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30 de octubre de 2013

Las mujeres y el Centenario (2)

Crónicas proletarias

 Como contamos la semana pasada, el Primer Congreso Femenino Internacional se reunió en Buenos Aires, del 18 al 23 de mayo de 1910. Entre los debates más importantes que se dieron en él, estuvieron las cuestiones referidas a los derechos políticos de la mujer, en particular el sufragio, y sus derechos sociales. 

 Como contamos la semana pasada, el Primer Congreso Femenino Internacional se reunió en Buenos Aires, del 18 al 23 de mayo de 1910. Entre los debates más importantes que se dieron en él, estuvieron las cuestiones referidas a los derechos políticos de la mujer, en particular el sufragio, y sus derechos sociales. 
   El Centro Socialista Femenino, uno de los organizadores del evento, presentó 8 propuestas: “1. Sufragio universal para ambos sexos. 2. Divorcio absoluto. 3. Ocho horas de trabajo para adultos y seis para niños hasta la edad de dieciséis años, con descanso continuo de 36 horas. 4. Asiento para las vendedoras de tiendas, talleres y fábricas. 5. Treinta y cuarenta días de descanso antes y después del parto con el goce de sueldo completo como medio de proteger la maternidad. 6. Educación obligatoria y laica para los niños de ambos sexos hasta la edad de catorce años; instrucción obligatoria en clases diurnas para los niños que trabajan en las fábricas y talleres, con el goce de su sueldo diario completo. 7. Inspección y vigilancia estricta para que se cumpla la ley que reglamenta el trabajo de los niños. 8. Fomentar las escuelas profesionales para mujeres, mejorar higiénicamente las existentes, y cuidar la educación estética de la mujer obrera”.
Estas propuestas, si bien se aprobaron “en general”, causaron debates que quedaron registrados en las actas del Congreso. Desde una moción de que la jornada laboral para la mujer fuera de 6 horas, que fue rechazada, y observaciones como la de la doctora Elvira Rawson de Dellepiane quien “dice que no encuentra conveniente pedir consideraciones especiales para la mujer, desde el momento que gestionamos igualdad de derechos cabe aceptar igualdad de deberes”. La misma doctora Dellepiane “rechaza de dicha ley lo que se refiere á la mujer por considerarla un atentado á la libertad de trabajo”, en una muestra de la variedad de opiniones sobre las mujeres y sus derechos laborales. 
La argumentación de alguna de las socialistas de las implicancias de las leyes presentadas por el diputado Palacios para reglamentar el trabajo de las mujeres, flaco favor hacía a la tarea emancipadora con que muchas encararon este Congreso Femenino. “Los principios socialistas llevados á la práctica, convertidos en leyes, alejarán a la obrera casada de la lobreguez de la fábrica, para que permanezca en su hogar, arrullando el dulce sueño de sus hijos con cantos de infinito amor”, afirmó en su presentación Juana María Begino. Como veremos, también hubo debate sobre el voto femenino, la emancipación económica y legal de la mujer, y el divorcio.