprender.
Alejandra: Nosotras vamos para contar las experiencias que estamos viviendo en Corrientes. Está muy difícil la situación, esperamos poder compartir y que las compañeras nos cuenten a nosotras coómo están viviendo ellas en sus lugares que a veces son iguales a los nuestros. Vamos con esa expectativa.
—¿A qué taller tiene pensado ir?
Reina: Uno de los talleres que a mí me interesa es mujer campesina: creo que es ahí donde nosotras vemos realmente la verdad. Hay muchos talleres interesantes para poder participar y escuchar a las otras compañeras. Escuchar y a la vez que nos escuchen. Me interesa por las características de nuestra provincia y que podemos ir a una conclusión nacionalmente. Es importante poder escuchar a las mujeres del campo, son ellas las que nos muestran y cuentan lo que venimos pasando en muchos lugares de la Argentina, mucho más con el tema de los jóvenes que estamos viendo que no hay programas y los gobiernos no impulsan salida para ellos. Nosotros estamos pelando e impulsando “Ni un joven más se va del campo” para poder seguir luchando por la tierra, por el agua, por la producción. Por eso me interesa mucho el taller de la mujer campesina y también el taller de los pueblos originarios.
Genoveva: Cuando arranqué iba al de drogadicción y después empecé a participar en el de violencia. Me gusta mucho ir a ese taller porque hay muchas mujeres que viven la violencia día a día. Yo decía: voy a ir para ver qué se puede hacer porque la verdad es que estamos cansadas de sufrir tanta discriminación, a veces te rebajan hasta el sueldo. También sé que no es a mí sola que me pasa sino también a otras mujeres. Yo no tengo estudios, pero me gusta poder ayudar a otras mujeres que sufren. Pasé por muchas cosas, fui violada por mi padre, maltratada cuando me casé y seguí tan humillada que pensé que nunca iba a poder salir de eso. Pero hoy estoy saliendo y salí. Antes lloraba más y ahora ya no lloro, me saqué ese dolor tan horrible y sé que hay otras mujeres. Entonces todas vamos a aprender, a ayudar, y al volver al lugar, a ponerse a trabajar. Que esas mujeres que vienen con nosotras al Encuentro sepan que ayuda un montón: quizás en el primero no hablás pero siempre una palabra te ayuda a salir y contar los que nos pasa. Eso son los encuentros para mí.
Alejandra: Yo quiero ir al taller de mujer y adicción para poder ayudar a los jóvenes de allá, porque están muy metidos en la droga. Esto se escapa de las manos de los padres que no pueden. Ahora estamos tratando de ayudar a esas familias, de la misma forma que ellos nos ayudan a nosotros. Tratamos que los jóvenes ya no estén en la esquina, de orientarlos y poder darle una capacitación. Estamos peleando el título de tierra, techo y trabajo para esos jóvenes y sus familias. Están muy entusiasmados y cuando ven que se pone difícil vuelven otra vez a la droga, es una pena porque son muy buenos y no queremos verlos yéndose de la vida. Por eso quiero ir a ese taller, para contar.