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07 de octubre de 2015

Las reservas temblequean

Kicillof sigue exprimiendo al Banco Central

El lunes 5 de octubre, las reservas del Banco Central sufrieron una caída de u$s4.741 millones (u$s=dólares) por el pago del Boden 2015 de u$s5.899 millones. Esto, sumado al pago del jueves 1º de u$s715 millones del vencimiento de un bono de la Provincia de Buenos Aires, hizo que su total contable se reduzca a u$s27.713 millones, el nivel más bajo desde octubre de 2014, cuando se ubicaban cerca de u$s27.400 millones. Con la diferencia que ahora en las mismas se computan el crédito en yuanes de China (equivalente a u$s10.273 millones) y otras acreencias.
Esa misma noche, en una nueva cadena nacional, la presidenta Cristina Fernández alardeó que este pago era “el último capítulo del gran endeudamiento argentino”. Como si no existiera todo el endeudamiento propio de estos años y no sólo el swap chino, sino también la serie de bonos de Kicillof como el Boden 2024, los bonos entregados a Repsol por la mitad de YPF, los entregados al Ciadi, etc. Tampoco mencionó el anuncio del viernes 2 de que colocará en el mercado un nuevo bono en dólares, el Bonar 2020, con los que espera así que una porción de los tenedores de Boden 2015 terminen entregando los dólares recibidos el lunes a cambio del nuevo bono. Los nuevos Bonar 2020 son bonos en dólares a cinco años de plazo, con ley argentina y un cupón de 8% anual de interés, que se pagará de forma semestral, los 8 de abril y 8 de octubre de cada año. 
Por eso también, el viernes 2 el Banco Central aprobó una norma para facilitar la reinversión del cobro de capital e intereses de los títulos en divisas por parte de los individuos, que establece la posibilidad de que los inversores instruyan directamente a sus agentes bursátiles para que apliquen los fondos a la inversión en otros bonos desde su cuenta de custodia, sin volver a pasar por el banco, con el consiguiente costo.
El Gobierno viene fracasando en frenar la escalada de los dólares paralelos con los controles policíacos en la City o las suspensiones a sociedades de Bolsa. La semana anterior no lo lograron. Por eso, “sorprendieron” con la medida de la Comisión Nacional de Valores para los Fondos Comunes de Inversión que, según fuentes del mercado, les permitió a la vez recomprar Boden 2015 a precio de oferta, de la misma manera que lo hicieron las financieras amigas del gobierno que tuvieron la información confidencial (ver “Golpe a los fondos comunes de inversión”, hoy, número 1587).
Además, el mismo viernes 2, tratando de contener el precio del dólar Bolsa (“contado con liquidación”), el Gobierno adelantó a las aseguradoras una medida para forzarlas a liquidar sus bonos en dólares. Tendrán tiempo para hacerlo hasta el 21 de octubre, porque planea sacar una resolución similar a la emitida una semana antes por la CNV. La norma obligaría a las aseguradoras a valuar su tenencia de bonos al cambio oficial. Al inundar el mercado de títulos, la sobreoferta generará una caída en la cotización del “contado con liqui” que, tras la venta masiva de los fondos por la medida anterior, en un par de días volvió a cotizar por encima de $14.
El problema para el Banco Central es que, de los u$s27.713 millones de reservas brutas, ahora sólo le quedan disponibles u$s4.822 millones, incluyendo los más de u$s2.000 millones en DEG’s del FMI. El resto son el crédito en yuanes de China (equivalentes a u$s10.273 millones); el encaje de los depósitos privados en los bancos (u$s7.614 millones); los bonos retenidos por el fallo del juez Griesa (u$s1.941millones); letras del mercado (u$s2.042 millones), y Cedines (u$s570 millones).
Tratando de mantener el “maquillaje” de las reservas brutas sobre los u$s30.000 millones, funcionarios del Banco Central habían viajado la semana anterior a China para destrabar un nuevo swap (canje de divisas), pero no consiguieron los montos que esperaban: sólo habrían obtenido la promesa de un refuerzo de u$s2.000 millones, que recién se lo confirmarían a Vanoli en la próxima asamblea anual del FMI, que se hará el 8 de octubre en Lima. Por eso, el Gobierno también estaría insistiendo en un swap de monedas con Rusia, aunque se desconocen los términos de la negociación.