El viernes 28/11 un grupo de personas y organizaciones, encabezado por los familiares de Pablo Vera, se movilizó a la Ciudad Judicial tras conocer el fallo que confirmaba la libertad del policía Jorge Villegas, responsable del asesinato del joven, ocurrido el 25/09/14.
El viernes 28/11 un grupo de personas y organizaciones, encabezado por los familiares de Pablo Vera, se movilizó a la Ciudad Judicial tras conocer el fallo que confirmaba la libertad del policía Jorge Villegas, responsable del asesinato del joven, ocurrido el 25/09/14.
Cuando se disponían a retirarse del lugar, la policía de Río Negro los interceptó violentamente y los reprimió con balas de goma y gases. Luego de la golpiza se llevaron detenidas a veinticuatro personas, entre ellos seis menores de edad y cuatro mujeres, una de ellas embarazada de ocho meses.
Los menores y las mujeres recuperaron la libertad ese mismo día, unas horas más tarde. Pero catorce jóvenes permanecieron encarcelados durante 72 horas en dos comisarías de la ciudad. Cada uno de los veinticuatro detenidos fue torturado física y psicológicamente; las mujeres fueron manoseadas y amenazadas.
Una de las secuestradas fue la cuñada de Vera, Paola Aroca, quien se encuentra actualmente con una hemorragia ginecológica producto de la tortura. Paola publicó a viva voz lo sucedido puertas adentro de la comisaría: “me pegaban patadas y piñas” en los ovarios y “allá abajo” denunció. “Me decían que era la cabecilla del grupo, que esto recién empezaba, que después venía lo peor”. Las detenciones fueron ordenadas por el juez Maximiliano Camarda, quien tuvo en sus manos la liberación de los detenidos pero rechazó el habeas corpus interpuesto y el pedido de eximición de prisión.
La provincia de Río Negro tiene una larga trayectoria de crímenes cometidos por la policía en complicidad con la Justicia y los gobiernos, tanto radicales (de la UCR) como peronistas (ahora del FPV).
La policía provincial ha estado históricamente implicada en crímenes, como los casos de gatillo fácil en Bariloche, el secuestro y desaparición de Daniel Solano, la violación de una joven por los policías Rubio y Chumbita, la complicidad en los casos de trata y prostitución que salieron a la luz con el caso de Otoño Uriarte y la reciente liberación de todos los implicados en el asesinato de Atahualpa Vinaya.
En esta oportunidad la historia del pueblo de Río Negro se vuelve a manchar de sangre con el caso de Pablo Vera. El asesinato por gatillo fácil de Pablo, el encubrimiento y excarcelación, sumados a la represión, la tortura y la privación ilegítima de la libertad de los que luchan, se enmarcan en una política de ajuste, represión y sistemática violación de los derechos humanos llevada a cabo por gobierno provincial de Weretilneck (ahora massista dentro del FPV)
A esta política le hizo frente la lucha popular y multisectorial que denunció y enfrentó cada una de estas injusticias cometidas sistemáticamente contra los sectores mas oprimidos del campo popular. Así se conquistó la pena para los policías violadores Rubio y Chumbita el 27/12/2013.
La lucha sostenida de los familiares (junto a más de veinte gremios, agrupaciones y partidos) con acampes, toma de la Comisaría Tercera, marchas, en amplia unidad multisectorial fue la que le torció el brazo a la Justicia y al poder político, garantizando la libertad para los veinticuatro detenidos, aun ante el pacto de silencio de los grandes medios de comunicación.
