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23 de octubre de 2013

Las mujeres y el Centenario (1)

Crónicas proletarias

En mayo de 1910, el gobierno oligárquico de Figueroa Alcorta “garantizaba” los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo, con estado de sitio y una brutal represión hacia el movimiento obrero. Obreros que, ese año, pese a la persecución, protagonizaron 298 huelgas, la mayoría con participación de las mujeres

En mayo de 1910, el gobierno oligárquico de Figueroa Alcorta “garantizaba” los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo, con estado de sitio y una brutal represión hacia el movimiento obrero. Obreros que, ese año, pese a la persecución, protagonizaron 298 huelgas, la mayoría con participación de las mujeres
En ese contexto se desarrolló, del 18 al 23 de mayo de 1910, el primer Congreso Femenino Internacional, organizado por la Asociación Universitarias Argentinas, y en el que confluyeron organizaciones femeninas como la Asociación Nacional del Profesorado, la Asociación Nacional contra la Trata de Blancas, el Centro Socialista Femenino, el Círculo Médico y Centro de Estudiantes de Medicina, la Liga de mujeres librepensadoras, la Sociedad Protectora de Indígenas y sociedades de Chile, Paraguay y Uruguay. Símbolo de la época, los idiomas oficiales del congreso eran: castellano, francés, italiano, alemán, inglés y ruso, asegurándose la presencia de intérpretes.
El gobierno quiso armar “su” congreso de mujeres, para lo cual impulsó al Consejo de Mujeres, integrado por señoras “de la sociedad”, que realizó el “Congreso patriótico y Exposición del Centenario”, para  destacar las obras de la oligarquía, que se opuso al sufragio femenino.
En el Congreso Femenino Internacional participaron algunas de las intelectuales,  profesionales y militantes más destacadas de la época, como las doctoras Julieta Lanteri y Cecilia Grierson, Alicia Moreau, Fenia Cherkoff, Sara Justo, Elvira Rawson, Petrona Eyle, y la catalana Belén de Sárraga, entre otras.
Este Congreso abordó una vasta temática, desde los derechos sociales, laborales, y políticos, hasta cuestiones vinculadas a la salud de las mujeres, y otros temas que mostraban las preocupaciones de esos tiempos.
Las organizadoras plantearon como objetivos: “1. Establecer lazos de unión entre todas las mujeres del mundo; 2. Vincular a las mujeres de todas las posiciones sociales a un pensamiento común; la educación e instrucción femeninas, la evolución de las ideas que fortifiquen su naturaleza, eleven su pensamiento y su voluntad en beneficio de la familia, para mejoramiento de la sociedad y perfección de la raza; 3. Modificar prejuicios, tratando de mejorar la situación social de muchas mujeres, exponiendo su pensamiento y su labor para poner de manifiesto las diversas fases de la actividad femenil y establecer las causales y efectos que determinan su influencia en el hogar, su condición de obrera, profesional, etc. y las soluciones de índole general y particular que tiendan a mejorar su situación”.