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02 de octubre de 2010

Amancay “Chiquito” Ardura, coordinador nacional de la CCC, nos cuenta cómo viene unida la lucha en las paritarias junto con la pelea agropecuaria.

Las paritarias en el marco de la lucha agraria

Entrevista con Amancay Ardura

El tema de las paritarias está en desarrollo y está teñido por el paro del campo. Este momento pone al movimiento obrero en la disyuntiva de si va a apoyar o no.
Por eso decimos que el tema que urge es que en las asambleas de fábrica y en los cuerpos de delegados se expidan a favor del paro de los pequeños y medianos campesinos; y exigirle a la dirección de los gremios y a la CGT que no se conviertan en los rompehuelgas del campo, sino que apoyen. Desde ya que aquí lo que correspondería es un paro general, para que triunfe el paro agrario y los reclamos obreros. Porque si es derrotada, va a soplar viento en contra de la lucha obrera.
El gobierno sigue aferrado a no ceder en la brutal expoliación con las retenciones, al igual que con los índices truchos del Indec. Esto es lo que marca el punto del gobierno: mantiene el 8% del año pasado, mientras los técnicos del Indec dieron el 26% que es el real, y el 36% de la canasta básica alimentaria.
El gobierno de los Kirchner sigue aferrado a imponer un tope salarial. El servicio que les está haciendo Moyano como secretario de la CGT –junto con algunos otros gremios– de arreglar con el 19,5%, es el intento de imponer el tope.
Hay que decir también, que el 24% que arregló Ctera es un desastre, porque los docentes tienen un básico muy inferior al que tienen los camioneros. Los camioneros, con el 19,5% (que es muy malo desde el punto de vista político para el resto de la clase obrera), con básicos mucho más altos pueden llegar a los $ 3.200 de la canasta familiar, que es la lucha que hay que librar. Pero los dirigentes docentes arreglaron el 24%, que parece un poco más alto, sobre un básico de 600 o 700 pesos.
Es muy importante que la clase obrera se expida, empuje y obligue a las direcciones sindicales a sumarse, como ha pasado en muchas fábricas del interior, cortes como los metalúrgicos de Casilda, de Firmat, entre otros obreros agroindustriales, que pararon y se sumaron a los piquetes.

Hay condiciones para la pelea salarial
El resultado de la lucha agraria va a teñir el resultado de las paritarias. La situación actual no es la misma que hace unas semanas atrás donde parecía que la presidenta, junto con la CGT –o al menos junto con Moyano–, trataban de imponer un tope. Desde ya que había un conjunto de gremios que venían planteando el 27%. En el medio de la lucha agraria, los bancarios han hecho un paro nacional. Entonces decimos, las luchas obreras están en curso, y ahí se verá cómo van seguir las paritarias.
Lo nuestro, desde la CCC, es empujar con todo desde abajo los $ 3.200 y también, que se expidan las asambleas, los cuerpos de delegados a favor del triunfo la lucha agraria. Con la línea que tenemos, que es retenciones diferenciadas y coparticipables, golpear al núcleo duro de los terratenientes de la Sociedad Rural y los grandes grupos como Urquía, Blaquier, Grobocopatel, Miguens, etc., y estar con el pequeño y mediano chacarero. Esta es la unidad que necesitamos.
En la UOM y en bancarios está el pedido de paritarias; hay gremios como el de bancarios, donde el reagrupamiento es importante, con tres seccionales del país –Santa Fe, Mar del Plata y la interna de Banco Nación Central– que están coordinando la lucha salarial de manera independiente de Zanola.
Están los que consiguieron más y los que consiguieron menos a fin de año. En mecánicos se dio algo muy importante, porque consiguieron un sueldo entero, un doble aguinaldo; mientras otros consiguieron 400 o 500 pesos, por lo tanto lo que se ha conseguido es desigual.
 
Las brasas están prendidas
Desde el punto de vista político, es un cambio muy grueso el que se ha dado en la Argentina, porque expresó las brasas, y como se dijo en el Plenario de la CCC “las brasas están prendidas”; por abajo ese diciembre sigue presente. Está claro que Cristina K, desde el punto de vista político, se debilitó en el interior y en el campo. Pero aunque ella triunfe y sea derrotada la lucha agraria, tiene daños irreversibles desde el punto de vista estratégico de su gestión, porque estamos recién a cuatro meses de su asunción, y le faltan todavía cuatro años más para gobernar. Si triunfa la lucha agraria, en lo táctico, además de su cuestionamiento por millones (sumado a los 8 millones que computamos de voto nulo, blanco y abstención), ella va a tener el problema de que la clase obrera va a estar en mejores condiciones.
Este momento tiñe todo, porque somos los pobres los que decimos “nos quiere usar”. Durante cuatro años no nos dio el aumento a los desocupados con las retenciones que puso Duhalde, cuando está escrito que eran para los planes sociales; y ahora, frente a la lucha del pequeño y mediano chacarero, con el argumento de que los ricos son insensibles, habla de que las retenciones van a ir a parar a los pobres. Vuelve a mentir como miente con los índices del Indec. Entonces, el punto es que ni la clase obrera, ni los pobres, ni los ocupados, ni los desocupados, ni los jubilados la banquen en esta política de dividirnos.
La actitud dura que Cristina muestra es porque tiene respaldo donde caerse: las poderosas fuerzas de los monopolios, los terratenientes y los imperialismos que la apoyan.
Hoy por hoy, las paritarias van a tener el desarrollo que el resultado de esta lucha tenga en lo táctico. No digo en lo estratégico, porque a largo plazo, el daño es irreversible para ellos. Digo táctico, porque si la clase obrera logra ser usada contra el campesinado, generando una división profunda, tiene menos condiciones para lograr romper con el tope salarial del 19,5%; porque van a disciplinar, por lo menos a la cúpula de la CGT. Hasta antes de que comenzara el paro agrario querían disciplinar, metieron el 19,5%, y el paro bancario se realizó.
Si logran triunfar en ésta, vamos a estar todos en problemas. Por eso la importancia de que la clase obrera salga a apoyar como lo hace en el interior, aunque no se vea en Capital todavía. Por eso también, hay que ver qué están pensando los petroleros en Neuquén, en Rincón de los Sauces; qué están pensando en las fábricas de alimentación, los trabajadores en el Astillero, etc.; hay que testear cuáles son las opiniones y qué se puede empujar desde abajo.